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Este bello rincón de Huelva dispone de la única pista para la práctica de vuelo con parapente de la provincia

Además de contar con una arquitectura rural marcada por los cursos fluviales, es un punto de encuentro para los amantes del deporte de montaña y senderismo, con rutas como la de los Molinos Harineros, o las que llevan hasta las cumbres más altas del territorio onubense

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Vista general de Arroyomolinos de León J. M. B. M

José Manuel Brazo Mena

Huelva

Tras abandonar la Ruta de la Plata(A-66), la carretera que conduce a Fregenal de la Sierra(A-434) se interna en vastas dehesas de encinas y alcornoques dentro del parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y después de recorrer una veintena de kilómetros atravesando los municipios de Santa Olalla y Cala, desemboca en Arroyomolinos de León, una localidad marcada por la presencia de numerosos cursos fluviales y parajes ricos en agua.

Arroyos como los del Cañuelo, el Abismo, la Rivera de las Huertas, las Vegas, la Garganta o Valdemadera, que surcan el término municipal arroyenco, impulsaron en las inmediaciones de sus cauces una importante industria molinera que dio lugar al nombre de la población. La historia completó el topónimo, al crearse la Encomienda Mayor de León, en el siglo XIII, de la que formó parte Arroyomolinos, junto con otras cuatro villas del entorno.

En el mismo pueblo, junto al arroyo del Abismo, se aprecian los primeros restos de molinos, al lado de los tradicionales huertos familiares que bordean el cauce. Molinos como el del Chorrero, Tío Galván, Barón y Atanasio van a formar parte de un rosario de edificios que estaban dedicados a triturar el trigo y que según cuentan los vecinos, recibían el nombre de sus dueños, excepto el primero en el cauce del arroyo, denominado Molino de la Llave.

Las dos rutas para conocer los molinos, una corta y otra larga, parten del Molino de Atanasio, edificio restaurado y actual Centro de Interpretación, visitable con cita previa contactando con el Ayuntamiento. Estas construcciones han formado parte de la historia de Arroyomolinos desde sus orígenes, habiéndose identificado en la localidad 32 molinos, la mayoría con el «cubo», mientras que en algunos se pueden apreciar las piedras de moler o el propio rodezno.

Ascenso al Pico Bonales, la cumbre más alta

No obstante, Arroyomolinos se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes del deporte de montaña y senderismo. En su término municipal se encuentra el Pico Bonales, el techo de la provincia de Huelva, con 1.055 metros de altura, disponiendo para su ascenso del sendero más recorrido desde su puesta en valor hace unos años gracias al trabajo conjunto entre el Ayuntamiento y la Federación Andaluza de Montañismo.

El camino que lleva hasta la cumbre, parte desde la iglesia de Santiago el Mayor, y atraviesa un paisaje increíble de alcornocales, dehesas, olivares y una de las mayores reservas de quercus pirenaica de toda Sierra Morena. Desde el Pico Bonales se divisan fantásticas vistas de las sierras del parque natural, el valle de la Rivera de Huelva, el embalse de Aracena y diversas poblaciones del entorno, como Corteconcepción y Puerto Moral.

Si el viajero opta por continuar la ruta de forma lineal, es posible caminar hasta la Sierra de Tentudía, coronar su pico, considerado como el techo de Extremadura (1.104 metros de altitud) y visitar su monasterio del siglo XIII, uno de los más visitados desde la época medieval. Esta joya arquitectónica, considerada Bien de Interés Cultural, alberga un claustro mudéjar, dos capillas y un retablo mayor de azulejería obra de Francesco Niculoso Pisano.

Imagen principal - En la imagen superior, una calle de Arroyomolinos; abajo y a la izquierda, un sendero coloreado con los tonos de otoño y a la derecha el hito que define el punto más alto de la provincia de Huelva
Imagen secundaria 1 - En la imagen superior, una calle de Arroyomolinos; abajo y a la izquierda, un sendero coloreado con los tonos de otoño y a la derecha el hito que define el punto más alto de la provincia de Huelva
Imagen secundaria 2 - En la imagen superior, una calle de Arroyomolinos; abajo y a la izquierda, un sendero coloreado con los tonos de otoño y a la derecha el hito que define el punto más alto de la provincia de Huelva
Estampas de otoño En la imagen superior, una calle de Arroyomolinos; abajo y a la izquierda, un sendero coloreado con los tonos de otoño y a la derecha el hito que define el punto más alto de la provincia de Huelva J. M. B. M.

Otro de los atractivos del municipio, lo constituye el mundo del parapente, que se está dando cita desde hace unos años en el Alto del Bujo para la práctica de esta modalidad deportiva, en una pista de despegue situada a 840 metros de altitud, donde los deportistas aprovechan los vientos que entran por el suroeste para disfrutar de las maravillosas vistas que les ofrece volar sobre los espectaculares paisajes de la sierra de Aracena.

Se trata de la primera pista de despegue de esta modalidad de vuelo en la provincia de Huelva, con la peculiaridad de que es el punto ideal para batir los récords nacionales y europeos de vuelos de largo recorrido. El Alto del Bujo, según señalan desde el ayuntamiento arroyeno, es «una cornisa donde el viento permite un despegue seguro constituyendo una zona muy apreciada para la práctica de este deporte».

En la zona se puede visitar un curioso templo, de portada mudéjar y reminiscencias de los conventos coloniales mejicanos

Antes de salir del pueblo, entre las calles de empedrado bicolor, se puede visitar la iglesia de Santiago el Mayor, que data de finales del XIII y principios del XIV, aunque la estructura actual es del XVII. La fachada de los pies de este templo conserva la portada mudéjar, con reminiscencias de los conventos coloniales mejicanos, mientras que en la portada sur, de estilo neoclásico, destacan los símbolos pertenecientes a la Orden de Santiago.

Otra de las edificaciones que merece la pena conocer se encuentra en la antigua vereda de Sevilla, la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, construcción del siglo XVI perfectamente conservada, emplazada en un amplio rellano, donde en el tercer fin de semana de mayo, los arroyenos celebran la romería en honor de la virgen titular. Además de la capilla, en el lugar se encuentra un pilón en buen estado de conservación, de los dos que quedan en el municipio.

El viaje no puede concluir sin saborear la cocina arroyenca, con productos ibéricos, con platos como la «sangre con tomate», que se elabora en época de matanza, así como las migas acompañadas de salazones cárnicas, y otros productos derivados del cerdo. Para el postre, la cocina arroyenca ha recuperado los tradicionales piononos, pestiños y piñonates, que se consumen rebozados con miel de la sierra.

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