Luz verde a las exhumaciones en el cementerio de Huelva para buscar a los bebés robados

La autorización de la Junta de Andalucía abre la puerta a resolver la incertidumbre de casi 200 familias onubenses que siempre han dudado de la muerte de sus hijos

El objetivo es determinar si los bebés fueron enterrados o si fueron víctimas de una trama

Bebés Robados Huelva solicita exhumaciones ante «la gran mentira» que esconde el cementerio de La Soledad

Panorámica del Cementerio de la Soledad de Huelva h24
H. Corpa

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La tierra del Cementerio de La Soledad de Huelva se prepara para romper un silencio de décadas. Para las casi 200 familias representadas por la asociación SOS Bebés Robados, la espera ha terminado. La Junta de Andalucía, a través de su Comisionado de la Concordia, ha autorizado el inicio de los trabajos de exhumación en el camposanto, un paso histórico que podría arrojar luz sobre el destino de cientos de niños desaparecidos nada más nacer.

La noticia, anunciada por la propia asociación, es la culminación de una lucha que comenzó en 2011. Más de una década de batallas judiciales, de archivos de causas por prescripción y de una incertidumbre que ha marcado la vida de más de una generación. Esta autorización tan deseada «se ha convertido en una realidad que marcará la historia de las familias y de los bebés robados en este país«, expresaron en un comunicado. Para ellos, este no es solo un permiso administrativo; es la oportunidad de que la verdad finalmente salga a la luz. »Durante años hemos hablado de engaño e injusticia, pero ahora será la propia tierra la que finalmente se pronuncie y destape lo ocurrido«.

La intervención, que se coordinará directamente desde el Comisionado de la Concordia en colaboración con el Ayuntamiento de Huelva y equipos técnicos, busca «esclarecer posibles casos de bebés robados y enterrados sin el consentimiento ni conocimiento real de sus familias». Lejos de ser una simple acción técnica, las familias lo consideran un «acto de reparación histórica y emocional».

Nichos en el camposanto onubense ayto. huelva

El proceso se ha diseñado con un rigor científico minucioso. En una primera fase, los arqueólogos y forenses intervendrán en las zonas concretas que los familiares han señalado a lo largo de los años. Posteriormente, se analizará la viabilidad de excavar en los laterales de las distintas praderas de la fosa común. La documentación y los testimonios recopilados por la asociación apuntan a la posibilidad de hallar «enterramientos irregulares de neonatos, algunos envueltos en gasas y vendas, sin identificación ni participación de las familias».

Para garantizar la fiabilidad de los hallazgos, se establecerán protocolos de identificación por ADN. Se tomarán muestras genéticas a los familiares para cotejarlas con los posibles restos, y los análisis se realizarán en el prestigioso laboratorio de la Universidad de Granada.

Un camino tortuoso

El camino hasta aquí no ha sido fácil. La asociación relata cómo el primer paso fue una reunión con el delegado de Fomento, José Manuel Correa, que los derivó al Comisionado de la Concordia. Fue entonces cuando se les propuso realizar un informe exhaustivo, una tarea que asumieron junto a su abogado, José Luis Orta. El documento final, entregado en 2020, era un compendio de la memoria del dolor: declaraciones de familias, testimonios de enterradores y la documentación de cada caso denunciado. Ese informe fue la llave que abrió la puerta a las exhumaciones.

Para estas familias, el objetivo es claro y trasciende lo legal. «Cada madre merece saber si su hijo está aquí, si realmente murió o si jamás llegó a ser enterrado», afirman con contundencia. Esta intervención es un paso fundamental, pero no el último. La asociación recuerda que siguen pendientes de que se autoricen trabajos similares en otros cementerios de la provincia, como los de Ayamonte, Moguer y Trigueros.

La lucha, dedicada a las «madres que murieron con un abrigo lleno de incertidumbre y dolor», se aferra ahora a una nueva esperanza. Como ellos mismos concluyen, «el derecho a la verdad no prescribe, y la esperanza, aunque haya sido golpeada, sigue viva». Ahora, en el silencio del Cementerio de La Soledad, aguardan a que la tierra les ofrezca las respuestas que durante tanto tiempo les fueron negadas.

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