entrevista

Francisco Silvera, escritor y poeta onubense: «La poesía no puede ser un 'Sálvame Deluxe' de lo que tú sientes»

Gran estudioso de Juan Ramón Jiménez, ahonda en el paso del tiempo y la nimiedad humana en la obra 'De la naturaleza de las cosas' y es crítico con la calidad de la prosa y la poesía que se hace ahora

Francisco Silvera analiza la obra de Juan Ramón Jiménez y recuerda que el 40% de sus obras están por estudiar

El 'Libro de los silencios', de Francisco Silvera, Premio Andalucía de la Crítica

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Francisco Silvera, con su libro de poemas 'De la naturaleza de las cosas' H24
Mario Asensio Figueras

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Un paseo rutinario por el campo puede ser para cualquiera un espacio de tiempo para intentar no perder la forma física y mental, para alejarse un rato de ocupaciones y preocupaciones. En el caso del escritor y poeta Francisco Silvera (Huelva, 1969), autor de más de cuarenta publicaciones desde el año 2000 y Premio de la Crítica de Andalucía 2019 con el relato 'Libro de los silencios', es un recorrido de reflexión, plenamente filosófico, como el contenido de la asignatura que imparte en el IES Catedrático Pulido Rubio de Bonares. En ese tránsito siente la pequeñez del ser humano ante la naturaleza, vislumbra que cuando nuestra especie desaparezca las huellas que queden no tendrán significado y que no habrá eco alguno de todo el ruido social que agita nuestros días. Esos pasos, que describen sus pies, también los hilvana la mirada sobre los detalles de un paisaje que cambia siendo el mismo bajo el influjo del tiempo y las estaciones. Ahí pone a navegar su alma poética, apasionada de la obra de Juan Ramón Jiménez, para captar belleza en la realidad y sentirla entre versos. Los custodia su libro de poemas 'De la naturaleza de las cosas' (Editorial Alhulia), que ha presentado la Biblioteca Provincial, de la mano del Centro Andaluz de las Letras, acompañado por José Juan Díaz Trillo. En él recorre las estaciones con el punto de partida de este tiempo, en el que el otoño se va volviendo invierno.

-Esta semana ha presentado en la Biblioteca Provincial de Huelva el libro de poemas titulado 'De la naturaleza de las cosas' ¿Qué temáticas abarca?

-El título de este libro de poesía es una rememoración del 'De rerum natura' de Lucrecio-poeta y filósofo romano-, sobre la naturaleza de las cosas. Trato de describir la naturaleza y el paso del tiempo y lo que he hecho ha sido enjaretar una secuencia de poemas en torno al transcurso de las estaciones del año. Empieza en el otoño y por eso he querido que el libro saliera en esta época y va pasando las diversas estaciones, con algún interludio. Es, al estilo de las cuatro estaciones de Vivaldi, una descripción poética del clima, los pensamientos y las sensaciones en cada estación del año y el transcurso del tiempo.

-¿De dónde surge este concepto para el poemario?

-Yo vivo en el campo y suelo salir a caminar casi a diario, dependiendo del momento del año y del clima. Hago casi siempre el mismo circuito, de unos 5-6 kilómetros, y recorro los mismos sitios. La observación del mismo sitio conforme va pasando la estación del año, cómo va cambiando y cómo vuelve a lo mismo, cómo se repite, los matices y detalles son las base del libro.

«Cada momento del año tiene su gloria y los poemas intentan elevar a bello lo que cada uno ofrece»

-Por así decirlo es el mismo sitio pero no el mismo lugar.

-Efectivamente. Es eso que decían los antiguos de lo permanente en el cambio. Se mantiene la misma esencia, pero va cambiando de alguna manera el aspecto de las cosas. Es la fugacidad del tiempo y ahí está la idea del libro.

-En ese paisaje constante que va viendo cómo cambia, ¿cuál es su preferido y por qué?

-Si tengo que elegir una sería, sobre todo, el invierno. Soy una persona que disfruta de la intimidad del hogar y prefiero el frío al calor. Pero es una situación personal. En realidad, cada momento del año tiene su gloria y los poemas intentan elevar a bello lo que cada uno ofrece. No pensemos que hay un momento mejor que otro. La idea del libro es constatar que en realidad podemos tener la impresión, por nuestra percepción, de que el mundo va cambiando, pero en realidad siempre está igual.

«Cuando uno sale al campo se da cuenta de que lo humano significa bien poco para la naturaleza»

Todo permanece y cuando uno sale al campo se da cuenta de que lo humano significa bien poco para la naturaleza.

-¿La nimiedad del ser humano la muestra con una visión pesimista, con una aceptación? ¿Cuál es el enfoque?

-Siempre he interpretado lo social como una construcción subjetiva del ser humano. Cuando desaparezca la especie humana, Cervantes, Einstein, o cualquiera de las cosas que estudiamos, no significarán nada porque no habrá nadie para percibirlo. Siempre me ha obsesionado esa idea. A mí me preocupa mucho lo que pasa en política y escribo sobre ello, pero cuando uno sale al campo se da cuenta de que todas esas cosas se diluyen. La distancia hace irrelevantes los asuntos de los seres humanos y te da una perspectiva distinta de lo que son las cosas. Salir más al campo, entrar más en contacto con la naturaleza, comprender sus mecanismos, nos llevaría a una más tranquila. Creo que nos estamos preocupando por cosa que verdaderamente no tienen la importancia y relevancia que les damos.

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-¿Piensa que parte de los males de la humanidad viene de alejarse demasiado de la naturaleza y desarrollarse en un entorno urbano, perdiendo esa conexión que le ha acompañado durante siglos?

-Freud tiene un ensayo muy conocido llamado 'El malestar en la cultura'. Su tesis principal es que el ser humano es en realidad su perversión, que somos un animal que al ser educado en sociedad pierde su conexión con la naturaleza y que toda nuestra melancolía y la añoranza de la belleza y lo que aprendemos, es porque en realidad querríamos regresar a ser el animal que somos, con sus instintos más básicos y lo más sencillo. Estamos en Huelva y quiero recordar que el último libro de Juan Ramón Jiménez es 'Animal de fondo' y esa es la idea. La vuelta a lo sencillo y lo natural y olvidar la perversión que supone esta especie de corrupción ética que significa la cultura. Es algo contradictorio, porque la cultura es la que nos hace llegar a esta conclusión, pero la idea es que en el fondo lo que aprendemos es para darnos cuenta de que queremos desaprender y ser lo que sentimos y percibimos directamente en el mundo. No buscar la transcendencia sin más, sino disfrutar del instante.

«Hay una cuestión de fondo y es que la literatura se ha banalizado mucho»

-Hablando del instante, ¿en qué momento se encuentra a estas alturas de su vida y de su carrera poética?

-Si soy poco modesto diría que sé que hay mucha gente que aprecia lo que hago. Son una minoría, pero son personas que saben mucho de literatura. Con respecto a si considero que he tenido éxito o me considero respetado o consagrado en las letras, diría que no. Es la puñetera realidad. Hay una cuestión de fondo y es que la literatura se ha banalizado mucho. De lo que yo hago, a veces hay quien piensa que utilizo un léxico muy complejo, que mis novelas son desoladoras o que juego demasiado con la ironía o que mis cuentos son pequeños artefactos muy complejos y muy breves y que jamás se me ocurría escribir una novela de 300 páginas porque vale 25 euros. Si tengo que escribir una de 80 páginas no estoy pensando en lo que vale la novela, entre otras cosas, porque nunca he ganado un euro con mis libros. Yo hago un poco lo que me da la gana. Tengo el respeto de varias personas que consideran muy bien lo que hago. Me gustaría poder tener más cosas, pero en principio con eso me tengo que conformar. Sé lo que soy y no le doy más vueltas tampoco.

«El problema es que la prosa que se hace ahora no es muy mala, es paupérrima, desechable. Contar una historia no es literatura»

-¿Cree que frente al imperante mundo audiovisual la literatura está muy relegada hoy día y la poesía está en un lugar más apartado aún o hace valer su espacio?

-Creo que la poesía en realidad tiene más lectores que la prosa. Unos pueden pensar que no puede ser porque es más minoritaria. El problema es que la prosa que se hace ahora no es muy mala, es paupérrima, desechable. Contar una historia no es literatura. Literatura es el uso de las formas, de las estructuras, el uso de la lengua. Lógicamente, el lector lo que tiene que hacer es leer y divertirse leyendo.

«Hemos convertido la prosa en una especie de entretenimiento cutre que realmente no es literatura. Leyendo porquerías uno no sabe más de literatura, sabe más de porquerías»

Pero el problema es que al abandonar esas cosas, hemos convertido la prosa en una especie de entretenimiento cutre que realmente no es literatura. Leyendo porquerías uno no sabe más de literatura, sabe más de porquerías. En la poesía sin embargo siempre hay ese intento de utilizar las formas, aunque la métrica está un poco olvidada, y yo soy defensor absoluto de ella, todo el mundo intenta llevar más o menos un ritmo, utilizar la palabra exacta, que el verso tenga una cierta entidad y suene bien. Entonces, es verdad que aunque sea minoritaria, quizás la poca literatura que queda es poesía. No porque no haya prosistas buenos, que hay unos cuantos en España y hacen cosas estupendas, pero me da la impresión de que en esta decadencia de lo literario la prosa ha llevado peor destino que la poesía, donde, de vez en cuando, nos encontramos algo que está bien, que es defendible, y cumple su función estética. Es la impresión que me da.

Francisco Silvera FRANCISCO FERNÁNDEZ

-Es como que la poesía ha mantenido más su cánones y esencia, ¿no?

-Sí, así es. Aunque también diré que hay mucha poesía que directamente… A mí los sentimientos del poeta me importan muy poco. La poesía no puede ser un Sálvame Deluxe de lo que tú sientes. Al revés. Lo que debe que hacer es reavivar y mantener una serie de sensaciones y emociones a través del uso de la forma, que lógicamente arrancan de un sentimiento del poeta, pero lo que importa de verdad es lo que ocurre en la mente del lector. Nosotros, por ejemplo, no conocemos a Góngora, ni falta que nos hace, pero sí tenemos su obra. Además, era un capullo (risas).

«Juan Ramón Jiménez es quizás el genio de la literatura más importante de los últimos siglos en español»

Juan Ramón Jiménez es quizás el genio de la literatura más importante de los últimos siglos en español y si uno mira su vida, pues encuentra desde problemas de salud mental, era neurótico y tenía sus obsesiones, pero realmente lo admirable de él no es su vida, que también, porque hay cosas muy interesantes. Pero Juan Ramón era perfectamente consciente de que lo que importaba es lo que hacía y que provocara en el lector lo que tenía que provocar.

-Entonces, ¿coloca a Juan Ramón Jiménez en la cúspide?

-Juan Ramón es el dios de las letras. Huelva no es consciente del potencial literario que tiene Juan Ramón Jiménez. No existe el siglo XX literario sin él. Desde las ediciones de los libros, porque fue el gran director de las colecciones más importantes donde se publican las primeras ediciones de las más grandes novelas y libros de poemas, pasando por su labor como poeta y su labor como estudioso de la forma hasta el extremo de inventarse en la última etapa de su vida la idea de los poemas abiertos que se podían construir sobre la marcha por parte del lector.

«Juan Ramón era el gran genio, con mucha diferencia. El problema es que ninguna institución ni nadie termina de darse cuenta lo que tiene entre las manos»

Era el gran genio, con mucha diferencia. El problema es que ninguna institución ni nadie termina de darse cuenta lo que tiene entre las manos.

-¿Si el nobel moguereño se hubiera nacido en otro lugar se hubiera tenido más en cuenta aún la calidad de su obra?

-Tenlo por seguro. La persona que hace el informe para darle el Premio Nobel a Juan Ramón es C. M. Bowra, que es en ese momento el mayor especialista en poesía y un gran estudioso del mundo antiguo y un hombre de un prestigio enorme. Y él lo dice claramente en su informe, no hay otro poeta como él. Por eso le dan el Premio Nobel. Unos dicen que se lo dieron por la guerra o porque Lorca estaba muerto y no es así. Juan Ramón es el gran genio. Lorca es una maravilla y Jorge Guillén y Aleixandre. De los vivos, ahora mismo en España, mi debilidad más grande es Antonio Carvajal y la recién premiada María Victoria Atencia -Premio Nacional de las Letras Españolas 2025- o Clara Janés. Son todos poetas maravillosos. Pero Juan Ramón es el universo. Es gran poeta, prosista, cuentista, estadista... lo hizo todo. También aclaro que soy erudito de la obra de Juan Ramón y conozco lo que digo. Lo he leído mucho y sé la grandeza y la fuerza que tiene como autor.

-Comparte entonces pasión y estudios con otro gran conocedor de la obra como el profesor y poeta onubense Manuel Ángel Vázquez.

-Por supuesto. Lo conozco y tengo un libro publicado sobre Juan Ramón donde cito bastante su trabajo y él sí sabe lo que tiene entre manos.

-Además de escritor es profesor de Filosofía ¿Aprecia interés en los jóvenesde hoy por esta materia?

-Ese es mi trabajo, que les interese. Llevo muchos años como profesor y en general los chavales se acuerdan mucho de las clases y se lo pasan bien. Nos divertimos y aprenden. Es una asignatura un poco rara y depende de quién te la de. Si es un plasta, pues se hace más pesada. Pero si te la dan intentando comprender las cosas de la vida y lo que pensamos, los chavales se interesa, aunque hay de todo.

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