Miércoles de champagne y ostras o menús de crudos: las atrevidas propuestas de Correlimos, la abacería que está transformando el centro de Huelva
El establecimiento evoluciona con una nueva carta, pero sin perder su esencia
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En pleno corazón de Huelva, en la C/ Rábida, 9, Correlimos se consolida como una de las abacerías más auténticas y con más personalidad de la ciudad. Inspirada en las barras de toda la vida —pero con una vuelta de tuerca—, su propuesta recupera el valor del producto bien tratado, el respeto a la tradición y el gusto por los pequeños grandes detalles.
Su barra, siempre viva, es el centro de todo. Aquí no hay artificios: hay tortilla de patatas hecha cada día, jugosa y sabrosa, que se ha ganado su lugar como plato estrella; hay conservas bien seleccionadas, tomate rosa en su punto y una cerveza servida en vaso fino fino, como manda la tradición (aunque no siempre sea fácil encontrarla).
Correlimos evoluciona sin perder su esencia, y su nueva carta da buena muestra de ello: platos como las carrilleras al vino, los garbanzos con langostinos o el pisto con huevo están elevando la oferta del local sin perder la cercanía que lo caracteriza.
En una de las calles con más vida del centro de Huelva, Correlimos es ya punto de encuentro habitual tanto entre semana como los fines de semana. Un lugar pensado para quienes buscan calidad, sencillez, ambiente y sabor.
Una carta líquida con alma
Otro de sus grandes atractivos es su selección de vinos por copa: más de 30 referencias que recorren vinos naturales, espumosos, clásicos y etiquetas singulares. Aquí el vino se sirve como debe: en copa fina y a la temperatura perfecta, sin pretensiones, pero con todo el respeto que merece.
Miércoles para sibaritas
Además, el local propone experiencias gastronómicas diferentes cada semana, como los 'Miércoles de Champagne y Ostras' o los menús de crudos, que invitan a saborear Huelva desde una perspectiva diferente y creativa.
Correlimos es una abacería para todos, sí, pero especialmente para quienes valoran el equilibrio entre lo de siempre y lo bien hecho, lo tradicional y lo renovado. Un lugar donde la barra recupera su papel central, pero con otra mirada: más afinada, más consciente, más viva.
