FIESTAS COLOMBINAS
Orishas, energía como para levantar a los muertos
El grupo de hip hop cubano destapó su fuerza y sabor con sus ritmos contagiosos, que hicieron cantar y bailar en la última noche de Colombinas a quien quiso una fiesta final de traca antes de los fuegos.


La santería cubana adora con diferentes rituales a deidades que representan la fuerza de la naturaleza, las ganas de vivir, el amor, la inteligencia… todo lo conocido. Reciben el nombre de orishas y de ahí toma su nombre un grupo que, sin estar formado por dioses, tiene el poder de arrastrar con latido batiente a través su música a quienes les oyen y bailan. Tienen energía como para levantar a los muertos y en Colombinas lo demostraron en el cierre de fiesta.

Quien más quien menos llegaba a la última noche festiva con las fuerzas justas, con algo de pena de que se acabe, con algo de deseos de retomar la rutina. Pero en mitad de esos debates interiores, aparecieron en el escenario para borrar dudas y centrar la mente y el cuerpo en el presente los Orishas, desenvolviendo con mucho ritmo su hip hop de raíz cubana, con su sabor de son y su lengua rapera, para dibujar su ritual, el de la esencia de toda música que se precie, calar y remover.
Su energía y sabor se extendieron como la pólvora y se encendió la chispa para mostrar lo más nuevo, su disco Gourmet, su recomienzo tras diez años sin novedades. Roldán González (sonero), Yotuel Romero (rapero), Hiram Riveri - Ruzzo- (rapero), pusieron sus mezclas listas para tomar en temas como ‘Rumba caviar’, ‘Sastre de tu amor’, ‘Lobo’ o ‘No hace falta ná’.

Pero por supuesto recorrieron su exitosa carrera, que tantas satisfacciones les ha dado en su viaje por el mundo, con premios Grammys incluidos. Así, al momento culmen del hiperconocido ‘Yo nací Orishas’, se sumaron otros himnos propios llenos de fuerza, retrato social y sentimiento, como ‘El kilo’, ‘Al lo cubano’, ‘Represent’, ‘Mística’, ’537 CUBA’ o ‘Atrevido’.
Antes del castillo de fuegos artificiales que pusieron el broche a las Colombinas, abonaron el terreno con su música, hicieron vibrar a los valientes que quedaban, que para sorpresa de muchos fue una inmensa legión que cubrió el espacio ‘Mapas de Música’. Lo sembraron con semillas que esperan germinar para la cosecha del verano que viene. En cada cual quedan las fotografías mentales y las compartidas para recordar el sentido a estos días.
