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El pequeño y desconocido lugar de Huelva que visitó Cristóbal Colón tras volver de su viaje a América: esta es su historia
En este lugar, según cuenta la tradición, Cristóbal Colón encendió un cirio como agradecimiento a la Virgen de la Cinta tras regresar con vida de su primer viaje a América
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En lo alto de Huelva, donde el cerro del Conquero empieza a mirar al mar, se levanta un pequeño templete que muchos pasan por alto, pero que encierra una de las historias más significativas de la ciudad, la del Humilladero de la Cinta. Aquí, según cuenta la tradición, Cristóbal Colón encendió un cirio como agradecimiento a la Virgen de la Cinta tras regresar con vida de su primer viaje a América. La usuaria de Tik Tok noemi.vz cuenta en uno de sus últimos vídeos la historia del Humilladero de la Cinta, un espacio modesto, sin lujos, pero cargado de memoria.
A simple vista, este lugar parece una construcción sencilla que consta de una bóveda baja, muros blancos, retablos cerámicos en su interior y una cruz de hierro a sus pies. Pero su historia se remonta a tiempos antiguos. Se cree que fue construido sobre los restos de un morabito musulmán del siglo XIII, de ahí su forma cúbica y su orientación. Con el paso del tiempo, el lugar fue cristianizado y dedicado a la Virgen de la Cinta, patrona de Huelva, a la que los marineros encomendaban sus travesías.
En 1921, el humilladero fue restaurado y decorado con azulejos de vivos colores que representan a la Virgen, a San Sebastián y a San Roque, santos protectores en tiempos de epidemias y peligros.
@noemi.vz ¿Sabías que el edificio más antiguo de Huelva está casi escondido al borde de una carretera? Aquí, empezó todo. Historia, leyenda y devoción, to’ junto. Y sí, Colón también pasó por aquí…🌍🕯️ #curiosidades #huelva #historia #sabiasque #datocurioso #fyp #humilladero #virgendelacinta #turismocultural #leyendas ♬ sonido original - Noemí
La promesa de un navegante
Pero lo que ha convertido a este pequeño rincón en un lugar casi legendario es su relación con Cristóbal Colón. En marzo de 1493, mientras regresaba de su primer viaje al Nuevo Mundo, una fuerte tormenta sorprendió a la carabela Niña frente a las costas portuguesas. Temiendo por su vida y la de su tripulación, Colón hizo una promesa, si lograba volver a tierra firme, encendería una vela a la Virgen de la Cinta.
Cumplió su palabra. Una vez a salvo en Palos de la Frontera, caminó hasta Huelva y acudió al humilladero para ofrecer su agradecimiento. Aquel gesto sencillo quedó grabado en la memoria colectiva de la ciudad, y aún hoy se rememora cada año con una ceremonia simbólica que reproduce el llamado «Voto Colombino».
El humilladero ha resistido guerras, abandonos y reconstrucciones. Hoy forma parte del patrimonio histórico de Huelva y del Camino Colombino, una ruta que recorre los lugares vinculados a la figura de Colón y su conexión con la ciudad. También es punto habitual de parada para quienes suben al cercano Santuario de la Cinta, o para quienes simplemente buscan un rincón tranquilo con vistas a la ría.
En silencio, este pequeño templo sigue siendo un testigo fiel de la fe popular, de las promesas cumplidas y del vínculo de Huelva con uno de los momentos más decisivos de la historia de Occidente, el encuentro entre dos mundos.
Finalmente, más allá de su valor histórico, el Humilladero de la Cinta invita a algo tan sencillo como parar y observar. Su ubicación, su modesta belleza y la historia que guarda lo convierten en un lugar perfecto para reconectar con la memoria del pasado y con la ciudad misma.