Sólo un 4,41% de las especies de mosquitos capturados en Huelva pueden transmitir el virus del Nilo
La mayoría de los mosquitos del litoral onubense se desarrollan en un sistema mareal de agua salada y el del virus del Nilo es de agua dulce
El dato contrasta con el 70% de los municipios del bajo Guadalquivir sevillano, donde hay agua dulce estancada por el cultivo del arroz
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Santiago Ruiz Contreras, responsable de investigación del Servicio deControl de Plagas de la Diputación de Huelva, manifestó que sólo un 4,41% de las especies de mosquitos capturados en la provincia onubense pueden transmitir el virus del Nilo. Así lo manifestó este miércoles en la charla 'Los mosquitos en Huelva y el Virus del Nilo Occidental' dentro del ciclo 'Las charlas del Comercial' de la Fundación Cajasol.
Explicó que hay 75 especies de mosquitos vectores -transmisores- del virus del Nilo y todas se crean en ecosistemas de agua dulce, mientras que la mayoría de los mosquitos del litoral onubense se desarrollan en un sistema mareal de agua salada, que abarca unas 16.000 hectáreas.
Los datos de Huelva contrastan con el caso de los municipios del bajo Guadalquivir de la provincia de Sevilla, donde el 70% de las especies de mosquitos capturadas tienen carga viral.
Según explicó el experto, los ecosistemas de agua dulce dependen de la lluvia, como es el caso de Doñana, y en verano no llueve mucho. Sin embargo, los picos de más números de mosquitos se suelen ser en la segunda quincena de julio, fecha en la que hace calor y se han alcanzado este 2024 un total 35.000 hectáreas de arrozales en esa zona del bajo Guadalquivir sevillano, donde se cultiva este cereal por inundación con agua dulce en una cosecha que se extiende de julio a octubre.

«No criminalizo el cultivo de arroz pero es el origen y hay que sabe cómo controlarlo»
Santiago Ruiz Contreras
Responsable de investigación del Servicio de Control de Plagas de la Diputación de Huelva
Indicó que en los años 2021, 2022 y 2023 hubo mucha sequía y se inundaron menos hectáreas de arroz, pero en 2024 se inundó el 90%. «No criminalizo el cultivo de arroz pero es el origen y hay que sabe cómo controlarlo», afirmó. Consideró que ahora mismo «no se trata porque cuesta dinero y se tienen que poner de acuerdo. El arrocero dice que no le afecta a su producto, que es un problema de salud pública y han entrado la Diputación de Sevilla y la Junta de Andalucía y a ver cómo se gestiona esto».
De este modo, señaló que en 2025 se van a empezar a hacer controles y tratamientos larvicidas en hectáreas de arrozal y que el servicio onubense, uno de los cinco públicos de control de mosquitos de toda España, va a ser un modelo de gestión a imitar por la provincia vecina. Indicó que los mosquitos de esa zona tienen muy poca capacidad de desplazamiento, unos dos kilómetros, pero que sin embargo, sí se encuentran aves en la zona que puede ejercer de transmisores con un radio de acción mayor.



Este experto recordó que en 2020, a raíz de la pandemia de Covid-19, en el sistema sanitario se realizaban las cribados y había técnicas diagnósticas más desarrolladas. Entonces se diagnosticaron 80 positivos y 8 fallecidos de virus del Nilo en humanos, la mayoría en el bajo Guadalquivir de Sevilla. En 2021 se elabora un programa de vigilancia de vectores del virus del Nilo. Desde entonces se pasó «del desconocimiento a saber lo que está pasando».
Ruiz Contreras explicó que en función del historial de casos de virus del Nilo en humanos se establece el nivel de riesgo para los municipios y señaló que en 2024 ha habido una «subida grande», con 131 casos hasta octubre este año y 10 fallecidos. En Huelva se dieron 2 casos -Rosal de la Frontera y Campofrío-, y 91 en Sevilla. «La mayoría de los casos se producen en verano», apuntó.
Se procesan mosquitos para detectar si tienen el virus o no. Una muestra la forman 50 mosquitos de la misma especie capturados en el mismo lugar. Así se ha determinado que 12% de la carga viral en Andalucía lo tiene la especie de mosquito Culex Perexiguus y un 1,161% el Culex Pipiens. Añade el experto que «el mosquito tigre no tiene nada que ver con el virus del Nilo».



Indicó sobre la proporción de vectores, que en la provincia de Huelva, de marzo a octubre, se capturaron en 17 localidades 155.618 mosquitos, mientras que en seis localidades del bajo Guadalquivir se llegó a 412.093 mosquitos.
«El nuevo reto para nosotros como servicio de control de plagas es que hemos pasado de 23 municipios, la mayoría en la costa, a 35 y las previsiones es que sigan creciendo», expuso sobre el radio de acción cada vez mayor que tienen que asumir.
31 especies de mosquitos en Huelva
En su charla, Ruiz Contreras comenzó señalando que los insectos pasan en su desarrollo por ser huevos, larvas, ninfas y adultos. Están ligados a ecosistemas de agua y es «obligatorio para ellos una fase acuática». Apuntó que sólo las hembras se alimentan de sangre, no los machos, que se diferencia porque en el último segmento del abdomen tienen una pinza, así como antenas plumosas y palpos más largos que las hembras.
En todo el minuto hay unas 3.556 especiales de mosquitos en el mundo, de las que 64 se localizan en España y 31 en la provincia de Huelva. Según la red de estaciones de trampeo del Servicio de Control de Plagas, hay cinco especies de mosquitos consideradas de interés sanitario (2023). Ochlerotatus caspius (75,3%), Oc. detritus (4,9%), Culex pipiens (17,6%); Cx. theileri (1,1%), y Cx. perexiguus (1,1%).
Mosquitos y mareas
Los mosquitos necesitan de ecosistemas húmedos, y Huelva cuenta con 16.000 hectáreas de agua salada en las marismas mareales, mientras que Doñana es una marisma de agua dulce. Las mareas se rigen por los ciclos lunares y hay dos periodos al mes mareas vivas, que es cuando más sube y baja el agua, que son las fases de luna llena y luna nueva, mientras que la mejor diferencia entre pleamar y bajamar se dan en las fases de cuarto menguante y creciente. «Estas mareas generan una nueva población de mosquitos y si además las temperaturas son altas hay más problemas de mosquitos». Este año se han dado desde mayo hasta hace unas pocas semanas.
Para combatir la presencia de mosquitos, el Servicio de Control de Plagas de la Diputación de Huelva desarrolla un plan de tratamiento y control larvario de marzo a octubre, que «vemos a tener que prolongarlo, porque en noviembre también hay lluvias, mareas altas y la temperatura para que surjan generaciones de mosquitos».
Tratamientos
Todo el control de larvas se hace a pie con biocidas en equipos de dos personas desde el Guadiana, el estuario de la ría Carreras y el Odiel y el Tinto. También se realizan con medios aéreos en las mareas más altas de julio, agosto y septiembre, para alcanzar lugares más inaccesibles. «La densidad de larvas en la marisma son altísimas y cada 15 días hay que controlarla», comentó y agregó que se está empezando a hacer tratamiento con dron «en algunas zonas con buenos resultados».
Tras el control larvicida se hace un tratamiento adulticida en lugares donde se refugian los mosquitos adultos en los momentos en los que están más activos, a primera hora de la mañana y la última de la tarde.
Asimismo se hacen estudios con una serie de trampas que tienen como atractivo C02 con hielo seco. «Se capturan vivos y se mantienen en frío y se hacen estudio con la carga viral que tienen». Hay cerca de una veintena de trampas de mosquitos en el litoral onubense. «Pese a los esfuerzos en el control de los mosquitos este año ha habido muchísimos, una media de 900 mosquitos por día por ejemplo en Gibraleón, una barbaridad».
En la gráfica comparativa mostró que la media de hembras capturadas entre 2003 y 2023 se ve «superado con creces la media en todos los meses de 2024. «Ha sido un año complicado, porque ha habido lluvias en la primavera tardía, en mayo y junio, con temperaturas altas ya en abril, y eso hizo que se disparara el número de mosquitos y ha sido difícil controlar este año la plaga«.
En el ecosistema litoral de Huelva el 91% de los mosquitos que se capturan son de la especie Ochlerotatus Caspius, que es de los pocos que es «capaz de volar más de 30 kilómetros al día». Además tiene poblaciones sincrónicas, por lo que nacen todos el mismo día. Otra característica es que «tienen mucha avidez por picar a humanos. Le encanta. Pica en el exterior, al atardecer y en los meses de verano, fundamentalmente».
Su misma avidez por el ser humano tiene el Ochlerotatus Detritus y el siguiente es el Culex Pipiens, que se cría en agua dulce y que es vector del virus del Nilo, «una nueva realidad y un reto», comenta,
El virus del Nilo se descubrió por primera vez en 1937, en el distrito West Nile del Uganda. Los reservorios del virus del Nilo son las aves -más e 300 especies- y los secundarios accidentales son los seres humanos y los caballos. Para los primeros aún no hay vacunas, pero sí para los caballos. Normalmente el virus está en aves y los mosquitos que pican a unas y otras amplifican el virus. Hay mosquitos que pican a aves y mamíferos y actúan como vector transmisor, como puente. El virus en caballos es fin de ciclo y no se transmite, al igual que humanos, salvo que se dé una transfusión sanguínea, trasplante de órganos, transmisión intrauterina y a través de la leche materna.
Hay 75 especies de mosquitos vectores de del virus del Nilo y todas se crean en ecosistemas de agua dulce, siendo la especie Culex Pipiens es el que hace que salte de mosquitos a hombres y caballos. La competencia vectorial hace referencia a cómo de exitosa es la transmisión. Depende del ciclo exógeno dentro del mosquito, las preferencias alimenticias, la longevidad del mosquito y su abundancia.
Ruiz Contreras señaló que en Huelva fueron positivos dos aves, un pollo de águila imperial en Doñana y un alcatraz encontrado muerto en alta mar, frente a las costas de Huelva.
Un 0,1% de letalidad
También recordó que la mayoría de los casos en humanos son asintomáticos, un 80% no les pasa nada y puede desarrollar una fiebre moderada. En sólo un 0,7% se dan encefalitis y meningitis, siendo la letalidad de un 0,1%.
El virus del Nilo se descubrió en 1937 y hubo un brote importante en Bucarest en 1996, pero «no hizo reaccionar a la comunidad científica, que sí lo hizo al llegar en 1999 a Nueva York», al parecer por unas aves importadas desde Israel. A partir de ahí en España se creó una red multidisciplinar.