playas
Esta playa de Huelva tiene el acantilado dunar más alto de Europa: «Una maravilla natural de Andalucía»
Desde el sendero de Cuesta Maneli hay una pasarela de madera de 1,5 kilómetros donde los visitantes pueden recorrer este paraje natural
Esta playa de Portugal ha sido elegida como una de las mejores de Europa y se encuentra cerca de Huelva

En pleno corazón del litoral onubense, entre las localidades de Matalascañas y Mazagón, se alza una joya natural tan imponente como desconocida, el Acantilado del Asperillo. Este enclave único, declarado Monumento Natural en 2001, presume de ser el acantilado dunar más alto de Europa, con alturas que superan los 30 metros de altura en algunos puntos.
El Asperillo no es un acantilado rocoso al uso, sino un sistema de dunas fósiles formado hace más de 14.000 años a partir de arenas arrastradas por el viento y el agua. Su ubicación sobre la playa de Castilla, uno de los arenales más vírgenes y extensos del sur de España, lo hace aún más espectacular.
Un enclave único para disfrutar de la naturaleza
Este conjunto geomorfológico y ecológico destaca por su belleza y biodiversidad. Las dunas están colonizadas por un característico matorral mediterráneo y pinares que ayudan a fijar el terreno. Desde el sendero de Cuesta Maneli hay una pasarela de madera de 1,5 kilómetros donde los visitantes pueden recorrer este paraje natural, observar especies vegetales como camarinas, enebros y sabinas, o avistar fauna como la tortuga mora, el meloncillo o incluso la esquiva víbora hocicuda.
El recorrido culmina en un mirador natural que ofrece vistas privilegiadas del acantilado y del Atlántico. Desde ahí, unas escaleras conducen a la Playa de Castilla, de arena dorada y aguas cristalinas, un auténtico tesoro escondido en la costa onubense.

Las tonalidades naranjas, ocres, blancos y negros que tiñen el entorno del Asperillo se encargan de dibujar formas ondulantes que se deben a la composición de sus capas. Los colores más oscuros provienen de la acumulación de turba, mientras que los tonos anaranjados se deben al óxido de hierro presente en las aguas subterráneas. En algunos puntos, estos acuíferos afloran en forma de manantiales conocidos como chorritos, creando pequeños oasis de vegetación húmeda entre la aridez del entorno.
Este singular paisaje, cargado de historia natural, es uno de los secretos mejor guardados del sur de España y una parada imprescindible para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Este enclave no solo sorprende por su altura, sino por todo lo que encierra en sus capas: tiempo, vida y belleza.