el séptimo de comisaría

Sobre la gran ventaja del feísmo artístico

El arte no escapa a esta corriente adoradora de lo antiestético y no lo digo por los artistas feúchos que abundan en la Historia del Arte

Me duele la cara de ser tan feo H24

Jennifer Rodríguez-López

Huelva

Ser guapo ya no se lleva. Ahora está de moda ser raro con rollito, feo con estilo, ponerte la ropa de tu abuela pero con flow, hacerte peinados extravagantes, perforarte medio cuerpo y tatuarte el otro medio. El canon estético ha evolucionado y se ha ampliado para acogernos a todos, y la tendencia nos deriva a lo hortera, a lo desconjuntado, a lo kitsch, a ver quién gana en eso de ser la oveja más negra o el perro más verde.

Lo bueno es que adefesios hay a montones, más que adonis. Bastantes más. Miras a tu alrededor y estás rodeada de gente poco o nada agraciada, de personas despojadas de todo signo de hermosura natural, de individuos a los que resulta difícil sostener la mirada. En los bares, en las tiendas, en el transporte público... Los ves por las calles como zombis (con sonidos tipo berrea) en busca de una cara simétrica, de unos dientes rectitos, de unas orejas sin soplillar.

Goya, Bacon, Hirst o Arbus, entre otros, conocían bien el chollo de lo esperpéntico«

El arte no escapa a esta corriente adoradora de lo antiestético y no lo digo por los artistas feúchos que abundan en la Historia del Arte, sino más bien por esas obras que buscan impactar a través de lo extraño. Goya, Bacon, Hirst o Arbus, entre otros, conocían bien el chollo de lo esperpéntico, pues permite mayor libertad, más errores, elimina tabúes, expande los límites de la imagen y llega de múltiples formas a las emociones del observador, directo a sus entrañas, a sus intestinos.

En el arte, lo raro mola H24

Lo horrendo se queda grabado en la memoria a fuego; se une al morbo y a lo escatológico para quedarse contigo por años. Pero esto no es nuevo, es más antiguo que los grifos amarillos, porque, como dijo Oscar Wilde, «la fealdad quedó instaurada por primera vez en el arte al ser exhibido el primer retrato del hombre». Sin embargo, es un hecho que está más en boga que nunca y así lo constatan la moda, la publicidad y el arte.

«La erótica de lo grotesco se ha instaurado en nuestro día a día, incitándonos a seguir mirando a pesar del asco»

La erótica de lo grotesco se ha instaurado en nuestro día a día, incitándonos a seguir mirando a pesar del asco, el repelús o la grima; lo creepy es ya una categoría visual, artística y cultural que hemos normalizado y que hemos aprendido a disfrutar; un grito mudo, a lo Munch, disonante, y desagradable, para ponerte los vellos de punta y subrayar su gran ventaja (has llegado hasta aquí solo para leer esto): mientras que la belleza es efímera, lo feo es eterno.

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