Alejandro Villarán, fundador del hotel de moda de Huelva: «Somos los únicos del mundo que ofrecemos a los huéspedes una plataforma para combatir el estrés»
GrowersGo Boutique apenas ha cumplido seis meses de vida y se ha convertido en el establecimiento mejor valorado de la capital por Google y portales de internet
Detrás del proyecto hay un antiguo alto ejecutivo que tuvo que aprender a parar tras años de ritmo infernal de trabajo que pudo costarle la vida
Huelva estrena un hotel concebido para «estimular el bienestar y combatir el estrés»

En la avenida Manuel Siurot de Huelva, arropado por árboles y luciendo una vistosa fachada de color verde agua, se ubica el último hotel (hostel) en abrir sus puertas en la capital. Apenas tiene seis meses de vida y ya se ha convertido en el establecimiento de la ciudad con mejores reseñas de viajeros en google y portales especializados de internet.
Nada más cruzar el dintel de su puerta principal, el olor agradable del interior llama la atención especialmente para quienes somos sensibles con el olfato. No es casualidad, forma parte del cuidado trabajo en los detalles de un establecimiento hotelero que pretende salirse de la norma. Detrás de esta propuesta, basada en ofrecer al viajero un oasis de paz donde poder combatir el estrés, está un otrora alto ejecutivo de grandes consultorías que vio cómo la vida le advertía seriamente de que estaba pisando con demasiada fuerza el acelerador. Se llama Alejandro Villarán y pertenece a esa generación de emprendedores brillantes 'made in Huelva' que tras obtener el éxito profesional fuera, quiso regresar a su tierra porque tras viajar por todo el mundo, lo tiene meridianamente claro: «No hay ningún sitio con mejor calidad de vida que Huelva».
Villarán nos recibe en la azotea del hotel GrowersGo Boutique Hostel, uno de los grandes atractivos de este establecimiento con alma. Un roof top donde los clientes (sean huéspedes o no) pueden disfrutar de un cóctel o de un brunch, tan de moda en otras ciudades y que apenas acaba de aterrizar en Huelva de la mano de este establecimiento. En la terraza se escucha el gorgoteo de una cascada y un hilo musical muy tenue. Todo lleva al visitante a sumergirse en la filosofía slow como antídoto a la vorágine que hay fuera. Porque eso fue lo que movió a su fundador a darle un giro inesperado a su vida profesional.
«Este proyecto nace de una experiencia vital. Durante muchos años trabajé en gran consultoría, con mucho estrés y horas de trabajo. Después me hice emprendedor para poder volver a Huelva pero aquí no había mercado de gran consultoría. Por eso fundé una compañía en el ámbito de la tecnología. Fue toda una aventura ya que planteamos algo pionero como utilizar realidad aumentada, combinada con simulación, para atraer a nuevas generaciones a la formación profesional«.
Aquel intento por regresar a la supuesta tranquilidad que le tenía que deparar Huelva fracasó porque acabó volviendo a una vida estresante de viajes continuos. «Vimos que aquella idea sólo funcionaría si la desarrollábamos de manera internacional, que nos teníamos que ir de España. Estuve ocho años de mi vida, viviendo 200 días fuera de mi casa. Fue una experiencia maravillosa, vendiendo tecnología onubense por el mundo pero acabé muy mal, física y mentalmente».
El día que lo cambió todo
Todo aquello no era más que la génesis de GrowersGo, que tuvo como punto de inflexión el 7 de enero de 2020. «Aquel día mi cuerpo me dijo basta. Tuve un tromboembolismo pulmonar del que podía haber muerto con 46 años». Tras seis semanas en el hospital, le esperaba una larga recuperación y con una pandemia mundial como contexto. En ese momento delicado, un amigo le habló un día de la terapia a través de las plantas para ayudarle a salir de la depresión en la que había caído. «Fue transformador. Descubrí que a través del cultivo de plantas se podía combatir el estrés y la ansiedad. Fue la mano que me sacó del hoyo y a partir de ahí empecé a escribir y así nació el proyecto GrowersGo«.
La idea original de Villarán la trasladó a una aplicación tecnológica que usa las plantas como hilo conductor para motivar el desarrollo personal y fomentar hábitos sostenibles que ayudan a reducir el estrés; y de ahí, el salto inesperado al negocio hotelero, que no fue buscado pero sí encontrado. «Realmente yo no necesito esto para vivir porque pude vender las acciones de mi empresa tecnológica y podría retirarme. Pero esto es un proyecto de propósito, que sale del corazón».



Fueron sus asesores financieros los que le aconsejaron invertir parte de su capital en el sector inmobiliario para diversificar. En ese instante le llegó la oferta por el inmueble de la calle Manuel Siurot, que estaba en un estado muy precario. «El edificio había sido un hotel en 1969, pero duró muy poco tiempo. Después fue hospital y clínica. Aquí ha nacido mucha gente de Huelva. Y tu llámame loco o lo que sea, pero cuando yo vi el edificio, a pesar de que estaba hecho un desastre, noté de inmediato las vibraciones y la energía positiva de un lugar donde han nacido tantas vidas«.
Seleccionado el inmueble, la idea del hotel no había cristalizado aún. El empresario admite que inicialmente pensaron en montar una residencia de estudiantes «con el toque GrowersGo», pero fue un amigo del sector hotelero quien le animó a decantarse por un hotel «temático del universo» que este emprendedor onubense ha ido creando en torno a la lucha contra el estrés.
Una planta para cada huésped
El hotel abrió el 20 de noviembre y no han sido unos inicios fáciles con los sucesivos temporales de lluvias y una meteorología adversa que ha marcado, por ejemplo, la Semana Santa. Pero la propuesta es innovadora y su fundador admite que ya tiene ofertas para venderlo. «Pero no es mi objetivo. Este sitio ha nacido con el firme propósito de ayudar a las personas a que puedan replantearse cuáles son sus ritmos vitales y qué poder hacer para mejorarlos»
¿Pero qué ofrece al huésped? El hotel es tipo boutique, con un número reducido de habitaciones (16) y que se enfoca a un abanico amplio de perfiles: familias, viajeros de negocios que buscan una experiencia diferente, los que se alojan con mascotas, nómadas digitales y clientes que viajan solos y «eligen la aventura de compartir habitación y así conocer a gente. No hablamos de que estén buscando alojamientos baratos porque ese mismo cliente se gasta 35 euros en una cama y 30 en un brunch».
El establecimiento tiene desde una habitación premium hasta dos habitaciones con literas para alojamientos compartidos. La decoración es confortable, relajada y distinta en cada habitación, buscando así diferenciarse de los hoteles clásicos con estancias iguales e impersonales.
Ficha GrowersGo Boutique
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Dirección: Av. Manuel Siurot, 7.
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Habitaciones: 16 habitaciones en 3 formatos distintos (individuales, dobles y familiares -cama doble + litera-). Las hay aptas para business al incluir escritorio y también de uso múltiple (habitaciones con 6 u 8 camas en literas para compartir con desconocidos), una de las cuales es de uso exclusivo femenino. Se admiten mascotas.
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Servicios: Sala Growers, que es un espacio multidisciplinar en pleno centro de Huelva lleno de plantas para coworking y eventos; bar panorámico en la azotea del hotel; una oferta gastronómica saludable y local y un catálogo de talleres presenciales impartidos por profesionales especializados en distintas áreas: cuerpo, mente, espíritu y corazón.
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Precios: en mayo se pueden reservar a 61 euros la habitación individual, a 45 una cama en habitación compartida, a 80 la doble, a 166 la premium y a 97 la familiar.
Algunos detalles marcan la diferencia, como la planta que recibe cada huésped en el momento del checking con instrucciones para cultivarla; el cubo que hay en cada habitación con el que se puede recoger el agua que cae en la ducha y que luego el hotel va a reutilizar en otros menesteres como regar las plantas; o el acceso a la aplicación móvil ideada por el propio Villarán para combatir el estrés mediante el cumplimiento de microhábitos. «Es maravilloso ver cómo un porcentaje muy elevado de los clientes adoptan esos hábitos aquí y los sigan usando en sus casas. No hay ningún hotel en el mundo que tenga una plataforma tecnológica usada por los huéspedes y con la que se le invita a que tengan esos pequeños gestos diarios a través del cuidado de plantas que sirven para combatir el estrés, pero también para mejorar el medio ambiente. Cuidando tu planta, te estás cuidando a ti mismo».
Porque además el estrés no es un problema exclusivo de las grandes ciudades, concluye este exadicto confeso del trabajo. «Es impresionante como en sitios como Huelva, que lo tiene todo para alcanzar el bienestar, este problema se haya instalado en la sociedad local. Por eso, me conformo con sembrar la semilla para que la gente tome conciencia y empiece a actuar».