salud
Cómo aliviar el dolor causado por una hernia discal
Antes de entrar en materia sobre algunas de las posibles soluciones ante una hernia discal conviene aclarar qué es y cómo se produce y para ello debemos hablar de la columna vertebral. Ésta está formada por 33 vértebras. En su interior es donde se encuentra la médula espinal y de la misma es de la que emergen raíces nerviosas que van a parar a distintos lugares del cuerpo. Los discos que se hallan entre esas vértebras hacen la función de almohadilla porque absorben y distribuyen, en cierta medida, las cargas que van a parar a la columna. El problema viene cuando uno de estos discos no amortigua como debiera, haciendo que el orificio se estreche y produciendo dolor en las extremidades inferiores.

Aunque, en ocasiones, una hernia discal puede tener lugar por el tipo de trabajo que se realice de manera constante (sobretodo aquellos que requieran de un importante esfuerzo físico que incluya a la espalda) lo cierto es que lo más común es que los discos intervertebrales se acaben desgastando, de forma natural, por el paso del tiempo. Sencillamente, el contenido de agua en el núcleo de los discos se irá haciendo menor y, por lo tanto, su capacidad de amortiguar y absorber los golpes o vibraciones también irá en descenso. Más allá de esas dos causas principales, una persona puede acabar por tener una
Qué se puede hacer cuando se tiene hernia discal
Sabiendo un poco más lo que es una hernia discal y su origen, he aquí algunas formas de poder hacerle frente, cuanto menos, para aliviar los síntomas y poder hacer una vida mucho más normalizada.
Aunque, en ocasiones, una hernia discal puede tener lugar por el tipo de trabajo que se realice de manera constante (sobretodo aquellos que requieran de un importante esfuerzo físico que incluya a la espalda) lo cierto es que lo más común es que los discos intervertebrales se acaben desgastando, de forma natural, por el paso del tiempo. Sencillamente, el contenido de agua en el núcleo de los discos se irá haciendo menor y, por lo tanto, su capacidad de amortiguar y absorber los golpes o vibraciones también irá en descenso. Más allá de esas dos causas principales, una persona puede acabar por tener una hernia discal si realiza un giro o una postura de una manera muy brusca o si cuenta con un exceso de peso. Qué se puede hacer cuando se tiene hernia discalSabiendo un poco más lo que es una hernia discal y su origen, he aquí algunas formas de poder hacerle frente, cuanto menos, para aliviar los síntomas y poder hacer una vida mucho más normalizada. Terapia de andulación. Hablamos de una terapia biofísica que se basa en tres principios. Por un lado, las vibraciones mecánicas. Por otro, los infrarrojos y, por último, mantener una postura correcta en el paciente. De por sí, estas tres técnicas ya han dejado patente en numerosos estudios médicos internacionales que resultan ser de lo más efectivas y, ahora, se puede contar con todas ellas en un mismo dispositivo sanitario. Además de conseguir aliviar el dolor crónico y agudo (una de las cosas de las que más se quejan los pacientes que padecen de hernia discal) se logrará mejorar la microcirculación de la zona que se trate y se relajará la masa muscular, lo que se traduce en una mayor movilidad. Cualquiera que quiera probar esta técnica, incluso sin tener que desplazarse de casa, puede pedir una demostración gratis para comprobar, por uno mismo, hasta qué punto puede mejorar la salud. Tratamiento con calor. Alrededor de un 90% de los pacientes puede notar alivio si sigue un tratamiento de alrededor de unas seis semanas, sin necesidad de tener que pasar por el quirófano. Cirugía. Hay veces en los que el daño que se ha sufrido es demasiado grave como para evitar una operación. Tampoco hay que preocuparse mucho, si es el caso. Lo cierto es que, hoy en día, son muy comunes las cirugías denominadas mínimamente invasivas (aunque éstas sólo se pueden aplicar a hernias discales poco complejas) Pero, incluso en el caso de que se requiera de una operación mayor, hay que tener en cuenta que se realiza con bastante frecuencia. Cómo prevenir una hernia discalAunque hay veces en las que resulta inevitable que una hernia discal aparezca (como es el caso del paso del tiempo) sí que hay una serie de medidas que se pueden tener en cuenta y que, al menos, pueden retrasar su aparición. Hablamos de cosas tan sencillas como realizar ejercicio de forma regular. De esta manera, los músculos de la espalda y de los abdominales se verán reforzados con lo que los discos intervertebrales estarán más aliviados. También hay que aprender a cargar objetos de la forma correcta. En realidad, resulta tan sencillo como repartir el peso y ayudarse mucho de las piernas. La espalda juega un papel importante, pero no es la protagonista y no se debe tirar de ella. Y, por último, contar con una dieta equilibrada. El sobrepeso no trae nada bueno consigo y no iba a ser menos en la aparición de hernias discales. Además, si la dieta es rica en fibra, vitaminas y minerales (por ejemplo, con frutas, verduras y cereales) se conseguirán absorber más nutrientes y éstos fortalecerán los discos, lo que hará que la aparición de las hernias sea menor. Síntomas de una hernia discalAunque lo mejor es ponerse en las manos de un especialista en cuanto que se noten molestias para descartar y, sobretodo, para procurarse el mejor tratamiento posible a tiempo, una persona puede saber si tiene una hernia discal si: cuenta con dolor cervical; dolor profundo cerca de las paletillas o irradiado al hombro; si nota molestias al toser o al reír; cuando el doblar el cuello o girar la cabeza se hace complicado; si se nota debilidad en los músculos del brazo o dolor en la parte inferior del tronco.
Aunque, en ocasiones, una hernia discal puede tener lugar por el tipo de trabajo que se realice de manera constante (sobretodo aquellos que requieran de un importante esfuerzo físico que incluya a la espalda) lo cierto es que lo más común es que los discos intervertebrales se acaben desgastando, de forma natural, por el paso del tiempo. Sencillamente, el contenido de agua en el núcleo de los discos se irá haciendo menor y, por lo tanto, su capacidad de amortiguar y absorber los golpes o vibraciones también irá en descenso. Más allá de esas dos causas principales, una persona puede acabar por tener una hernia discal si realiza un giro o una postura de una manera muy brusca o si cuenta con un exceso de peso. Qué se puede hacer cuando se tiene hernia discalSabiendo un poco más lo que es una hernia discal y su origen, he aquí algunas formas de poder hacerle frente, cuanto menos, para aliviar los síntomas y poder hacer una vida mucho más normalizada. Terapia de andulación. Hablamos de una terapia biofísica que se basa en tres principios. Por un lado, las vibraciones mecánicas. Por otro, los infrarrojos y, por último, mantener una postura correcta en el paciente. De por sí, estas tres técnicas ya han dejado patente en numerosos estudios médicos internacionales que resultan ser de lo más efectivas y, ahora, se puede contar con todas ellas en un mismo dispositivo sanitario. Además de conseguir aliviar el dolor crónico y agudo (una de las cosas de las que más se quejan los pacientes que padecen de hernia discal) se logrará mejorar la microcirculación de la zona que se trate y se relajará la masa muscular, lo que se traduce en una mayor movilidad. Cualquiera que quiera probar esta técnica, incluso sin tener que desplazarse de casa, puede pedir una demostración gratis para comprobar, por uno mismo, hasta qué punto puede mejorar la salud. Tratamiento con calor. Alrededor de un 90% de los pacientes puede notar alivio si sigue un tratamiento de alrededor de unas seis semanas, sin necesidad de tener que pasar por el quirófano. Cirugía. Hay veces en los que el daño que se ha sufrido es demasiado grave como para evitar una operación. Tampoco hay que preocuparse mucho, si es el caso. Lo cierto es que, hoy en día, son muy comunes las cirugías denominadas mínimamente invasivas (aunque éstas sólo se pueden aplicar a hernias discales poco complejas) Pero, incluso en el caso de que se requiera de una operación mayor, hay que tener en cuenta que se realiza con bastante frecuencia. Cómo prevenir una hernia discalAunque hay veces en las que resulta inevitable que una hernia discal aparezca (como es el caso del paso del tiempo) sí que hay una serie de medidas que se pueden tener en cuenta y que, al menos, pueden retrasar su aparición. Hablamos de cosas tan sencillas como realizar ejercicio de forma regular. De esta manera, los músculos de la espalda y de los abdominales se verán reforzados con lo que los discos intervertebrales estarán más aliviados. También hay que aprender a cargar objetos de la forma correcta. En realidad, resulta tan sencillo como repartir el peso y ayudarse mucho de las piernas. La espalda juega un papel importante, pero no es la protagonista y no se debe tirar de ella. Y, por último, contar con una dieta equilibrada. El sobrepeso no trae nada bueno consigo y no iba a ser menos en la aparición de hernias discales. Además, si la dieta es rica en fibra, vitaminas y minerales (por ejemplo, con frutas, verduras y cereales) se conseguirán absorber más nutrientes y éstos fortalecerán los discos, lo que hará que la aparición de las hernias sea menor. Síntomas de una hernia discalAunque lo mejor es ponerse en las manos de un especialista en cuanto que se noten molestias para descartar y, sobretodo, para procurarse el mejor tratamiento posible a tiempo, una persona puede saber si tiene una hernia discal si: cuenta con dolor cervical; dolor profundo cerca de las paletillas o irradiado al hombro; si nota molestias al toser o al reír; cuando el doblar el cuello o girar la cabeza se hace complicado; si se nota debilidad en los músculos del brazo o dolor en la parte inferior del tronco.
Tratamiento con calor. Alrededor de un 90% de los pacientes puede notar alivio si sigue un tratamiento de alrededor de unas seis semanas, sin necesidad de tener que pasar por el quirófano.
Cirugía. Hay veces en los que el daño que se ha sufrido es demasiado grave como para evitar una operación. Tampoco hay que preocuparse mucho, si es el caso. Lo cierto es que, hoy en día, son muy comunes las cirugías denominadas mínimamente invasivas (aunque éstas sólo se pueden aplicar a hernias discales poco complejas) Pero, incluso en el caso de que se requiera de una operación mayor, hay que tener en cuenta que se realiza con bastante frecuencia.
Cómo prevenir una hernia discal
Aunque hay veces en las que resulta inevitable que una hernia discal aparezca (como es el caso del paso del tiempo) sí que hay una serie de medidas que se pueden tener en cuenta y que, al menos, pueden retrasar su aparición.
Hablamos de cosas tan sencillas como realizar ejercicio de forma regular. De esta manera, los músculos de la espalda y de los abdominales se verán reforzados con lo que los discos intervertebrales estarán más aliviados. También hay que aprender a cargar objetos de la forma correcta. En realidad, resulta tan sencillo como repartir el peso y ayudarse mucho de las piernas. La espalda juega un papel importante, pero no es la protagonista y no se debe tirar de ella. Y, por último, contar con una dieta equilibrada. El sobrepeso no trae nada bueno consigo y no iba a ser menos en la aparición de hernias discales. Además, si la dieta es rica en fibra, vitaminas y minerales (por ejemplo, con frutas, verduras y cereales) se conseguirán absorber más nutrientes y éstos fortalecerán los discos, lo que hará que la aparición de las hernias sea menor.
Síntomas de una hernia discal
Aunque lo mejor es ponerse en las manos de un especialista en cuanto que se noten molestias para descartar y, sobretodo, para procurarse el mejor tratamiento posible a tiempo, una persona puede saber si tiene una hernia discal si: cuenta con dolor cervical; dolor profundo cerca de las paletillas o irradiado al hombro; si nota molestias al toser o al reír; cuando el doblar el cuello o girar la cabeza se hace complicado; si se nota debilidad en los músculos del brazo o dolor en la parte inferior del tronco.