CARTA AL DIRECTOR
Veraneo en Mazagón atado a una tapia
Soy un perro de raza, creo que un cruce de pitbull. Vivo en Mazagón (Moguer), en la calle Nuevo mundo, de la exclusiva urbanización de Ciparsa. Todo hasta ahí perfecto, salvo que vivo las 24 horas del día atado a una tapia.
Así es. Mis dueños me tienen atado día y noche, sin cobijo y a expensas del calor sofocante y de esa oscuridad interminable.
Llevo así, junto con otro compañero, desde principios del mes de junio, ladrando, aullando, gimiendo, hago todo lo que puedo, para así cumplir la función que mis dueños me han encomendado. Proteger la vivienda.
Aun así, hay vecinos que se han preocupado por mí. Han llamado al Excelentísimo Ayuntamiento de Moguer, Policia Local de Mazagón e incluso a la Guardia Civil. De nada les ha servido… para mi desgracia.
Creo que también han intentado ponerse en contacto con una asociación que defiende mis derechos, Mazagón Animal. Pero a pesar de sus mensajes y llamadas no les han hecho ni caso. Les han explicado la situación tan lamentable en la que me encuentro, pero ni siquiera han venido y lo han comprobado para de una vez, poder estar suelto y pasear y correr, como todos los perros que pasan por la calle con sus dueños.
Añoro esa vida, un paseo, un cariño, una pelota para jugar con mis dueños.
Parece que mi destino es estar atado a una pared y poco puedo hacer.
Sé que este verano quedará marcado para estos vecinos que han intentado ayudarme. Noto cómo al verme tras la valla desde sus casas les doy pena, rabia, impotencia.
No sé si estaré el próximo verano, no creo que me queden fuerzas para ello.
Posiblemente otro ocupará mi lugar.
Sé que hay leyes que prohíben estas prácticas, pero la solución no está en las leyes sino en las personas que tienen la obligación de que estas se cumplan.
Desde aquí doy gracias, a todos/as los que han intentado ayudarme.
Un vecino de Mazagón
