Matalascañas ya tiene fecha para el aporte de arena. En otros puntos siguen esperando

Las actuaciones en la playa almonteña llegarán tarde para la temporada de verano de este 2025 pero comenzarán en septiembre

Otras playas del litoral onubense comprometidas no cuentan aún con actuaciones programadas

El Gobierno formaliza el contrato de aportación de arena a Matalascañas, que comenzará en septiembre

El nuevo aporte de arena del Portil, pendiente del análisis de los técnicos de Medio Ambiente

La falta de arena en El Portil provoca saltos de varios metros y que estructuras queden en suspensión m.c.
María Carmona

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La playa de Matalascañas ya tiene fecha para su esperada regeneración. El Gobierno central ha formalizado esta semana el contrato de obras con la empresa Rohde Nielsen por un importe cercano a los cinco millones de euros -en concreto, 4.885.000 €-, y las actuaciones comenzarán en septiembre, según anunció este viernes en Huelva el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.

Esta intervención contempla la aportación de 700.000 metros cúbicos de arena y la remodelación de nueve espigones a lo largo de 3,7 kilómetros de litoral, con el objetivo de frenar la erosión que cada año avanza sobre la costa de Almonte. Las obras, que se extenderán durante cuatro meses, llegarán tarde para la temporada de verano de este 2025, pero suponen un paso clave para garantizar la sostenibilidad del arenal más visitado del Parque Nacional de Doñana y una de las playas más concurridas de la costa onubense, en la que llevan años reclamando esta aportación.

Con esta actuación, financiada con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), Matalascañas se convierte en el único punto del litoral onubense que cuenta por ahora con un proyecto aprobado, contratado y con fecha de inicio. Una circunstancia que contrasta con la situación en otras playas de la provincia, donde los vecinos siguen esperando actuaciones urgentes que no terminan de llegar ante una regresión continua de los arenales de la costa.

En la playa de Matalascañas la falta de arena también ha dejado estructuras al aire en los últimos años mg

Actuaciones pendientes

Por ejemplo en El Portil, donde la playa ha sufrido importantes retrocesos en los últimos años, la situación sigue sin resolverse. Vecinos y Ayuntamiento llevan años reclamando a Costas un aporte urgente de arena para evitar que se pierda lo poco que queda de playa útil y un proyecto más a largo plazo que garantice la supervivencia de la playa.

Y es que aunque una lengua natural de arena ha mejorado la zona más cercana a La Bota, la playa del núcleo urbano de El Portil continúa en situación crítica, con cortes en algunas zonas de la playa de hasta cinco metros e infraestructuras expuestas ante la falta de arena. La propia subdelegada del Gobierno en Huelva reconocía hace unos meses que la playa se había quedado prácticamente sin arena debido a las embestidas de los temporales y la situación comprometía notablemente las casas que están en primera línea. Pero, a pesar de los reiterados llamamientos y las buenas palabras, no existe aún un proyecto autorizado ni fondos comprometidos para actuar en una playa cuya situación no deja de empeorar año tras año.

Más allá de estos puntos, el resto del litoral onubense tampoco cuenta con actuaciones programadas. Ni Mazagón ni otros enclaves afectados por la regresión de la línea de costa tienen en el horizonte aportaciones de arena, regeneraciones, o refuerzos de infraestructuras.

Así, mientras Matalascañas mira al otoño con optimismo, otras zonas del litoral onubense continúan esperando su turno. La erosión costera no da tregua y, sin actuaciones coordinadas y sostenidas, muchas playas podrían perder no solo su atractivo turístico, sino también su función como primera barrera frente al cambio climático y los envites del mar.

En La Antilla e Islantilla las obras sí están en marcha desde hace meses. Se han vertido ya más de 490.000 metros cúbicos de arena procedentes de bancos submarinos ubicados frente a Punta Umbría, y se ha construido un espigón de escollera de 160 metros para estabilizar la línea de costa. Con un presupuesto de más de cuatro millones de euros, esta intervención busca recuperar un ancho mínimo de 70 metros en el frente litoral y proteger el sistema dunar, frenando la pérdida de material y mejorando la estabilidad del litoral.

Si se cumplen los plazos, los trabajos, que cuentan con una inversión de 3,5 millones de euros con cargo a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, concluirán antes de final de año.

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