De pueblo a ciudad industrial, la revolución que vivió Huelva hace más de medio siglo en boca de algunos de sus protagonistas

La compañía energética Moeve (antigua Cepsa) ha cumplido 60 años de presencia en nuestra tierra siendo el sustento económico de muchas familias

El médico Carlos Cañadas y el ingeniero industrial Diego Calle reflexionan sobre sus inicios, cuando eran «como una familia», y cuentan varias anécdotas

Moeve reúne a la familia que construyó 60 años de historia industrial en Huelva

Cepsa en su 50 aniversario: El consejero de Empleo destaca que la industria de Huelva «puede aportar mucho en un modelo de crecimiento sostenible»

Carlos Cañadas (izquierda) junto a Diego Calle en el Muelle de la Río Tinto de Huelva capital alberto díaz
Ricardo Ubric

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Moeve, la compañía energética conocida hasta hace poco como Cepsa, celebra durante estos días sus 60 años de presencia en Andalucía. En Huelva, concretamente en la refinería de La Rábida situada en Palos de la Frontera, han sido varias las generaciones (abuelos, padres e hijos) que han compartido vida y trabajo en dicha planta durante estas décadas y que han conseguido, junto a otras empresas del sector, situar al polo químico onubense como el segundo más importante de España, tras Tarragona, y como un enclave estratégico vital para el abastecimiento energético de toda la península y también de grandes multinacionales de fuera del país.

Huelva24 ha reunido en un lugar tan emblemático como el Muelle de la Compañía de la Río Tinto a dos antiguos empleados de la compañía que estuvieron en sus inicios en tierras onubenses y que ya se jubilaron hace algunos años después de haber estado trabajando allí «media vida», como ellos mismos comentan entre risas, chascarrillos, anécdotas y curiosidades de una época en la que todo era muy diferente a lo que es hoy día la empresa energética. Principalmente porque ha crecido mucho y ya tiene una capacidad de producción de alrededor de diez millones de toneladas cuando en 1967 era de sólo dos. Desde 2008 también cuenta con una planta de biodiesel y en definitiva está especializada en una amplia gama de productos asfálticos, petroquímicos y otros derivados del petróleo en una superficie de 270 hectáreas.

Carlos Cañadas, de 72 años de edad, estuvo en la planta de Palos de 1981 a 2016. «Yo llegué primero a Ertoil a través de una plaza que se convocó para el servicio médico de refinería. Tuve la suerte de quedarme y a partir de ahí estuve trabajando durante 35 años en Cepsa, así que podría decirse que ha sido mi vida«, explicaba.

Y Diego Calle, de 79 años, estuvo en la refinería de La Rábida entre 1974 y 2011: «Yo al principio entré a trabajar en Riotinto Patiño, que es la actual Atlantic Copper. Ahí estuve tres años y después pasé a Cepsa, que entonces era Unión Explosivos Río Tinto, y luego también se llamó Ertoil y actualmente Moeve. Yo entré en mantenimiento en instrumentación y después terminé la carrera que estaba haciendo de ingeniero técnico industrial. Entonces pasé al departamento de inspección y ahí he estado 37 años en la unidad de ingeniería e inspección hasta el año 2011. Estuve de inspector de tanques, puertos, monoboyas y exteriores. Toda una vida allí, desayunando, almorzando, cenando... En definitiva, echando allí dentro casi más horas que en casa«.

A lo largo de tantos años, ahora se cumplen ya 60 de vida, Moeve (Cepsa) ha experimentado lógicamente muchas transformaciones y lo que más destacan nuestros protagonistas es que antes era una empresa más pequeña y había más cercanía y contacto entre los empleados. «La plantilla ahora es mucho mayor y hay demasiada gente que está muy distribuida en varios departamentos. Ahora las instalaciones y las edificaciones de la empresa han cambiado muchísimo y hay cosas que antes no había. Antes era más una familia. Cuando yo empecé allí había trabajando unas 900 personas, por lo que era como un pueblo pequeño con las incidencias que pueden pasar habitualmente en un pueblo pequeño, desde atenciones por enfermedades comunes hasta curaciones por accidentes, es decir, una cosa muy distinta y un trabajo muy variado y muy bueno. Nuestro quirófano era como un pequeño hospital de pueblo e incluso los trabajadores de allí tenían la Seguridad Social con nosotros«, indicaba Cañadas.

El médico Carlos Cañadas alberto díaz

Recordaba como se construyeron incluso domicilios para que los trabajadores de Cepsa pudiesen vivir dado el volumen que iba necesitando una empresa en continuo crecimiento: «En esos inicios en Palos de la Frontera se crearon varias barriadas de viviendas en las que exclusivamente vivían trabajadores de la refinería. En Palos un porcentaje alto de la población es de gente que trabaja en la refinería, pero no sólo en esas barriadas que he comentado sino en el pueblo entero. El pueblo tiene una vinculación muy grande con el ahora Parque Energético y pienso que ha sido hereditario con familias enteras de padres a hijos que siguen trabajando actualmente allí. Esa circunstancia concretamente se da también conmigo porque uno de mis hijos trabaja ahora todavía en la refinería«.

«Tanto en Palos como en La Rábida se hicieron barriadas para los trabajadores de la refinería, algo que fue muy importante y todavía hay mucha gente que sigue viviendo allí», indicaba Calle, al que le molestaba un detalle que no quería dejar pasar por alto señalando que «hace poco tiempo salió un reportaje en televisión en el que decían que Palos era el pueblo más feo de España. Yo me pregunté ¿esto como puede ser? Para mí es de los pueblos más bonitos de España, y además con los alrededores que tiene con La Rábida, las carabelas... Además, el pueblo tiene una plaza de toros, aparcamientos gratis... Es un pueblo perfecto y magnífico y para mí de los más bonitos que conozco. Ahora además también están haciendo obras para recuperar el puerto y el castillo«.

Carlos Cañadas aludía a que Cepsa siempre ha sido «muy cosmopolita», recalcando que «hay mucha gente de Huelva trabajando en la refinería, pero sobre todo de Palos, de Moguer, de Trigueros, de Beas, como Vicente Totti, que ya ha fallecido, o de San Juan del Puerto, y también hay muchos de Sevilla que van y vienen a la empresa diariamente en coche, así que digamos que es una empresa que emplea a mucha gente de muchos sitios diferentes«.

Ambos elogiaban la labor social llevada a cabo desde sus comienzos por la compañía energética. «Desde el principio hizo muchas acciones sociales vinculadas al deporte, a la sanidad y a otros muchos temas y las sigue haciendo actualmente. En ese aspecto Cepsa ha cuidado a la gente que trabaja con ellos y también a la de fuera«, destacaba el médico, mientras que el ingeniero industrial incidía en que »había asociaciones deportivas y de caza y Cepsa hacía muchas obras sociales«.

Una de las creencias populares es la de que en Cepsa cuentan con un buen convenio laboral. Cañadas lo corroboraba: «Yo me considero que estuve bien tratado en mi etapa allí y creo que todos mis compañeros pueden decir lo mismo. Cepsa, y ahora Moeve, ha tratado bien laboral y económicamente a la gente que trabaja o ha trabajado allí. Todo el mundo que conozco se siente orgullo de haber pertenecido a esta empresa. Moeve es un pilar importantísimo para Huelva capital y sus alrededores. Creo que es la empresa más potente que hay en el Polo Químico, o por lo menos la que más ha producido«. Y de la misma opinión era Diego Calle, que comentaba que »Cepsa se portaba muy con los trabajadores. No sé cómo estará ahora, pero el tiempo que yo estuve allí me encontré muy bien y la empresa siempre cuidó mucho a sus empleados en todos los aspectos. Por ejemplo, cuando había un accidente o surgía algún contratiempo se volcaba con nosotros«.

El ingeniero industrial Diego Calle alberto díaz

A su juicio, la llegada de Cepsa y de otras empresas energéticas fue muy importante para la economía de la zona aunque quería recordar también que «Huelva y Palos siempre se habían sabido mantener, aunque lógicamente la creación del Polo Químico les vino muy bien. Antiguamente tenían la pesca y los barcos de las almejas y también había mucha agricultura y la gente salía adelante, aunque lógicamente no es lo mismo que el Parque Energético, que es una empresa grande y muy potente«.

Sobre las críticas de un sector de la sociedad onubense sobre la posible contaminación de las fábricas del Polo, Cañadas esgrimía que «eso es un poco de mito y creo que Moeve precisamente se ha gastado mucho dinero en no contaminar y en hacer las cosas bien. Habrá gente que discrepe y que vea las cosa de otra manera, pero yo lo he sentido así«.

Y más vehemente aún se mostraba al respecto su compañero Calle. «Eso es una tontería. Si ves lo que deja y lo comparas con lo que ensucia, que es mínimo... Yo estuve trabajando en otras y puedo decir que la refinería de La Rábida siempre ha sido una planta muy limpia. Tenías que dejarlo todo como estaba y era una empresa modelo. Siempre se ha preocupado primero por la seguridad y después por supuesto por la limpieza de una forma exhaustiva«, indicaba.

El futuro del hidrógeno verde

El futuro de Cepsa y de otras empresas del polo onubense está en la descarbonización, los combustibles sostenibles y sobre todo en el hidrógeno verde. El médico recalcaba que «el hidrógeno verde es el futuro y Moeve ha hecho unas inversiones económicas muy importantes para potenciarlo. No creo que una empresa de estas características se meta en follones de este tipo para que luego no sea productivo. Los motores de combustión no van a tener que cambiar mucho y los diésel sí que son algo más contaminantes. Va a haber posibilidades para todos con la llegada del hidrógeno verde«.

Por su parte, el ingeniero industrial puntualizaba también con optimismo pero a la vez también cierta cautela que «están metiendo a muchos chavales muy preparados, también a mujeres y a varios sudamericanos y están estudiando la fórmula porque el hidrógeno verde todavía no ha llegado. Tiene que mejorar y todavía no sabemos si va a ser verde o de otro color. Creo que va a ir bien aunque le problema que tiene para las empresas grandes es el almacenaje para transportarlo luego. Creo que van a conseguir que vaya bien. Mi amigo Jorge Acitores se ha metido en la cabeza lograrlo y seguro que lo saca«.

Huelva y Palos pasaron de pueblo a ciudad industrial con la irrupción hace ya más de medio siglo de empresas como Moeve (Cepsa). «Hemos tenido muchas visitas importantes, desde los príncipes hasta el Rey de España«, sonreía pensativo Cañadas, que también contaba alguna curiosidad de su trabajo en la compañía.

«En un servicio médico ocurren infinitas de anécdotas y casi todas han sido buenas. Algunas lógicamente han sido desagradables porque tuvimos que atender problemas. A mí me tocaron un par de ellos pero eso queda atrás y me quedo con intentar quedarme con las cosas agradables. Por ejemplo, hay uno de los compañeros a los que atendí que cada vez que me ve me abraza como si yo fuese su padre«, concluía orgulloso.

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