Buen tiempo, a pesar de todo

Finalmente se fue diluyendo como un azucarillo en medio de esa mar que tan agitada ha estado por esas costas del norte, del este, del oeste y de casi todo el sur. En Huelva, no. En toda España van con el paso cambiado, aquí en absoluto. Desfilamos la mar de bien.

Eso de que íbamos a tener al fin algo de agua, en nuestra ciudad se quedó en agua, pero de borrajas. El lunes algo cayó y el martes, el día que iba diluviar, cayó menos todavía. Total, que hemos tenido un acumulado en esta semanita, metida en agua por las quejilas, de 18,6 litros (1), que se corresponden a lo caído el lunes y el martes, porque lo que es el miércoles y jueves, cero patatero.

Afortunadamente en las cabeceras de los ríos no ha ocurrido lo mismo y algo de agua ha caído. Plenos de optimismo nos fuimos a los modelos –ECMWF- para ver cómo venía el fin de mes. Decepción. En Huelva capital y alrededores no va a caer una gota en todo lo queda de mes.  De modo y manera que no tenemos más remedio que anunciar que vamos a tener un tiempo excelente. Y no sólo para este fin de semana.

Hoy y mañana ni se alcanzarán los treinta de máxima, pero el domingo sí, lo cual podréis aprovechar para daros un bañito en la playa, ahora que tenéis toda la playa para vosotros solos. La razón habrá que buscarla en los vientos del suroeste (2) que nos traen ese aire más cálido, y también más húmedo. Este sí que es un tiempo excepcional. Esto es lo bueno de vivir en Huelva, que tienes la playa al lado y que puedes acercarte en días como estos, cuando hay poca concurrencia y no tenemos que sufrir ese calor asfixiante propio de la canícula, cuando vienen los veraneantes a espuertas (3). Calor, masificación, ferias de las gambas, motos náuticas, precios por las nubes, chocos congelaos y mal fritos, el niño con la pistolita de agua de los cojones, el hortera con el reguetón a decibelio limpio y todo lo que queráis añadir. Eso es el tiempo del veraneante, el que sería o debería ser menester evitar. Ahora y durante todo el año, la playa para vosotros solos. Qué más queréis, hijos míos de mi alma. En fin, salud y pesetas, que lo demás son puñetas. El lunes volvemos, pero ya os digo que nada nuevo os voy a contar. Buen tiempo y alguna nube en el cielo pero solo para adornar. Abur.