El Simpecado de Huelva llega a la Catedral en una nueva parada de su misión jubilar
Tras recorrer las Colonias, la Barriada de la Navidad y el Molino de la Vega, la Hermandad del Rocío de Huelva llegó al primer templo de la diócesis en una nueva semana de peregrinaje
La Hermandad de Huelva inicia su camino de esperanza llenando de Rocío el barrio del Polvorín
La Hermandad de Huelva llevó su Rocío de Esperanza al barrio de los Rosales


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Iniciar sesiónUn fin de semana más el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Huelva pisó las calles onubense en este otoño tan rociero. La misión jubilar 'Un Camino de Esperanza' continúa la ruta marcada y, tras recorrer gran parte de los barrios de la periferia onubense, se encamina ya a la zona más próxima al casco histórico para celebrar el fin del camino el próximo 1 de noviembre en la plaza de San Pedro.
Este sexto traslado ha tenido lugar entre la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores y la Santa Iglesia Catedral, visitando por el camino las barriadas de la Navidad y el Molino de la Vega. Tras una semana de estancia en el corazón del barrio de las Colonias, siempre tan rociero por su Hermandad de Emigrantes, el Simpecado abandonaba el templo pasadas las seis y media de la tarde, bajo el intenso sol de este caluroso mes de octubre y una vez concluyó la misa de despedida que celebró la filial rociera junto a toda la comunidad parroquial de las Colonias. Una eucaristía cantada como cada fin de semana por el coro de la Hermandad de Huelva.
Si el pasado domingo el Simpecado portado en su carroza de plata visitaba buena parte del barrio de las Colonias, este sábado hacía lo propio con la otra mitad, caminando bajo los cabezos entre las casitas de planta baja de esta zona tan castiza de la ciudad. Antes de llegar al entorno de la plaza de toros, la filial rociera se encaminó hacia la barriada de la Navidad, donde los vecinos aguardaban la llegada de la carroza a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Belén.
Con la Virgen que da nombre al templo a la puertas del mismo, la comunidad parroquial hizo una ofrenda de flores al Simpecado al tiempo que se rezaba la salve, pudiendo conocer de primera mano la junta directiva de la hermandad las necesidades parroquiales y sociales de la barriada de la mano de su párroco.



Regresaba minutos después a las calles de las Colinas la comitiva encabezada por la cruz alzada seguida de las banderas concepcionista y asuncionista, el guion de camino y el de la hermandad acompañando a la junta de gobierno. Se hacía presente también en el cortejo como en otras ocasiones la hermandad anfitriona de esta semana, en este caso la Hermandad de los Judíos. Otro de los momentos de especial relevancia se vivió a las puertas del Cuartel de la Guardia Civil, en vísperas de la patrona del cuerpo, la Virgen del Pilar.
La carroza del Simpecado decorada una vez más con bouquets sobre jarras bajo los arcos laterales que sustentan el techo, esta vez en tonos rosas, naranjas y amarillos, entraba en el barrio del Molino, buscando en primer término la Parroquia de Santiago Apóstol. Una comunidad parroquial que había decorado con cadenetas de flores de papel la calle Teide que da acceso al templo, felices por tener entre ellos el Simpecado de Huelva. El Simpecado de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza salía a las puertas de su sede canónica para recibir a los rocieros. Se sucedieron los cantes por sevillana, las petalás y el rezo de las salves en un emotivo encuentro entre la Hermandad de Huelva y este popular barrio.
Simpecado de la Concha de Plata
Con la emoción aun latente en el rostro de todos los rocieros allí unidos, la Hermandad del Rocío de Huelva llegaba ante las puertas de su hermandad hermana, la Hermandad de Emigrantes del Rocío. Bajo el replique de las campanas la carroza de plata se postraba ante las puertas de la más joven de las filiales onubenses para romper en cantes y alegría y vivas a la Blanca Paloma.
Una puerta bajo la que se colocaba la carreta de los rocieros de Emigrantes portando el Simpecado de la Concha de Plata. Una estampa que puso el broche de oro a esta jornada de traslado. Caída ya la noche sobre el cielo onubense, llegaba la hermandad a las puertas de la Santa Iglesia Catedral de la Merced, tras rodear toda la plaza y acceder al templo por el porche catedralicio.
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