Cuando la mítica Jane Goodall visitó Doñana: «Nos regaló comprensión, ilusión y un respaldo sincero»

La primatóloga más carismática falleció este miércoles a los 91 años de edad

La británica estuvo en el centro de cría de El Acebuche en mayo de 2007

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Jane Goodall, todo empezó con un peluche

Jane Goodall, a la derecha, en su visita en 2007 al centro de cría El Acebuche Lynx ex-situ
R. U.

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Este pasado miércoles falleció, a los 91 años de edad, la primatóloga Jane Goodall, que había nacido en Londres el 3 de abril de 1934. Su trabajo revolucionó nuestro entendimiento de los chimpances y su compromiso con la protección de la vida silvestre y la educación ambiental la convirtieron en un faro global para la conciencia ecológica.

Goodall mostró desde niña una curiosidad insaciable por los animales y la vida en el mundo natural. En 1960 llegó a Gombe, en Tanzania, donde inició un proyecto que cambiaría para siempre la primatología. Al principio estudiaba a los chimpances de lejos, desenvolviéndose en su hábitat natural. Poco después empezó a identificarlos por sus rasgos, a darles nombres propios en lugar de fríos números. Así se convirtió en una más del grupo, protagonizando imágenes que ya son parte del imaginario colectivo, con aquellos primates abrazándola cariñosamente.

La carismática y luchadora británica estuvo en el año 2007 visitando Doñana y todos los que la trataron aquel día la recuerdan como una mujer ejemplar, amable, cercana y muy comprometida. Así recordaban en estos días en la página oficial de Facebook del Programa de conservación ex situ del lince ibérico (Lynx ex-situ) la visita a la provincia de Huelva de Jane Goodall:

«Aquel domingo 20 de mayo de 2007 amaneció triste en el centro de cría de El Acebuche. Durante la madrugada habíamos perdido a Doñana, una cachorra de apenas dos meses, nacida en una de las primeras camadas de lince ibérico de este proyecto que, por aquél entonces, apenas comenzaba. Pese a todos los esfuerzos, no pudimos evitar que la pequeña muriese como consecuencia de las heridas sufridas durante una pelea entre cachorros. Fue una noche dura y larga, marcada por la impotencia y el dolor.

Apenas unas horas después, ese mismo día, llegaba al centro la Dra. Jane Goodall, interesada en conocer de primera mano los inicios de este proyecto. Su sola presencia transformó aquel ambiente de tristeza: nos regaló comprensión, ilusión y un respaldo sincero que, desde entonces, nos ha acompañado para afrontar cada obstáculo del camino. Su energía, su empatía y su pasión por la vida dejaron una huella imborrable en nuestro equipo y en este programa. Aquel día pudimos compartir con ella los objetivos de este proyecto y mostrarle la belleza del Parque Nacional de Doñana, que -según nos confesó- le recordó en muchos aspectos a los paisajes de su querida África.

El mundo ha perdido a una mujer extraordinaria, pero nos queda el legado inmenso que sembró en tantas personas a lo largo de su vida: la inspiración de seguir luchando sin descanso por la biodiversidad y por este planeta.

Desde el Programa de Conservación Ex-situ del Lince Ibérico expresamos nuestro profundo agradecimiento por su apoyo, su ejemplo y su legado«.

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