La piedra angular del viejo Decano
En tiempos de dificultad aparecen para refrendar que siempre han estado ahí. No hay dudas de que la afición del club Decano es muy grande. A pesar de no ser muy numerosos (atrás quedaron esos tiempos en los que había lista de espera para sacarse el abono) demuestran que tienen mucho más honor que los dirigentes inexistentes del Recreativo de Huelva.
Unos retirados en Madrid, a la espera de que la desesperación de una ciudad le reporte beneficios económicos y otros en sus casas que no ejercen ni siquiera un servicio mínimo que aporte estabilidad en el club.
Son los jugadores y los empleados los que permiten desde el día a día que el Recreativo siga existiendo. Al menos ahora y en estos momentos. Pero a pesar de su denodado esfuerzo y compromiso sin nada cambio (hasta donde les deje las piernas en un caso y en otros hasta que el juez de Magistratura de Trabajo los mande a casa tras resolverse sus demandas) hay veces en los que no les llega. Y ahí está apareciendo la afición, sabia y valedora, para dar la cara por su equipo y por su gente en estos momentos de penuria. Cumpliendo cuando los que deben cumplir no lo hacen.
Ver las imágenes del partido de Mérida, con casi 300 valientes recreativistas dando colorido y demostrando su pasión por el Decano, son motivo de orgullo. Ahí está la afición, con su equipo en las buenas y en las malas. Tanto en los campos donde juega, como también para ayudar desde otros ámbitos. Ya sea defendiéndolo en los juzgados y organizando paellas de confraternización, como recaudando dinero con huchas o para que el primer equipo y el filial tenga material médico. El más básico, ya que ni eso hay.
El Recre siempre lo ha sido y siempre será su afición. La que siempre ha sido su piedra angular, aunque luego no se contara con ella para las decisiones más importantes. Si el Recreativo consigue contarla, es de recibo que los que se hagan con las riendas de este ‘marrón’ deberán contar con la afición. Volver a los orígenes, contar con su gente.
