el amor no era para tanto

La zorra contra la fachosfera

Llevo varios días leyendo intentos algo blandurrios que pretenden justificar el significado del término en un contexto de liberación reivindicativa

El péndulo ibérico

Lo demás ya se irá viendo

La era de la matización

Nebulossa representará a España en Eurovisión con 'Zorra' Ep

Jesús González Francisco

Ayamonte

Déjenme que les cuente una pequeña anécdota personal… Hace unos dos o tres años, respondiendo al llamado de una publicación de corte feminista, envié un cuento de pequeña extensión en el que la protagonista –una mujer maltratada física y espiritualmente—abandonaba a su marido, llevándose con ella a sus hijos. Cuando este regresa a casa, la encuentra vacía. Al entrar en la cocina, observa una nota doblada en cuatro sobre la mesa. En ella, su mujer le ha escrito un mensaje: «Tienes la cena en el frigorífico. Disfrútala, es la última que te hago, hijo de puta».

No era el mejor cuento de la historia de la literatura, pero no estaba mal. Me gustaba ese grito final de liberación de la mujer maltratada consistentemente a lo largo de los años. Ese «hijo de puta» significaba la ruptura definitiva con los grilletes del maltrato y la sumisión. Recibí un correo de vuelta un par de día después en el que me comunicaban que la historia les gustaba, pero que tenía que eliminar el «hijo de puta» del final, porque perpetuaba una visión negativa de las mujeres. Respondí que respetaba su posición, pero que esa expresión no la usaba yo como narrador, sino la protagonista y que su exabrupto estaba justificado en el contexto de la situación de partida, además de que me negaba a emplear convenciones sociales en una creación literaria. Finalmente, siendo nuestras posturas firmes a uno y otro lado, retiré el cuento y lo guardé para otra ocasión más venturosa.

Pese a que me entristeció el resultado, aprecié el tono del intercambio, realizado sin dogmatismos ni imposiciones vacuas: tanto la dirección de la publicación como yo disponíamos de opiniones distintas y las defendimos con respeto, así que ellos siguieron a lo suyo y yo a lo mío.

Un momento de la actuación de Nebulossa en el Festival de Benidorm EP

Esta historia andaba olvidada por los andurriales de mi memoria, hasta que el otro día me topé con la noticia de que la canción 'Zorra', de la cantante o grupo Nebulossa, representará a España en ese horror cutreposmoderno y psicodéliconaif llamado Eurovisión.

Imagino que ya saben por dónde les voy a salir. Efectivamente, me sentí ultrajado al recordar que la expresión «hijo de puta» proferida por una mujer apaleada por un evidente hijo de puta perpetuaba un estereotipo que afectaba a la forma en que miramos a las mujeres, mientras que titular una canción como 'Zorra' era el no va más del empoderamiento femenino. Para colmo, llevo varios días leyendo intentos algo blandurrios que pretenden justificar el significado del término en un contexto de liberación reivindicativa, que suena más a posicionamiento ideológico que a tesis razonada.

«Si te gusta la canción eres de izquierdas y demócrata, pero si no te gusta o te resulta chocante el uso de la palabra zorra en el título, perteneces de inmediato a la fachosfera»

Pero, por encima de todo, lo que más me molesta es ver a la burra de vuelta al trigo, como se dice en mi pueblo, es decir, volver al viejo e inveterado dilema español del enfrentamiento político: si te gusta la canción eres de izquierdas y demócrata, pero si no te gusta o te resulta chocante el uso de la palabra zorra en el título, perteneces de inmediato a esa lamentable etiqueta popularizada por el presidente del Gobierno: «la fachosfera».

El dúo Nebulossa, con su premio EP

 

Verán, ni siquiera estoy opinando de la calidad de la canción ni del sentido de la letra, cuyo mensaje entiendo perfectamente (tampoco es que sea un postulado de Hegel), ni incluso de su puesta en escena, que muchos han criticado desde diversos ángulos y a mí no me apetece valorar aquí, sino a la doble moral en el uso de una terminología que es correcta y reivindicativa cuando se quiere o incorrecta y retrógrada, cuando no se quiere (como en el caso de mi «hijo de puta»).

Todo el mundo lo sabe

Supongo que estar en contra del uso de la palabra zorra en la canción que representará a España en Eurovisión me ubica en la fachosfera promulgada por Pedro Sánchez, pero piensen un momento lo siguiente: al igual que el jefe del gobierno nos regaló el otro día la afirmación de que, en España, todo el mundo sabe lo que es terrorismo y lo que no, me gustaría emplear el mismo razonamiento para recordarle que, en España, nos pongamos como nos pongamos, todo el mundo sabe lo que es una zorra… y lo que no.

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