CARTA AL DIRECTOR
Las 'víctimas' de la pirotecnia en la plaza Don Miguel
En nombre de los vecinos que vivimos en la plaza Don Miguel, en el Molino de la Vega, Huelva, agradecemos a las pocas personas que no han venido a tirar petardos a dicha plaza: nuestra gratitud por respetar y dejarnos disfrutar de unas fiestas, que entendemos que todo el mundo tiene derecho a ellas.
Esta plaza tan emblemática y agradable para tomar algo con los amigos y familiares en estas fechas se convierte en un auténtico polvorín de tracas, petardos y bombas sonoras, mediodía, tarde y noche.
Son los menores, en su mayoría acompañados de algún padre o padres, los que enturbian día tras día las tardes y noches de nuestras fiestas navideñas, sin tener en consideración a las familias que viven tras las ventanas, mayores, animales, enfermos, etc.. Y ninguno se hace cargo ni se pone en la situación de estrés e incomodidad continua a la que nos someten.
Esta actividad está ya restringida en la mayoría de ciudades españolas y pueblos de nuestra provincia, pero Ayuntamiento y Policía Local hacen oídos sordos a una situación que, por incívica, peligrosa y delictiva, debería prohibirse, o al menos limitar su uso a determinadas zonas y horarios.
Pero le pese a quien le pese y lo justifique quien lo justifique, Huelva seguirá siendo, muy a nuestro pesar, de las ciudades más sucias, ruidosas e insolidarias de nuestro país.
Vecino, y a mucha honra, de la plaza Don Miguel
