El narco abre por vacaciones: la guerra contra la droga en Huelva se recrudece un verano más
Como ocurrió el pasado año, los datos revelan una preocupante escalada en la audacia y frecuencia de los alijos en temporada estival
La lucha policial ya no solo persigue los alijos, sino toda una sofisticada industria criminal que opera desde la provincia
Cuatro detenidos en la intervención de dos embarcaciones cargadas con cinco toneladas de hachís y 2.000 litros de combustible
Intervienen en Palos más de 800 kilos de hachís de una embarcación que navegaba por la ría

Mientras miles de turistas buscan descanso en el litoral onubense, otra actividad, mucho más discreta, convierte la costa de Huelva en un punto caliente del mapa delictivo europeo. Lejos de tomarse un respiro estival, las organizaciones dedicadas al narcotráfico han intensificado su pulso contra el Estado, transformando los meses de verano en un periodo de plena actividad. Los datos de los últimos años, y de forma especialmente acusada desde 2024, confirman una escalada que ha consolidado la costa onubense no solo como una puerta de entrada de droga, sino como un escenario de operaciones policiales constantes que demuestran que, para los narcos, el verano es temporada alta.
El verano de 2025 está siendo un claro exponente de esta escalada. En los últimos días, la Guardia Civil ha asestado dos golpes simultáneos en el río Guadiana e Isla Cristina que se saldaron con la incautación de cinco toneladas de hachís, dos narcolanchas y 2.000 litros de combustible, con cuatro detenidos. Y el 22 de julio, otros 800 kilos de hachís fueron intervenidos en Palos de la Frontera. Pero la operación de mayor calado del verano tuvo lugar a principios de julio, cuando una acción conjunta de la Guardia Civil y la GNR portuguesa desarticuló la que se considera la mayor estructura de narco-logística de la península, dedicada a fabricar y botar narcolanchas desde Portugal para introducir hachís y cocaína en España. La presión ha sido incesante durante toda la temporada, con operaciones en junio que desmantelaron redes con decenas de detenidos y la intervención de casi una treintena de embarcaciones y miles de litros de combustible destinados al 'petaqueo'–el avituallamiento de las planeadoras en alta mar–. Y si retrocedemos al mes de mayo, un despliegue con 150 agentes en la capital, Lepe y Pozo del Camino se saldó con numerosas detenciones en una operación contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales, mientras por esas mismas fechas se interceptaba algo más de media tonelada de cocaína oculta en sofisticados dobles fondos de vehículos.
Una costa 'caliente'
Esta frenética actividad delictiva y policial contrasta con la situación de veranos anteriores, lo que evidencia un recrudecimiento del problema. Durante el verano de 2024, aunque ya se percibía un aumento de la tensión, las grandes operaciones fueron más puntuales. Destaca una investigación policial que culminó en julio de ese año con el desmantelamiento de una red, doce detenidos y la incautación de casi 5.000 kilos de hachís. Si retrocedemos a los veranos de 2023 y 2022, no hubo operaciones sonadas, lo que sugiere una menor actividad visible de las organizaciones en la provincia durante esos meses. Aunque el problema de fondo ya existía –en 2023 se incautaron 43 toneladas de hachís en la provincia–, la audacia y la frecuencia de los alijos no habían alcanzado los niveles actuales. En 2023, no obstante, el Ministerio del Interior activó la 'Operación Verano' con un despliegue preventivo de más de 1.100 agentes en Huelva, aunque la situación no se asemejaba al escenario de confrontación casi directa que se vive ahora. Del verano de 2022 apenas trascendieron grandes intervenciones, si bien las cifras del año anterior ya eran alarmantes, con casi 170.000 kilos de hachís aprehendidos en 2021, lo que demuestra que la ruta onubense ya estaba más que consolidada.
El incremento de la actividad en Huelva responde a varios factores, entre ellos la creciente presión policial en el Campo de Gibraltar, que ha provocado un desplazamiento de las rutas hacia el oeste. Las organizaciones criminales han trasladado parte de su infraestructura logística a Portugal para la fabricación de narcolanchas, aprovechando un marco legal diferente, para luego ejecutar los desembarcos en la extensa y porosa costa onubense. La respuesta del Estado ha sido ampliar el Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar para incluir a Huelva, reconociendo oficialmente la gravedad de la situación. Sin embargo, las asociaciones profesionales de la Guardia Civil llevan tiempo alertando de que la sensación de impunidad de los narcos va en aumento. La lucha es constante y, como demuestran los datos, no entiende de calendarios. Mientras las playas se llenan de turistas, la costa de Huelva es el escenario de una batalla que se libra sin descanso y que, lejos de amainar, se recrudece cada verano.