La erosión que sufre Matalascañas y todo el entorno natural que la rodea en el frente costero es un proceso sin freno que cada vez más personas se animan a denunciar y mostrar. El mar ha venido cada año, con los sucesivos temporales, retirando la arena de la parte baja de los acantilados y eso ha causado derrumbes y corrimientos de tierra.
En este contexto, el foco está puesto siempre sobre el paseo marítimo de Matalascañas, gravemente dañado, pero también en las casas que ahora cuelgan de los acantilados en la zona del rancho Pichilín y en el camping Rocío Playa. Este último se encuentra abandonado y sus instalaciones van cayendo junto con la arena al ritmo del mencionado proceso devorador del oleaje.
Así lo ha evidenciado en un video en redes sociales @Selustunman, que en TikTok repasa cómo se encuentra el camping. «Los cuartos de baño estaban lejos del acantilado y ahora los tenemos con el agua ahí. Creo que en tres o cuatro años, como muchísimo, empezarán a caerse», indica. «Cada vez que vengo hay menos y menos terreno», apunta.
También comenta que cada vez hay menos terreno y que pasear por allí da un poco de pena, porque todo está «deteriorado y abandonado», pese a tener unas «vistas privilegiadas». Señala donde estaba el restaurante y otras partes del camping. En los comentarios del video, muchas personas comparten sus recuerdos de este lugar e inciden en que este proceso natural sigue muy activo.
La voz de los expertos
Ya lo indicó en Huelva24.com Juan Antonio Morales, doctor en Geología de la Universidad de Huelva y toda una eminencia en los procesos que se producen en el litoral onubense, que «Matalascañas es una zona en retroceso y el proceso erosivo en la zona no parará». También apuntó que el tan criticado Espigón Juan Carlos I, «ha tenido mucha influencia en la erosión de la playa de Mazagón pero a Matalascañas la influencia o no llega o muy poco, porque las olas ya antes se han alimentado de arena por toda la zona de la playa de Castilla».
Morales concluyó que toda las construcciones que ahora se encuentran al borde los acantilados tras el avance de la erosión «están condenadas». No obstante, también indicó que los derrumbes genera una cantidad de arena frente a los acantilados que obstaculiza momentáneamente la erosión del mar. Asimismo la arena que el mar roba a los acantilados pasa a distribuirse por el litoral de este a oeste y que acabará en las playas. Sin embargo, los espigones colocados en Matalascañas, tan faltos de arena para su playa, son un freno para la llegada de ese aporte arenoso. Estos sistemas de espigones están pensados para retener arena cuando la playa tiene una buena cantidad, pero es una barrera cuando ocurre al contrario y necesita recibir aporte.
De este modo, tal y como apuntan los expertos, y como pueden apreciar todos los que visitan la zona de los acantilados de las dunas fósiles del Asperillo, desde Mazagón a Matalascañas, el paisaje seguirá cambiante en la misma dirección.
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