Pinturas de Manuel Calvarro en Diputación: Dejar que los árboles impidan mirar el bosque
La exposición 'Pasatiempos' puede verse en la Sala de la Provincia hasta el próximo 13 de septiembre
El universo colorista y lúdico de Manuel Calvarro llega a la Sala de la Provincia con la exposición 'Pasatiempos'

El paso del tiempo nos acerca a la irrealidad tal como la vejez nos devuelve a la infancia. En la muy colorista exposición de Manolo Calvarro se nos han colado todas esas historias infantiles que tanto echamos de menos, aquellos sueños de cartón troquelado que iluminaron nuestros primeros desvelos, esa aventura del saber que hemos ido desarrollando como buenamente hemos podido. En sus pinturas se cuelan monstruos que parecen ser agradables en el trato, heroicos capitanes esforzados en un hieratismo propio del mírame y no me toques, personajes de compleja filiación junto a animales imposibles y hasta flores soportando la ingravidez que reflejan nuestras efímeras y curiosas existencias. Y de pronto, los árboles. Árboles que afortunadamente impiden que podamos ver el bosque, una selva de cemento y metal de cuya maléfica influencia Manolo Calvarro afortunadamente nos rescata.

La primera vez que pude observar un trabajo de Calvarro creo que fue en la sala de la Caja de Ahorros cuando la gestionaba Rafael Delgado, o tal vez en la Casa de Cultura… no lo recuerdo bien, pero sus árboles los tengo muy presentes, estaban en esas pinturas que se te quedan agradablemente posadas en la memoria, árboles rotundos, plenos de color y formas que recuerdo delimitadas muy al modo románico, quizás bebiendo de los colores planos de las historietas que siguieron a aquellos cuentos de papel cartón troquelado, árboles pintados entre nubes inciertas, en la certeza de la imposibilidad de conformar un paisaje real. Recuerdos. Agradables recuerdos, habría que puntualizar. Y ahora, de pronto, en unos de sus trabajos en gran formato, los vuelvo a ver, después de ¿cuántos años?, muchos, demasiados, de un tiempo en el que Calvarro acudía a trabajar en el Montesori montado en una bicicleta, remoloneando por aquel mundo que en los setenta y los ochenta acumularon a un buen número de artistas, con un firme discurso intelectual, nítido y ajustado a metodologías que soportaban en igual medida sentido común, sensibilidad y arte, muy sobrado arte. Los tiempos cambian. Puede que sea preciso que cambien. Calvarro, no. Y es por ello que nos devuelve a aquellos tiempos con sus pinturas de claro estilo naïf en la intención y en el resultado. Ya saben, la inocencia de la niñez analizada en la edad adulta. Volver a la infancia, o al menos a la inocencia de la infancia.
A todo este maremágnum de pinturas que ha venido Manolo Calvarro a colgar en la sala de la Diputación, en la Gran Vía, le ha llamado Pasatiempos. Es lo primero que llama la atención nada más entrar, aquello que avisa profilácticamente que se trata simplemente de pasar el tiempo delante de un papel, con lápices y acuarelas a un lado y la imaginación sobrevolando todos los movimientos de la mano. Después, ya en el interior de la sala, podrá sorprender una pared de la amplísima Sala de la Provincia con cuarenta cuadros, y no es exageración, muy juntos, formando un mosaico con las imaginaciones calvarrianas allí observándote, para a continuación ver cómo se suceden las paredes vacías. Son más de un centenar de obras, aunque no alcancé a contarlas, con un final centrado en dos cuadros de formato mayor que invitan a volver de nuevo a ver la exposición, regresar a esa palabra que sin tapujos te anuncia a la entrada lo que vas a ver. Pasatiempos. Ver pasar el tiempo entre paisajes imposibles, ajustes cromáticos sometidos solamente a la inspiración del artista y figuras, muchas figuras de animales o vegetales. Figuras que pueblan el soñar despierto de un niño como Manolo Calvarro, o de un tipo ya mayor, que pinta como un niño, que no es asunto baladí. Bárbaro en sus pasatiempos, don Manuel Calvarro, el pintor en la memoria de nuestra infancia.
Pasatiempos. Pinturas de Manuel Calvarro. Sala de la Provincia. Diputación de Huelva. Gran vía. Hasta el 13 de septiembre.