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El impresionante viaje desde Huelva a Abu Dabi del 'corazón' de 100 toneladas de una central térmica

El rotor de la turbina que genera la energía en la planta de ciclo combinado Cristóbal Colón de Endesa se ha sometido a una puesta a punto a miles de kilómetros

Mover esta pieza titánica requirió de una gran logística como la confección de un sarcófago que lo protegiera durante la travesía y que fue diseñado en Huelva

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El rotor de la turbina en la central térmica Cristóbal Colón h24
Silvia Tubio

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Imaginémonos que una central térmica es un cuerpo humano. El órgano imprescindible para la vida es el corazón, que en una instalación industrial de estas características podemos localizar en la turbina, responsable de generar la energía. Y todo corazón dispone de un miocardio que es la capa muscular que facilita, por ejemplo, el bombeo de la sangre. Ese miocardio en una turbina bien podría ser el rotor. Hablamos de una pieza clave porque permite girar a la turbina y que ésta lleve a cabo su función principal.

Hace unos meses, el rotor de la turbina que produce energía en la central de ciclo combinado Cristóbal Colón de Endesa realizaba un viaje desde Huelva a Abu Dabi que obligó a desplegar una importante logística porque el pasajero en cuestión tiene unas dimensiones colosales y, además, es muy delicado. Hablamos de una pieza de doce metros, como un bloque de pisos de cuatro plantas, y de casi cien toneladas, equivalente a uno de los grandes mamíferos de los océanos: la ballena azul.

La planta onubense había parado en agosto del año pasado para llevar a cabo un trabajo integral de mantenimiento, que ha afectado principalmente al corazón de la central. El rotor había que trasladarlo a uno de los talleres que la empresa encargada de su puesta a punto tiene repartidos por el mundo y tocó mandarlo a Abu Dabi, a 8.000 kilómetros por carretera.

Este miércoles, Endesa abría las puertas de su central térmica para mostrar el estado de los trabajos de mantenimiento y cómo se está reinstalando el rotor que llegó de vuelta hace escasos días. «Sólo para el desmontaje parcial se invirtieron unas tres semanas», recuerda Tomás Muñoz, responsable de la central Cristóbal Colón.

Made in Huelva

El viaje de ida del rotor se inició en primavera y duró unos dos meses y medio entre escala y escala. La pieza fue embarcada en un buque oceánico. Pero antes de que llegara a puerto, tuvieron que idear una protección especial que sellara la pieza y la protegiera durante el viaje. Así fue cómo se pidió ayuda a una empresa de Huelva para que confeccionara a medida una suerte de sarcófago de casi 20 toneladas y 14 metros de largo. De lejos podría parecer un sumergible como el que pensó Julio Verne en una de sus aventuras. Un impresionante armazón de color azul que es, además, made in Huelva.

El sarcófago donde viajó el rotor de la turbina hasta Abu Dabi h24

El responsable de la central térmica onubense recuerda cómo tuvieron que buscar una salida alternativa por el puerto interior para poder enviar la pieza a otro continente. El rotor, ya guardado en su sarcófago, iniciaba así una travesía que ha culminado este pasado 28 de octubre, cuando regresaba a la planta onubense. La puesta a punto permitirá que tenga un nuevo ciclo de funcionamiento de hasta 50.000 horas, que equivale a unos seis años.

Esta semana está previsto que se coloque en el interior de la turbina de gas; una maniobra para la que se precisa mano de obra especializada debido al milimétrico trabajo que hay que realizar para ubicarla en la posición exacta desde donde volverá a producir energía para verterla al sistema. Y es que el trabajo que entraña la manipulación de esta pieza es casi artesanal como la colocación pieza a pieza de cada uno de los álabes (paletas) que ayudan a realizar el movimiento rotacional y que están enumeradas porque cada una tiene un sitio concreto aunque todas parezcan iguales.

El trabajo que entraña la manipulación de esta pieza es casi artesanal, como la colocación pieza a pieza de cada uno de los álabes que ayudan a realizar el movimiento rotacional

La central de ciclo combinado Cristóbal Colón entró en funcionamiento en 2006 con una potencia de 392 megavatios y tras 'apagarse' definitivamente la planta de fueloil que había entrado en servicio en esos mismos terrenos en los años 60. Esta instalación combina dos ciclos en serie, uno de gas y otro de vapor: el segundo aprovecha la energía residual del primero. El arranque de este tipo de instalaciones es clave para el respaldo del sistema eléctrico porque funcionan como una suerte de equilibrador, cuando algunas de las fuentes de energía, como las renovables, no tienen capacidad suficiente para abastacer toda la demanda; estas centrales compensan los posibles desequilibrios.

Cuando el apagón del 28 de abril, que dejó a oscuras a buena parte de la península ibérica, esta planta de Huelva se encontraba ya parada por estos trabajos de mantenimiento en los que ha invertido Endesa 10 millones de euros. Algunos trabajadores recuerdan aquel día, que fue de auténtico infarto para sus compañeros de otras centrales, como una jornada que la vivieron casi como espectadores. «Teníamos claro, que nosotros no habíamos hecho nada malo», ríe uno de los operadores.

El director de Endesa en Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla, Rafael Sánchez Durán, ejercía este miércoles de anfitrión de la planta durante la visita a la que asistó también la delegada territorial de Industria Energía y Minas en Huelva de la Junta, Lucía Núñez; y la tercera teniente de alcalde de Huelva, Adela de Mora Muñoz.

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