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Celebridades que se engancharon al mundo de las apuestas
El interés de fans y seguidores incluye las debilidades de los ídolos. Las vivencias que les humanizan y bajan a la tierra. Muchas historias sobre problemas de alcoholismo o drogadicción son objeto de críticas y escrutinio por parte de los medios de comunicación, pero la verdad es que su incidencia es mucho mayor en estos grupos de personas.

Sin embargo, con poca frecuencia escuchamos acerca de los hábitos de apuesta de nuestros cantantes o performers favoritos. En huelva24 nos interesó el tema y queremos compartir contigo lo que aprendimos al investigar acerca de los personajes famosos que suelen pisar los casinos en Las vegas o Luxemburgo con mucha más frecuencia de lo normal, o que juegan en casinos online como RoyalSpinz.
Sin ánimos de ofender al talentoso actor americano, pareciera que se encuentra en todas las listas de famosos con controversias. Su hermosa exesposa, Denise Richards, incluso mencionó que la estrella de Two and a Half Man gastaba en promedio una suma cercana a los $200,000 por semana en apuestas, que ganaba o perdía sin patrón alguno.
En últimos comentarios en entrevistas radiales y de TV, Charlie ha asegurado que no mantiene relación con ninguno de sus manejadores de apuestas, y que se ha alejado de los casinos y predicciones deportivas. ¡Te deseamos lo mejor, Charlie!
Quizás el ejemplo más significativo en la historia de un jugador famoso de Baloncesto, más allá de los rumores de problemas de apuestas de Michael Jordan, es la historia de este joven talento de Virginia. Su adicción fue tan lejos que se encuentra imposibilitado de entrar a los casinos de Nueva Jersey y Detroit.
Habiendo acumulado una fortuna de más de 200 millones de dólares, Iverson encontró la manera de despilfarrarla en las mesas de casinos y apuestas privadas, incluyendo que con estas acciones perdiera un contrato de por vida por 50 millones de dólares anuales con la marca de ropa deportiva Reebok. Su esposa le abandonó, e incluso fue multado por orinar en plena calle frente a un importante casino. Lamentable.
La emperatriz del Soul se vió en problemas durante una época gris en su vida, en la que manifiesta haber asistido por más de diez años a mesas de baccarat públicas y privadas, además de hacer inversiones en apuestas deportivas por sumas cuantiosas, que excedían incluso su capacidad de pago siendo acaudalada.
Es muy difícil ponerse en los zapatos de alguien como Ben Affleck. Sería presuntuoso pensar que podemos razonar y simular que estamos en el centro de atención del mundo entero, sin poder caminar sin ser fotografiado, con una vida privada inexistente, y constantes rumores acerca de tu círculo de amistades y pareja.
Podríamos concluir que fue difícil para él confrontar estas circunstancias, encontrando refugio en el consumo de alcohol y las apuestas. Pero un evento nos llamó la atención: el actor era extremadamente bueno jugando blackjack, al punto que hizo en ganancias más de un millón de dólares, y el casino tuvo que pedirle que dejara de jugar. resulta que Ben es un talentoso actor y jugador, esperemos que lo haga de manera responsable y para entretenerse.
El famoso rapero y productor musical, esposo de Beyoncé, se encontraba en un viaje a Las Vegas y se sentó a la mesa de póquer de las ballenas blancas, o jugadores millonarios. Le fue bien durante la noche hasta que, en una sola repartición de las cartas, uno de los jugadores se llevó dicha suma a su bolsillo, cortesía de Jay Z.
Aunque se dice que ha producido más de 500 millones de dólares, es un golpe fuerte para cualquiera, y que denota cierta debilidad por el juego. Su colega 50 cent, cuyo nombre no tiene nada que ver con los montos que arriesga en las apuestas deportivas, colocó $500,000 a una victoria de los Gigantes de Nueva York, y un millón de dólares cuando Mayweather venció a Oscar de la Hoya en el ring. Ganó ambas, pero no deja de llamar la atención el exabrupto de los montos.
Pensamos que la adrenalina no sería la misma si no sintieran que realmente arriesgan algo importante, más allá de que los montos suenen escandalosos para el ciudadano común.