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Maestro de la raqueta y restaurador de la Copa del Rey

La historia del tenis en Huelva se cuenta a través de su vida. Fue campeón de España (1979), jugador profesional y de Copa Davis (1981), ganó torneos y conoció mundo, pero mayor que su colección de títulos es la de buenos amigos, hoy reunidos para rendir homenaje a quien hizo crecer el tenis en Huelva. Revitalizó su escuela, dio un giro a la Copa del Rey y reclutó a una legión de estrellas que vieron a conquistarla. Demostró su valía desde niño con la fuerza de la constancia y su enorme calidad humana le granjeó el cariño de muchas personas, le abrió puertas, sobre todo las del recuerdo eterno.

Maestro de la raqueta y restaurador de la Copa del Rey

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Maestro de la raqueta y restaurador de la Copa del Rey

Se suele decir que las instituciones permanecen y las personas pasan, pero algunas dejan más huella que otras e incluso en la batalla con el tiempo hacen historia entregando lo mejor de su vida. José García Requena (Almería, 1955) abandonó definitivamente las pistas de este mundo el pasado 28 de febrero del año del 125 aniversario del Real Club Recreativo de Huelva, al que llegó hace 30 años para echar raíces, ser semilla, tronco y fruto para la familia del tenis que ahora le llora.

El hombre tranquilo se fue demasiado rápido, aunque obró lo suficiente cómo para ser muy querido y respetado, como persona y profesional. Tras ver mundo jugando a alto nivel, hizo de Huelva su hogar y su escuela y enseñó a muchísimos niños a soñar empuñando una raqueta. Fue maestro, padre y anfitrión de infantes y estrellas, con las que como un orfebre hizo refulgir el trofeo argentado que en 1912 legó Alfonso XIII. Fue restaurador de la Copa del Rey al ponerla en manos de los más grandes, para así multiplicar su dimensión y repercusión. Abrió una etapa dorada, que sin él muy probablemente palidecerá.

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En la edición número 89 del torneo los aplausos y silencios vuelven a peinar el juego en la pista central, ya con su nombre. El cariño colectivo reunido en ella desde muchas procedencias conseguirá este sábado 13 de septiembre que en la primera Copa del Rey en muchos años a la que Pepe no va a poder acudir éste esté más presente que nunca.

 Se le presiente entre el público, con sus muchos y buenos amigos, con el semblante impasible, aplaudiendo los golpes magistrales de Tommy Robredo y Feliciano López, tocando la tierra, rozando con el aire las líneas despejadas, soplando sobre las pelotas que ruedan antes del saque… Allí habita y también junto al campeón que en solitario alza el trofeo, tras las fotos que forman la galería de la fama de la que podemos presumir recordando. Porque son en gran parte obra suya los carteles con las siluetas de Nadal, Moyá, los Sánchez Vicario, Casal, Bruguera, los Costa, Almagro, Ferrer, Verdasco, Montañés y muchos otros… las grandes figuras de tres décadas.

Hasta con su adiós ha reunido un cartel de lujo, un último servicio especial donde el tramoyista sale a escena para ser homenajeado, un reconocimiento de emoción irremediable con la firma de su sangre, unos hijos –Javier y Daniel- que salvo en esos instantes a flor de piel despliegan como velas las sonrisas al hablar de su padre. Lo hacen desde el Club del Padel García Requena, donde se respira familiaridad y deporte, donde se amontonan recuerdos, raquetas de los 70 que aun sin cuerdas son unas joyas, un vivo retrato pintado por su gran amigo Bienvenido Alloza, un collage resumen de su gloria en Alemania, la efigie de un toro de astas puntiagudas, álbumes de fotos donde luce bigote, y unas pistas sembradas de ilusión en las que Iván, uno de los nietos, con dos años ondea la raqueta en torno su cabeza con destreza.

Con todo ello se vuelve a lo no vivido a través de lo contado, a ese niño que dejó Almería con una familia humilde para ir a Barcelona y acabó en Huelva años después como alma mater de todas las cosas buenas que le han pasado a la provincia tenísticamente. “Como mucho emigrantes andaluces se fue con 8 o 9 años a Barcelona y empezó en el Real Club Polo como recogepelotas”, recuerda Javi. “Tenía un primo que ya vivía en Barcelona y en esa época era un club de millonarios y ricos, y cuando se contrataban las clases de tenis, también a los recogepelotas. Empezó con 11 años para sacarse un dinerito en una época difícil. Y así empezó su historia”, agrega Dani, que señala al toro de plata que tienen en casa como premio a ser el mejor deportista del club.

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“Un día un socio le vio que estaba mucho por allí jugando y le regaló una raqueta medio rota. Empezó peloteando y de tanto verlo el profesor que había por aquel entonces se fijó en él y cuando faltaba gente lo metía en las clases y empezó a entrenarlo”, relata Javi sobre ese profesor que fue siete veces campeón de España y su padrino cuando nació.

Siendo cadete, con 15 años, García Requena, estaba ya en el equipo nacional de tenis, por lo que desde joven dirigió todos sus esfuerzos a este deporte. “Mis abuelos vieron que se le daba bien y lo dejaron jugar. Él iba todos los días al club y como se le empezó a dar bien, fue progresando y siguió viajando y compitiendo”, señala Dani.

El homenajeado hoy disputaba muchos torneos nacionales y dejaba un poco de lado el circuito ATP. “Se iba ganando la vida así, ganaba muchos torneos y fue campeón de España absoluto y luego ya comenzó a salir al extranjero y llegó a esta entre los 60 primeros”, expresa Javi. Sus mejores años fueron 1981 y 1982 y curiosamente su proyección internacional tuvo como acicate unas palabras del gran Guillermo Vilas. “Perdió en el Godó en primera ronda con él pero casi le gana el primer set. Le dijo después que fue el partido más duro que tuvo en todo el Godó y que no se creía que no jugara torneos ATP y sólo lo hiciera en España. Lo animó y le dijo que con el nivel que tenía seguro que se metía entre los 100 primeros y así fue”, explica Dani. Ganó varios torneos europeos, en Hamburgo perdió en semifinales con el gran Claudio Panatta y también ganó seis Bundesligas con el TC Blau Weiss Neuss. “Siempre decía que se vivía un ambiente impresionante y como jugador también lo pude comprobar”, resalta Javier.

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 Como tenista “siempre ha destacado por tener un revés cortado espectacular, era su golpe maestro. Antes las raquetas en el tenis eran más pequeñas y el juego era más talento que otra cosa. En el resto de golpes, derecha y servicio, estaba dentro de la media. Pero además de los golpes destacaba sobre todo por su lucha y coraje y su fuerza de voluntad sobre la pista, sobre todo en tierra”, asegura su hijo mayor.

Le llegó la llamada de Manolo Santana, otro que también fue recogepelotas antes que tenista, que era el capitán de la Copa Davis. Lo convocó y  ganó sus dos partidos ante Argelia. Derrotó a Yassine Amier por 6-1 6-2 6-0 y a Djamel Boudjemline por 6-3, 6-1 y 8-6. Su prestigio iba en auge y no paró de viajar y jugar, incluso cuando ya tenía a sus dos hijos. “Nosotros viajábamos con él, sobre todo la temporada en verano y recuerdo que por ejemplo íbamos por todo el levante español, Murcia, Alicante, Valencia… Estábamos todo el día en el club y casi nacimos con la raqueta en la mano y fuimos peloteando y poco a poco”, como ahora hacen con sus hijos.

La vía para dejar de ser tan nómada llegó por teléfono a Barcelona en 1984. José Antonio Mancheño, presidente del Real Club Recreativo de Tenis, le ofreció dirigir la escuela y también el Club de Tenis de Málaga. “Primero se fue a Málaga a hablar con la gente del club y después a Huelva y se decidió por Huelva. Tuvo muchas opciones y también antes también lo llamaron de Murcia y después le siguieron llamando”, indica Javier, a lo que su hermano añade que “los amigos de Barcelona se ponían las manos en la cabeza al saber dónde se había ido. Pero él le vio futuro a la zona, se apuntaron muchos niños, las condiciones que le ofrecieron eran buenas y encontró muchas facilidades”.

La familia se instaló en Punta Umbría provisionalmente en un apartamento del presidente y en un par de meses todo cobró visos de ser algo definitivo. Javier relata que “empezó de cero con la escuela, en la que habría 20 o 30 niños, y consiguió que hubiera 300. A pesar de las limitaciones, a base de trabajo la escuela fue creciendo y llegó a estar siempre llena, no cabían más. Fueron destacando jugadores y dio  a conocer el tenis y creó afición”.

Javier explica que su padre como entrenador “era súper paciente. Su carácter era tranquilo y una de sus virtudes era la paciencia. Para que él se enfadara con alguien le tenía que pasar algo grande. Poquísima gente puede hablar algo malo de él”. Dani detalló que “como profesor era un gustazo. Nunca te echaba broncas, como conozco de otros entrenadores, sino que te hacía ver las cosas y sabía escoger las palabras correctas en su momento. Sobre todo no te desanimaba en ningún momento. Al respecto recuerda como cuando tenía 17 años en mi última etapa y me quedé solo, mi hermano estaba jugando ya ATP, y veía mi muro enfrente cada vez más enorme. Él nunca me dijo que lo dejara y no quiso quitarme las esperanzas. Al contrario, se levantaba temprano conmigo todos los días para entrenar y estaba súper entregado, conmigo y con todos”.

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A los dos años de estar en Huelva el presidente Mancheño pensó en relanzar la Copa del Rey y García Requena con sus contactos y los amigos que tenía lo hizo posible. “Cambió el modelo. Antes era un torneo nacional y el vino a jugar varias veces, y se convirtió en una exhibición con sponsors que trajo a grandes jugadores.El club generaba muchos ingresos, gracias a esa competición y siempre se lo han tenido muy en cuenta. Tenía un carácter que a todo el mundo caía bien, era una persona que se hacía querer y tenía muchos amigos y ha colaborado con mucha gente. Siempre lo ha dado todo por el club”, expone Javi.

Pero entre escuela y Copa tenía clara su preferencia. “A él le llenaba la escuela y era lo que más le gustaba, pero estaba muy bien relacionado y eso fue importante para la Copa del Rey, que al final era sólo dos días al año. Al principio era con sus amigos y cuando dejaron de jugar llevaban a otros jugadores y tenía un buen círculo. Hacía dos o tres llamadas y después iba al torneo Conde de Godó a firmar. Todo era más o menos rápido y además era una época en la que Ayuntamiento, Diputación y empresas se volcaban mucho con el torneo, daban dinero y era más fácil. Ahora el calendario está muy apretado, no hay apenas presupuesto y la película ha cambiado mucho”, recalca Javier, que apunta  que “quizás sea esta la última Copa del Rey con este formato, porque ya por nada y menos es complicado, aunque también es verdad que llevamos diciéndolo varios años”.

“Ha habido ediciones mejores y peores pero siempre venían figuras. Mi padre en las últimas Copa del Rey decía lo mismo, que había que cambiar otra vez la Copa, aunque salía adelante, pero ya se ha llegado a un punto en el que lo de otros años es imposible”, explica Dani, que indica que su padre dio otro paso al crear el club García Requena de Bellavista, donde las pistas de tenis se fueron cambiando por las de pádel “en función de la demanda”.

El Club de Padel nació hace 15 años. “En el club de tenis cada cuatro años había elecciones y el siempre se llevó bien con todas las juntas, pero tenía en mente compar algo con terreno y montar varias pistas. Aquí quien viene se siente como en casa y es por el carácter que tenía mi padre”, resalta Dani.

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Los hijos de José García Requena se han preparado para el homenaje de hoy y “seguro que se nos saldrán las lágrimas pero habrá que aguantar”, dice Dani, mientras que Javier añade que “será muy emotivo por la gente conocida que va a venir, que será mucha, lo que se va a hacer nos va a tocar la fibra y para nosotros va a ser duro. Creo va a ir más gente por el homenaje que por los partidos y también hay quien no va a venir porque no lo va a poder aguantar”.

“La Copa del Rey como la conocemos la creo él y es justo que la edición de este año estuviera dedicada a él, además en el año en el que el club cumple su 125 aniversario”, destaca Dani al desarrollar su hermano cómo se gestó esta edición, iniciada con una llamada a Carlos Costa, dispuesto a ayudar a “hacer algo bonito”, indica Javier, que valora  también que “la junta nos dio plena confianza y nos dijo que hiciéramos lo que creíamos que era mejor y al final tras las dudas todo cobró sentido”.

José Antonio Mancheño: “Cualidades humanas las tenía todas”Él fue el presidente que ofreció a José García Requena el puesto de director de la escuela. “Teníamos 30 o 40 niños y pensé en un acto arriesgado, en darle una vuelta y traer a una persona de cierto prestigio. Fue un reto económico importante y apostamos por él. El había sido campeón de España y miembro del equipo de Copa Davis, hablé con él y llegamos a un acuerdo. Con él pasamos a tener 300 niños. Funcionaba muy bien. Pepe formó un equipo de monitores e hizo un trabajo bastante importante”, recuerda.

Define a García Requena como una persona “muy prudente, trabajadora, buena persona en todos los conceptos, gran profesional, no daba ningún problema, los padres estaban contentísimos. Era un profesional responsable y comprometido y con la cabeza en su sitio. Cualidades humanas las tenía todas y la confianza mutua era absoluta”. Además expone que “consiguió subir el nivel del tenis onubense con su gran labor. Antes de su llegada el club de tenis eran 20 o 30 personas que jugaban de vez en cuando un partido y él junto con Manolo Abuin, consiguieron la transformación de la Copa del Rey en unos años difíciles”.

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“Se inició una nueva etapa. El se crió tenísticamente en Barcelona y tenía buenos contactos y fueron unos años extraordinarios”, asegura Mancheño, que destacó en la nómina de extranjeros al sueco Larson, el ecuatoriano Andrés Gómez, el francés Henri Leconte, además de los españoles, de los que “vinieron todos los importantes. Llegó un momento en el que no necesitábamos convencerlos tanto, ellos querían venir”.

Mancheño considera que García Requena encontró en Huelva su sitio. “El estaba aquí muy cómodo. Huelva es muy manejable y vio que tenía calidad de vida y estabilidad económica. Aquí realizó parte de sus sueños. Fue requerido de muchos lugares pero aquí vivía muy bien y tenía futuro”.

Félix Pérez: “Relanzó el torneo y fue capaz de convencer a los mejores”Era vicepresidente cuando llegó a Huelva el homenajeado y también fue presidente del club. Resalta que de él que “como profesional era extraordinario, campeón de España y miembro del equipo de la Copa Davis. Él había venido a jugar a Huelva y lo conocíamos de vista, pero sobre todo teníamos muy buenas referencias de él por parte del Club de Tenis Barcelona y la Federación Española de Tenis. Y todo lo que nos dijeron de él se cumplió”.

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“Personal y profesionalmente era una maravilla. Aunque se crió en Cataluña encajó bien en un club de tenis modesto y en una ciudad pequeña, cayó bien y le gustaba. Se sentía ya de verdad de Huelva, quería mucho esta tierra y lo querían mucho”, asegura Pérez, que añade que “como profesor era de lo mejor de España. Bajo su batuta, o mejor dicho bajo su raqueta, el club ha sido campeón de Andalucía en distintas categorías y estuvimos en la primera división de clubes”. También se forjaron jugadores de gran nivel como Javier Ramos, su hijo Javier García Sintes y Ezequiel Vélez. “Dejó la semilla”, indicó.

Como director de la Copa del Rey, “ha conseguido traer lo mejor de España. Relanzó el torneo y fue capaz de convencer a los mejores, como cuando vinieron Moyá y Nadal en 2005. Para el Recreativo de Tenis ha sido una persona fundamental y muy querida. Recuerdo que en el 75 aniversario de la Copa nos falló el último día Pete Sampras y convenció para que viniera Sergi Bruguera, que había sido campeón en Roland Garros. Eso hace una idea de lo que era capaz de hacer”.

“Tenía carisma y cuando Pepe entraba en el Club de Tenis de Barcelona era un personaje y en el Master de Madrid lo trataban como una figura del tenis mundial, era muy querido. No hay más que ver quienes vienen al homenaje, cuatro campeonísimos como Sergi Bruguera, Carlos Costa, Javier Sánchez Vicario y Albert Costa”.

Manuel Abuín: “Para mí más que un amigo era un hermano tras 30 años juntos”

Fue gerente del club y formaba con García Requena una pareja de dobles imbatible en las negociaciones. Juntos fueron de la mano a ‘pescar’ figuras a los torneos de referencia para que estuvieran en Huelva. “La nueva Copa la iniciamos en el año 85 con Emilio Sánchez Vicario, que estaba entre los 10 mejores del mundo y después Sergio Casal, Javier Sánchez Vicario…”

Abuin recuerda que la última edición que intervino fue en 2012, tras la que tuvo que tomar la “decisión dolorosa” de marcharse. “Sabíamos que Pepe estaba mal pero él seguía manteniendo el tipo y con buen humor, sonriendo. Era una maravilla de persona y para mí más que un amigo era un hermano tras 30 años juntos. Allá donde esté Pepe estará disfrutando porque es su día. Me pongo a pensar en Pepe y se me saltan las lágrimas porque no me lo creo todavía. Luchó hasta el último momento”.

“Sus hijos, Javi y Dani, y Pablo Zaforas, han hecho posible este homenaje y merece esto y mucho más. Será muy fuerte y emotivo. Ojalá pudiera estar, aunque he enviado una placa que va con todo mi corazón. El torneo siempre seguirá, pero éste será muy especial y le mando un abrazo a los aficionados y mi agradecimiento a los jugadores por colaborar con el homenaje”, resalta. 

“Formábamos un buen equipo. José Antonio Mancheño nos motivó a contactar con jugadores importantes y vivimos una época dorada, en la que pusimos el listón muy alto”. Recuerda especialmente la edición de 2005, con Nadal y Moyá, al que le une “una buena amistad”. “Fue en el año de su boom, cuando ganó su primer Roland Garros. Fue un punto y aparte en la trayectoria del torneo”. También valora a David Ferrer, que “siempre apoyó el torneo, siempre que se le llamó trató de venir y un año hasta vino con molestias”.

Se le vienen muchas anécdotas a la cabeza, pero rescata cuando él y Pepe se fueron en coche hasta Zaragoza para cerrar en el 97 la contratación de Moyá, que “era quinto del mundo y se lo rifaban”. “Fuimos en su coche, una paliza y condujo él todo el tiempo y cenamos con Manolo Santana. Y ahí me reconoció que había venido conduciendo todo el viaje con 40 de fiebre. Y no me dijo nada. Eso te decía cómo era como profesional y más como persona”.

“En el Salón Social del Club de Tenis Barcelona los dos estábamos al loro de todo para ir detrás de los jugadores. La táctica era llamarles primero por teléfono para acercar posturas y tantearlos, cuando era Estoril o Montecarlo, y para abril, íbamos al Godó para cerrarlo. Yo llevaba mi maletín con los contratos preparados y la verdad es que todos estaban orgullosos por jugar en el torneo más antiguo de España”, expone sobre la que era su forma de trabajar.

Antonio Hernández Bocanegra: “Tenísticamente hasta hoy es la persona más importante que ha estado en Huelva desde que llegaron los ingleses”

Cuando Pepe llegó a Huelva eran vecinos en un edificio colindante al club de tenis. “Yo no había entrado allí en mi vida, quería hacer deporte y él me introdujo en el tenis”, recuerda. Al año entró en la directivo con José Antonio Mancheño como presidente y después fue vicepresidente económico y presidente hasta completar 10 años. “Huelga decir que es un homenaje muy merecido. Para mí ha sido de las personas más importantes que han pasado por mi vida. Teníamos una amistad verdadera, nos entendíamos y compenetrábamos, formábamos una buena piña”, resalta.

“Era muy trabajador, constante, agresivo en sus inversiones, quizás excesivamente. Muy amigo de sus amigos, No era nada egoísta, no tenía nada suyo. Éramos familia y nos hablábamos de todo. Me encantaba comer con él porque no puedo estar en la mesa con alguien que no tiene apetito y gozaba en la mesa ¡Cómo comía!”, detalla sobre su personalidad.

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Además valora que “era muy respetado por su calidad humana por todo aquel que lo conoció. El trato con los niños era espectacular. Gracias a su forma de ser, le sacaba un punto más del máximo a cada uno sin necesidad alguna de vara”.

En su opinión “tenísticamente hasta hoy es la persona más importante que ha estado en Huelva desde que llegaron los ingleses. A nivel profesional nunca entendí que estuviera aquí. Le conquistó la forma de vida de Huelva. Necesitaba poco para vivir y apostó por la enseñanza. Siempre tuvo ofertas importantes de muchos sitios y para llevar jugadores, pero él huyó de la vida profesional que tuvo, de viajar por todo el mundo. Le llenó Huelva. Para él era cómodo y encontró lo que buscaba. Llegó donde quiso y no quiso más”.

También recuerda cómo en el CT Barcelona, “el Palacio del Tenis de España”, para él era “un placer ir con Pepe García Requena. Todo el mundo se abría para dejarle pasar y le saludaban y estrechaban su mano. Eso no tiene pecio. Me sentía al lado de él paje y Rey. Nos daban un pase para acceso total a todas partes, incluso a los vestuarios y eso no se lo daban a todo el mundo. Los jugadores venían cobrando pero no por dinero, sino porque Pepe García Requena se lo pedía”.

García Requena fue su pareja de pádel y ganaron torneos juntos. En este deporte señala que “era conocido como el muñequita porque donde ponía la bola donde ponía el ojo, especialmente con el revés. Pero tenía los pies como clavado en la pista, no se movía y no se acordaba nunca de la pared”.

Ricardo Pérez: “Tuve la suerte de arbitrarle cuando ganó a Joan Aguilera”

Ricardo Pérez fue la persona que recibió a García Requena cuando llegó a Huelva para hacerse cargo de la escuela del club. “Lo conocí cuando vino a jugar con 14 años al Club de Tenis Betis, que yo también jugué y al año siguiente vino a jugar la Copa del Rey como una de las grandes promesas de la Escuela Nacional de Tenis. Jugaba bastante bien”, asegura.

Recuerda también que le arbitró un partido de la Copa del Rey ante Joan Aguilera, que era entonces número 7 del mundo. “Tuve la suerte de arbitrarle y ganó Pepe, fue increíble”, rememora Pérez, que  define a su amigo como “una maravilla de persona, prudente, educado, muy correcto, pensaba muy bien las cosas antes de hacerlas, era muy tranquilo y tenía un gran saber estar en todos los sitios”.

“En el momento que cogió la escuela se vieron los frutos y salieron muchos jugadores de nivel. Javier Ramos llegó a ser campeón de Europa de su categoría, Antonio Arauz, Javier García, Sintes, Ezequiel Vélez, etc. Fuimos varias veces campeones de Andalucía y se fue a campeonatos de España. Teníamos equipos extraordinarios”, señala uno de los socios más antiguos del club, que con 67 años aún juega de vez en cuando al tenis si la artrosis de las rodillas se lo permiten.

“Me emocionaré en el homenaje porque éramos muy amigos y compartimos muchas cosas. Hemos ido al campo con las familias muchas veces, también a Portugal, a muchos sitios de viaje”, apunta y menciona que “recuerdo especialmente que fuimos un día al campo y a la vuelta íbamos a jugar un partido de dobles con Pepe, Pepe del Toro y Dionisio y todos queríamos jugar con él. A mi me gustaba tenerlo en frente porque te exigía mucho, ya que ponía la bola dónde quería”, relata.

Juan Huerta Humía: “Le ofrecieron el oro y el moro y siempre dijo que no se movía de Huelva”

‘Juanini’, como le conocen todos, fue otra de las personas que conoció al homenajeado desde que llegó y trabajó con él estrechamente 14 años en la escuela. “Yo era socio del club y tras estar con él me ofreció ser monitor. Pepe significa todo para el tenis de Huelva. De lo que había a lo que se consiguió media un abismo”, resalta.

“Él era como tu padre, te llevaba de la mano si hacía falta. Era muy tranquilo y nada sargento, ni como profesor ni como jefe. En ese sentido siempre me puedo sentir afortunado. No puede decir nada malo de mi jefe como otra gente. Siempre nos unió una amistad muy grande y me quedaba con sus hijos muchas veces para que él saliera”, expone Huerta, que recuerda que “he hecho muchos viajes a campeonatos con él y siempre ha estado muy involucrado en todas las cosas del club. Todo lo que puedo contar de él es positivo”.

Asegura que García Requena “no tenía malos gestos y sólo intentaba hacer el bien. Lo conocía todo el mundo por lo que era como profesional y por su persona. El si podía prefería pasar desapercibido, pero era complicado. La Copa del Rey no era nada y ha venido gente que no era normal que viniera gracias a él. Si él se lo pedían hacían un esfuerzo y sin cobrar lo que cobraban en otro lado. Era un tío cojonudo”.

“Tuvo muchas ofertas. De Sevilla le llamaron varias veces, pero se había adaptado a Huelva, que se lo había dado todo, y él estaba a gusto, sus hijos también, tenía sus amigos e ir a otro lado para volver a empezar y no saber cómo va a salir. Aquí ya tenía una trayectoria. Le ofrecieron el oro y el moro y siempre dijo que no se movía de Huelva”, explica sobre lo cotizado que estuvo siempre.

Como técnico siempre decía a los tenistas a su cargo “juega lo que sabes, y sobre todo que el comportamiento sea intachable ganes o pierdas, o si no te cogía a parte y te decía de buenas maneras las cosas para que te quedara claras. Además era un pacificador, he visto en varios campeonatos como cuando se alteraba gente le paraba los pies a todo el mundo hablando tranquilamente”.

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