CONFIDENCIAL

El runrún: Así no, señoría/s

Los medios de comunicación han asistido con asombro a la orden dada por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial (a la Guardia Civil) para impedir el acceso de la prensa al Palacio de Justicia de Huelva hasta el momento justo en que diera comienzo el juicio que arrancaba este martes.

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Huelva

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El juicio es contra una enfermera de la prisión acusada de intoxicar a sanitarios con drogas mezcladas con alimentos-, un caso que los medios (locales y nacionales) vienen cubriendo desde que se conoció el caso (diciembre de 2018). Una decisión, con algún precedente solo desde la pandemia, por la que se ha llegado incluso a hablar (presidente de la Audiencia, Antonio Pontón, y Asociación de la Prensa de Huelva) de hacer un tipo de documento para evitar esta situación, un carné innecesario -por otra parte- si partimos del hecho de que los periodistas tienen los propios de los medios para los que trabajan o de las asociaciones a las que pertenecen, que los identifican y acreditan la tarea que realizan. Hoy, cámaras de televisión, fotógrafos y periodistas han estado una hora y media (el tiempo que se ha retrasado el juicio) a las puertas del Palacio de Justicia como si cubrir el juicio (este o cualquier otro) fuera un antojo (y no un trabajo y un derecho) o como si fueran a alterar el orden en el interior del edificio, para sorpresa incluso de la propia oficina de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), puente de unión entre los periodistas y el Alto Tribunal, que es quien marca la política de comunicación del Poder Judicial, junto a los órganos centrales. La sorpresa ha sido aún mayúscula cuando después de más de una hora sin poder entrar en el Palacio de Justicia, desde la Presidencia del tribunal, la magistrada Carmen Orland ha pedido que uno de los agentes de puerta, con bolígrafo y un folio en mano, anotara el nombre de los periodistas y los medios a los que representan y “ya ella decidirá” (textualmente). El mismo Protocolo de Comunicación de la Justicia se pronuncia con claridad sobre el acceso a los juicios, solo hay que echarle un vistazo. La prensa lleva décadas entrando a la principal sede judicial de Huelva, en busca de información o para cubrir alguna vista, con relaciones fluidas y de respeto mutuo con los operadores jurídicos, y solo ha tenido que identificarse como tal para hacer su trabajo.  Situaciones como las que se han dado este martes no son positivas para ninguna parte ni mucho menos para la imagen en la que tanto viene trabajando la Justicia para acercarse al ciudadano... a través de la prensa, por cierto.   

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Triste cumpleaños para el yacimiento de ‘El Jamón’. Seguro que recuerdan cómo hace un año los onubenses por fin pudieron conocer ‘in situ’ los impresionantes restos arqueológicos que nos hablaban de la Huelva milenaria, esa que no dudamos en comparar con orgullo con otras capitales que sí han sabido ‘vender’ su patrimonio como un importante activo económico para la ciudad. Junto a la plaza de San Pedro, decíamos, se inauguró la exposición de lo que fue la primitiva muralla de la ciudad y sus modificaciones posteriores de épocas romana e islámica. Para ver lo que en cualquier otro lugar considerarían un tesoro, aquí debíamos asomarnos al pasillo de un supermercado, donde, entre el frigorífico de los yogures y la estantería de las patatas fritas, podíamos mirar al suelo y admirar nuestros orígenes. Como es lógico, los colectivos implicados en la defensa del patrimonio pusieron el grito en el cielo ante lo que parecía una broma de mal gusto, mientras la empresa El Jamón –claro está– intentaba ‘vender’ el yacimiento a sus clientes. Pasado un año, no hay más que darse una vuelta por la tienda para corroborar lo que desde el primer día era evidente: un supermercado no es lugar para exhibir unos restos arqueológicos, más aún si tenemos en cuenta el deterioro que en estos meses ha sufrido el suelo acristalado a través del cual puede verse, más mal que bien, la muralla trimilenaria. Como se observa en las fotos tomadas recientemente, el cuidado que puso la empresa a raíz de la expectación inicial ha dejado paso a lo que todos imaginábamos: la prioridad de este ‘súper’ es vender, naturalmente, y si para ello tiene que descuidar el mantenimiento de la cristalera o colocar un palé expositor con botellas obstaculizando la observación de los restos, pues lo hace y punto. Es su deber. Podemos decir lo mismo de El Corte Inglés, propietario de Sfera, en cuya tienda de la calle Arquitecto Pérez Carasa se hizo exactamente lo mismo. En definitiva, sólo engañaron a quienes se dejaron engañar: aquellos políticos que no cumplieron en este caso con su deber de proteger y mostrar con la debida dignidad nuestro pasado a los propios onubenses y a quienes nos visiten.

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Esperanza en el ser humano. Aunque ya desde hace varias semanas se sabía que las obras en la calle Palos y Fernando el Católico iban a ser bastante inoportunas en una zona de mucho tránsito, también es cierto que hay sectores de la población, como ancianos, personas de movilidad reducidas, padres con carritos... que lo pasan bastante mal al pasar por allí desde el verano. Y todavía queda tiempo para que concluyan, pero es lo que hay... Afortunadamente, y como señala en sus redes sociales Marcos Toti, el coordinador provincial de Izquierda Unida, los operarios se están portando muy educadamente ayudando a las personas que lo necesitaba. Lo ilustraba con una bella instantánea y escribiendo que a pesar de todo, hay esperanza en el ser humano. Todas las mañanas este trabajador de las obras de peatonalización de la calle Fernando el Católico, en Huelva, ayuda a la señora mayor que lleva del brazo para que no sufra ningún accidente. 

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