El presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Jabugo, Guillermo García-Palacios, se ha mostrado cauto ante la detección de focos de peste porcina africana en Barcelona y ha evitado profundizar en especulaciones para «no dar pábulo» a una situación que, por el momento, está circunscrita a Cataluña. En declaraciones a Huelva24, García-Palacios ha insistido en que la prioridad ahora es dejar trabajar a la Administración y confiar en los acuerdos de regionalización vigentes con terceros países, un mecanismo diseñado precisamente para que un brote en un punto concreto no cierre los mercados a la producción del resto de España.
Aunque reconoce que una hipotética expansión del virus a nivel nacional supondría un problema grave —«un lío gordo«— para el sector, el presidente de la DOP Jabugo subraya que en Huelva no se ha tenido que tomar ninguna medida adicional porque el problema está localizado. «Esperemos que sean casos puntuales y sean capaces de controlarlo rápidamente para que no afecte a la campaña», ha señalado.
García-Palacios ha puesto el foco en la gestión de la fauna salvaje como uno de los orígenes del problema, apuntando directamente a la superpoblación de jabalíes en el entorno de Barcelona. «De aquellos polvos vienen estos lodos», ha afirmado para explicar cómo la falta de control cinegético provoca que los animales, ante la falta de alimento en invierno, se acerquen a los núcleos urbanos. Para el presidente de la DOP, la caza y la gestión cinegética son herramientas fundamentales para mantener el equilibrio poblacional, una situación que ha comparado con la gestión del entorno de Doñana: «Al final es política, la gestión que queramos tener en cada zona».
Mensaje de tranquilidad al consumidor
No obstante, García-Palacios ha querido ser tajante respecto a la seguridad alimentaria, aclarando que esta enfermedad es exclusiva de los animales y no tiene ninguna repercusión en la salud pública. «El ser humano no tiene nada que ver con esto, no se contagia ni nada parecido», ha enfatizado. Su reticencia a hacer declaraciones públicas responde a su deseo de no alimentar «el runrún» o rumores que puedan generar una psicosis infundada entre los consumidores y perjudicar las ventas sin que exista detrás un motivo real.
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