Psicosalud

Ser fiel a ti mismo

Cada vez está más reconocido que una de las razones por las que podemos enfermar es debido a la incoherencia en nuestro comportamiento. ¿Qué quiere decir? Pues que, en ocasiones, actuamos en contra de lo que realmente deseamos ya sea porque ni siquiera somos conscientes de lo que en realidad queremos, por presión social, por querer agradar a otra persona, por ir en contra de creencias arraigadas, por miedo, y un largo etcétera.

Ser fiel a ti mismo

Huelva24

Huelva

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Actuar siendo coherentes con lo que de verdad queremos hacer, es una actitud que mejorará nuestra salud, además de la confianza en nosotros mismos y también, a la larga, la imagen que los demás tienen de nosotros. Y esto no es fácil, reconozcámoslo. Es necesario poseer el suficiente valor para llevar a cabo lo que deseamos de la forma que nos parezca más apropiada a nosotros, y no a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, o a cualquier otra persona.

Parece claro que actuar con integridad o ‘siendo fiel a uno mismo’ tiene sus ventajas, aunque puede ser complicado. Atenerte a tus principios, a veces, está reñido con estar en paz con los que nos rodean. Admitir cualquier sentimiento de incomodidad, desagrado o enfado y expresarlo en voz alta, puede provocar conflictos en nuestras relaciones, o temor a no ser querido por otras personas. Reconocer nuestros límites, lo que nos apetece y lo que no, lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no, puede generarnos ansiedad por miedo a ser rechazados y/o ridiculizados. En definitiva, se necesita valentía para actuar con coherencia y, por supuesto, mucho sentido de la responsabilidad para hacernos cargo de las consecuencias que puedan derivarse de nuestras decisiones.

Pero en nuestra mano está elegir y trabajar esos temores. Cada persona tiene unas opiniones y creencias, y experimentamos ciertos sentimientos frente a determinadas circunstancias. Habrá situaciones en las que, por decisión propia, preferirás omitir lo que piensas y guardártelo para ti, porque libremente eliges que así sea. Sin embargo, podrán darse otros momentos en los que compartir tu opinión en voz alta sería beneficioso para ti y, a pesar de ello, no te atreves a decirlo. Quizá luego te sientas mal, ya sea física o emocionalmente, porque no has elegido libremente, sino que ha sido tu miedo el que te ha impedido manifestarte. No pasa nada, nos ocurre a todo el mundo, y está en nuestro poder aprender a afrontar esos temores si es eso lo que deseamos.

Además de negar las opiniones que tenemos respecto a algo, también podemos negar los propios sentimientos o fingir sentimientos que no tenemos. Generalmente, esto se produce por el afán de ser aceptados, por miedo a estar solos, por rehuir el conflicto, etc. Lo cierto es que respetar nuestros verdaderos deseos y hacer lo que realmente consideramos beneficioso para nosotros, es algo que mejora enormemente nuestra salud. Eso sí, ser fiel a uno mismo equivale a ser sincero sobre lo que te gusta, así como afirmar tus necesidades frente a los demás, y esto no siempre es bien recibido por las personas que nos rodean.

En conclusión, ser fiel a uno mismo no es la posición más cómoda para vivir, aunque sí la más saludable para nuestro organismo siempre y cuando seamos capaces de liberarnos de la culpa, del miedo al rechazo, de la ansiedad extrema, y de todas esas emociones que son dañinas para nosotros. Por tanto, ser fiel a uno mismo es una decisión personal que debemos tomar, o no, según los beneficios que obtengamos de ello, y según los recursos personales que tengamos para afrontar los inconvenientes que nos podamos encontrar en el camino. Lo que sí es seguro, es que es una enorme ayuda a nuestra salud. ¿Qué decides tú?

Actuar siendo coherentes con lo que de verdad queremos hacer, es una actitud que mejorará nuestra salud, además de la confianza en nosotros mismos y también, a la larga, la imagen que los demás tienen de nosotros. Y esto no es fácil, reconozcámoslo. Es necesario poseer el suficiente valor para llevar a cabo lo que deseamos de la forma que nos parezca más apropiada a nosotros, y no a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, o a cualquier otra persona. Parece claro que actuar con integridad o ‘siendo fiel a uno mismo’ tiene sus ventajas, aunque puede ser complicado. Atenerte a tus principios, a veces, está reñido con estar en paz con los que nos rodean. Admitir cualquier sentimiento de incomodidad, desagrado o enfado y expresarlo en voz alta, puede provocar conflictos en nuestras relaciones, o temor a no ser querido por otras personas. Reconocer nuestros límites, lo que nos apetece y lo que no, lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no, puede generarnos ansiedad por miedo a ser rechazados y/o ridiculizados. En definitiva, se necesita valentía para actuar con coherencia y, por supuesto, mucho sentido de la responsabilidad para hacernos cargo de las consecuencias que puedan derivarse de nuestras decisiones. Pero en nuestra mano está elegir y trabajar esos temores. Cada persona tiene unas opiniones y creencias, y experimentamos ciertos sentimientos frente a determinadas circunstancias. Habrá situaciones en las que, por decisión propia, preferirás omitir lo que piensas y guardártelo para ti, porque libremente eliges que así sea. Sin embargo, podrán darse otros momentos en los que compartir tu opinión en voz alta sería beneficioso para ti y, a pesar de ello, no te atreves a decirlo. Quizá luego te sientas mal, ya sea física o emocionalmente, porque no has elegido libremente, sino que ha sido tu miedo el que te ha impedido manifestarte. No pasa nada, nos ocurre a todo el mundo, y está en nuestro poder aprender a afrontar esos temores si es eso lo que deseamos. Además de negar las opiniones que tenemos respecto a algo, también podemos negar los propios sentimientos o fingir sentimientos que no tenemos. Generalmente, esto se produce por el afán de ser aceptados, por miedo a estar solos, por rehuir el conflicto, etc. Lo cierto es que respetar nuestros verdaderos deseos y hacer lo que realmente consideramos beneficioso para nosotros, es algo que mejora enormemente nuestra salud. Eso sí, ser fiel a uno mismo equivale a ser sincero sobre lo que te gusta, así como afirmar tus necesidades frente a los demás, y esto no siempre es bien recibido por las personas que nos rodean. En conclusión, ser fiel a uno mismo no es la posición más cómoda para vivir, aunque sí la más saludable para nuestro organismo siempre y cuando seamos capaces de liberarnos de la culpa, del miedo al rechazo, de la ansiedad extrema, y de todas esas emociones que son dañinas para nosotros. Por tanto, ser fiel a uno mismo es una decisión personal que debemos tomar, o no, según los beneficios que obtengamos de ello, y según los recursos personales que tengamos para afrontar los inconvenientes que nos podamos encontrar en el camino. Lo que sí es seguro, es que es una enorme ayuda a nuestra salud. ¿Qué decides tú? Esperanza Gómez Harrieroegharriero@cop.es@PsicologaHuelvahttps://www.facebook.com/HarrieroPsicoterapiaswww.esperanzagomezharriero.com

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación