La grave advertencia del sector agrícola en Huelva: «La falta de agua y mano de obra podría abocarnos a la ruina en marzo»

Piden elevar los cupos desde Sudamérica y culminar la Presa de Alcolea para evitar el desastre cuando coincidan las cosechas de fresa, frambuesa y arándano y parte de la mano de obra migre a la hostelería

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Trabajadores en la plantación de la próxima campaña fresera h.corpa
H. Corpa

H. Corpa

Palos de la Frontera

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La campaña de frutos rojos de Huelva arranca con 350 millones de plantas de fresa en tierra y un serio aviso desde el sector: sin refuerzo de mano de obra y sin garantías de agua, marzo puede convertirse en la «tormenta perfecta» que frustre la recogida de fresa, frambuesa y arándano. UPA reclama elevar de inmediato los contingentes de temporeros y cerrar el acuerdo para terminar la presa de Alcolea para evitar el desastre tras la inversión ya realizada en la plantación.

Desde las fincas, los agricultores confirman una encrucijada diabólica en la que, mientras se invierte en tecnología para ser aún más eficientes, su viabilidad depende de decisiones administrativas sobre los contingentes de personal que escapan a su control, así como de un acuerdo político que garantice el agua del futuro con la presa de Alcolea.

La falta de personal se ha convertido en el principal quebradero de cabeza: «Es imposible, con la cantidad de fruta que hay en Huelva, dar a abasto con las personas que actualmente van a cogerla». Así de categórico se muestra José Manuel Cumbreras, conocido en Palos como 'Chele', agricultor y responsable de una de las fincas del municipio. Sobre el terreno explica a huelva24 una realidad del campo onubense: los trabajadores nacionales prefieren la recolección de la frambuesa o el arándano antes que la de la fresa, lo que obliga a depender de los contingentes de temporeros contratados en origen para poder sacar adelante la campaña.

Miembros de la Unión de Pequeños Agricultores con el personal de la finca h.c.

Es aquí donde UPA denuncia lo que considera una decisión incomprensible por parte del Gobierno. Según su secretario general en Huelva, Manuel Piedra, se ha producido un recorte drástico en las nuevas incorporaciones procedentes de Sudamérica, a pesar de que la experiencia ha sido muy positiva. «La demanda de nuestros agricultores es de más de 2.000 sudamericanos nuevos y este año se nos queda en 550», lamenta. Piedra detalla que para Guatemala se han autorizado solo 200 de los 500 que llegaron el año pasado; para Honduras, 250 frente a 509; y para Colombia y Ecuador, que ya contaban con experiencia, no se ha aprobado ninguna nueva incorporación. «Le estamos pidiendo a la Dirección General de Migraciones que nos lo explique y a día de hoy no tenemos la respuesta», añade.

La organización advierte de que el momento crítico llegará en marzo, cuando coincidan las cosechas y parte de la mano de obra local se desplace a otros sectores como la hostelería. «Cuando llegue marzo y llegue la tormenta perfecta, nos quedaremos con falta de mano de obra; después de haber hecho la inversión, iríamos totalmente a la ruina», advierte Piedra.

Alcolea y la tecnología como respuesta

El segundo eje de la reivindicación es el agua. UPA reclama un acuerdo inmediato entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía para desbloquear y finalizar la presa de Alcolea, una infraestructura que consideran vital para el futuro del sector. «Que la presa se termine para que podamos tener recursos hídricos para la plantación», pide Manuel Piedra.

Mientras llega la solución política, los agricultores invierten en tecnología para optimizar cada gota. El responsable de la finca Fres-Casacampo explica cómo han logrado ir más allá de las restricciones impuestas. «Teníamos una restricción del 25% y hemos conseguido reducir un 10% más gracias a las nuevas tecnologías», afirma. En su cooperativa, Fresón de Palos, exigen a cada parcela la instalación de sondas de riego que permiten un control exhaustivo del agua. «O reduzco costes o me tengo que quitar del medio. La única forma es reducir agua, abonado y buscar materiales más duraderos», subraya.

Este esfuerzo por la eficiencia se extiende a otros ámbitos. La plantación se planifica durante un ciclo de 25 a 30 días, hasta finales de octubre, para escalonar la producción y garantizar que haya fruta «temprana, intermedia y tardía», evitando así huecos en el mercado. En paralelo, se avanza en el control de plagas con soluciones ecológicas que, según el agricultor, lleva 25 años perfeccionando y que es una garantía para quien consume sus productos. «Soy un enamorado de no tratar nada que me vaya a comer yo, ni que se coma nadie«, asegura.

En este contexto, el secretario general de UPA Andalucía, Jesús Cózar, que acompañó a los agricultores onubenses, también abundó en que los dos grandes problemas actuales son «la falta de mano de obra y asegurar el sistema de regadío», una situación que, recuerda, no es exclusiva de Huelva y se repite en otras campañas andaluzas como la del olivar. Pese a que la pasada campaña los precios mejoraron y permitieron «medianamente» cubrir costes, la incertidumbre vuelve a planear sobre un sector que, pese a su modernización y esfuerzo, vuelve a depender de decisiones políticas para garantizar su viabilidad.

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