La DGT lanza una advertencia sobre los mitos para reducir el alcohol en la sangre: ni hacer ejercicio ni beber mucha agua ayudan a bajar la tasa

La Dirección General de Tráfico recalca que los populares remedios para reducir los efectos del alcohol y la tasa carecen de base científica

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Control de alcoholemia roldán serrano
M. C.

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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado un nuevo mensaje de concienciación sobre los peligros del alcohol al volante y los falsos mitos que todavía persisten entre los conductores acerca de cómo reducir la tasa de alcoholemia. La institución recuerda que ningún truco funciona: ni hacer ejercicio, ni beber mucha agua, ni tomar café, ni dormir una siesta sirven para eliminar el alcohol del organismo.

Según la DGT, el alcohol sigue siendo uno de los factores de riesgo más frecuentes en los accidentes de tráfico, estando presente en entre el 30% y el 50% de los siniestros mortales. «Son muchas las muertes que se podrían evitar si nunca condujéramos bajo sus efectos», señalan desde el organismo.

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central. Su consumo afecta tanto a la aptitud como a la actitud para conducir: produce una falsa sensación de euforia, reduce la percepción del riesgo, altera la coordinación y retrasa la toma de decisiones. Estos efectos aparecen incluso con niveles bajos de consumo, por lo que la DGT insiste en que la única tasa realmente segura es 0,0 g/l.

A partir de 0,5 gramos por litro de sangre, el riesgo de sufrir un accidente se duplica, y con 0,8 g/l se multiplica por cinco. En los conductores jóvenes, ese peligro es aún mayor, debido a la combinación de la falta de experiencia al volante y una menor tolerancia al alcohol.

La velocidad de absorción, clave

Una vez ingerido, el alcohol se absorbe principalmente en el intestino delgado y alcanza su máxima concentración entre 30 y 90 minutos después. Factores como la cantidad consumida, el tipo de bebida, la rapidez de la ingesta, la edad, el peso, el sexo o si se ha comido antes influyen en la tasa de alcoholemia final.

El hígado metaboliza el alcohol a un ritmo constante, por lo que ninguna estrategia puede acelerar este proceso. La DGT recalca que los populares remedios para bajar la tasa carecen de base científica.

Los falsos mitos, uno por uno

Entre las creencias más extendidas, la DGT desmiente varias:

- «El café o una ducha me despejan»: ni el café, ni el té, ni dormir una siesta reducen el nivel de alcohol en sangre.

- «Si bebo despacio o con comida, no pasa nada»: aunque comer retrasa la absorción, el alcohol terminará llegando a la sangre.

- «Dos personas que beben lo mismo tendrán la misma tasa»: falso, ya que influyen muchos factores personales como el peso, el sexo o el metabolismo.

- «Hacer ejercicio o beber agua ayuda a eliminar el alcohol»: erróneo. Solo el hígado puede eliminar el alcohol y lo hace lentamente.

- «Si estoy por debajo del límite legal, no hay peligro»: incluso con tasas inferiores al límite permitido, la capacidad de conducción ya está deteriorada y el riesgo de accidente aumenta.

La DGT también advierte contra otros supuestos trucos, como masticar granos de café, fumar mucho, tomar clara de huevo o usar espráis bucales, que únicamente enmascaran el olor, pero no alteran la concentración de alcohol en sangre ni el resultado en los controles de alcoholemia.

El organismo alerta además de un riesgo poco conocido: conducir por la mañana después de una noche de consumo elevado. Aunque hayan pasado varias horas y el conductor se sienta descansado, el alcohol puede permanecer en sangre y generar una alcoholemia positiva.

En definitiva, la DGT insiste en que no existen atajos ni remedios milagrosos. La única forma de evitar accidentes es no beber si se va a conducir.

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