El peaje fantasma del Algarve se resiste a desaparecer casi un año después de la liberación de la autovía
Mientras muchos españoles siguen pasando su tarjeta en la frontera, la Comisión de Usuarios de la Vía do Infante denuncia la falta de información y la no eliminación de los pórticos inactivos, que contribuyen a la confusión
Activistas anti peaje lusos incluso acuden a los puestos fronterizos a informar a los conductores
Vuelve el fantasma del peaje portugués: cientos de multas antiguas inundan Huelva pese a su eliminación
Punto y final al peaje de pago en la autopista que conecta Huelva con el Algarve
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Iniciar sesiónEs viernes por la tarde y el sol de otoño empieza a caer sobre el Puente Internacional del Guadiana. A pesar de que hace casi un añoque Portugal eliminó el peaje en la A-22, la imagen en el área de servicio fronteriza parece sacada de 2024: un buen número de coches con matrícula española se detiene de forma obediente, sus conductores bajan, caminan hacia las máquinas de Easytoll y, tarjeta en mano, registran sus datos bancarios. Lo hacen «por si acaso», «para evitar multas», o simplemente porque nadie les ha dicho que ya no es necesario.
Desde el 1 de enero de 2025, circular por la Via do Infante es gratis. Sin embargo, la realidad es que el miedo a las sanciones y la desinformación siguen pesando más que la ley. Huelva24.com ha podido comprobar cómo, a las puertas del fin de semana, el goteo de vehículos que se detienen para 'pagar' es incesante, alimentado por una señalización confusa y la presencia fantasmal de los viejos pórticos de cobro que siguen cruzando la autovía.
Trece años de lucha
La situación actual es el último capítulo de una historia que comenzó el 8 de diciembre de 2011, cuando el gobierno portugués decidió implantar el peaje en la A-22, hasta entonces una vía gratuita vital para el desarrollo del Algarve. Aquella medida, tomada en plena crisis económica bajo el mandato de la 'troika' –la tríada formada por la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)–, fue recibida como un jarro de agua fría a ambos lados de la frontera. Durante trece años, el peaje funcionó como un arancel de facto que lastró el turismo, complicó el comercio transfronterizo y empujó a miles de conductores a la peligrosa carretera nacional 125, disparando la siniestralidad.
La liberalización de la autopista el pasado enero fue una victoria histórica, fruto de años de protestas vecinales, presión empresarial y reivindicaciones políticas. Se esperaba que la caída de esta barrera económica trajera fluidez y normalidad al tránsito entre Huelva y el Algarve. Sin embargo, la falta de una campaña informativa eficaz y el no haber desmantelado las infraestructuras de cobro han creado un «peaje fantasma» que sigue operando en la mente de muchos conductores.
Activistas a pie de carretera
La situación es tan absurda que ha obligado a la sociedad civil a intervenir. João Vasconcelos, portavoz de la Comisión de Usuarios de la Vía do Infante (CUVI), confirma a este diario que la asociación ha tenido que realizar campañas informativas a pie de carretera. «Hemos estado en el lugar durante periodos de alto tráfico, como Semana Santa o verano, alertando a los conductores de que ya no es necesario pagar», explica Vasconcelos.
Para la asociación, la culpa es institucional. «El gobierno y los responsables de la concesión no han abordado el problema. Existe una gran falta de información sobre el terreno, y los medios deberían difundir esto con mayor contundencia», critica el portavoz. El sistema Easytoll sigue activo porque es necesario para otras autopistas de peaje en el resto de Portugal, pero su ubicación estratégica justo al entrar al Algarve, sin carteles claros que eximan a la A-22, funciona como una trampa para el turista desprevenido que solo busca visitar las playas del sur.
Aunque la falta de información es evidente, es cierto que la parada en la frontera puede tener una segunda lectura en algunos casos. El sistema Easytoll que se encuentra en el paso fronterizo de Vila Real de Santo António no sirve exclusivamente para el peaje (ya extinto) de la A-22. Al vincular la matrícula a una tarjeta de crédito, el conductor queda habilitado para circular por cualquier autopista de peaje electrónico del país vecino. Por tanto, es posible que una parte de esos conductores que se detienen tengan previsto continuar su viaje más allá del Algarve, hacia autopistas que todavía son de pago, como la A2 (hacia Lisboa) o la A1 (hacia Oporto), y estén registrándose preventivamente. Sin embargo, esta asociación de usuarios considera que en la mayoría de los casos no es así y entienden que se detienen por puro desconocimiento, creyendo que sigue siendo de pago, proporcionando sus datos al sistema sin que exista ninguna necesidad.
Los pórticos trampa
Uno de los elementos que más contribuye a la confusión son los antiguos arcos de lectura de matrículas. Aunque inactivos para el cobro, siguen ahí, escaneando visualmente cada coche que pasa. «Seguimos exigiendo su retirada, ya no tiene sentido que permanezcan allí», reclama Vasconcelos, quien ve en su persistencia una amenaza latente: «Con los pórticos aún en funcionamiento, un gobierno futuro podría verse tentado a restablecer los peajes».
Además, intentar aclarar la situación en la propia frontera puede resultar imposible, ya que la comisaría conjunta hispano-lusa, diseñada para la cooperación policial, no siempre está abierta.
Además de la confusión, la asociación de usuarios denuncia el deterioro físico de la vía. «El pavimento no se encuentra en buen estado en muchos puntos, lo que aumenta el riesgo de accidentes», alerta Vasconcelos, exigiendo reparaciones urgentes ahora que la excusa del peaje ha desaparecido.
Casi un año después de la 'liberación' de la A-22, la barrera económica ha caído, pero la barrera psicológica sigue casi intacta y mientras no se retiren los pórticos o se informe con claridad, miles de españoles seguirán pagando con su tiempo y sus datos al viajar al país vecino.
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