La Hermandad de Huelva vive en la Charca «el sueño onubense de encontrarse con la Virgen del Rocío»

El arroyo de la Cañada volvió a convertirse un año más en momento más esperado del caminar de la Hermandad de Huelva hacia la aldea del Rocío

La Hermandad de Huelva camina ya por las arenas de Doñana

El Simpecado de Huelva en el momento de llegar a la Charca
El Simpecado de Huelva en el momento de llegar a la Charca alberto díaz

sergio borrero

Huelva fue fiel a su cita en su segundo día de camino. Un año más, la filial onubense lleno de emociones la tarde de este viernes de romería antes de entrar en la aldea, concentrando a su paso por el arroyo de la Cañada a centenares de personas para ver y disfrutar cómo camina Huelva y cómo se le canta a la Virgen del Rocío.

Dos días de peregrinación que tienen en la 'charca' su momento más esperado. Con la kilométrica comitiva de la hermandad atravesando las arenas de Doñana y miles de personas caminando junto al Simpecado de Huelva, la antesala a la aldea de El Rocío vibró un año más con la llegada de la carroza entre el gentío, al son de palmas y gritos de Huelva Huelva.

Pero la 'charca' no es solo la llegada del Simpecado. Durante toda la tarde es un ir y venir de rocieros y curiosos. Unos, los que adelantan sus pasos buscando un ritmo más llevadero que el que llevan los mulos de la carroza. Otros los que hacen de esta tarde de viernes un día de campo, cogiendo sitio para disfrutar horas más tarde del espectáculo de la hermandad. Son momentos también para que los nuevos peregrinos de la Hermandad de Huelva sean bautizados tras realizar sus primeros kilómetros por las arenas de Doñana. Momentos, incluso, elegidos para formar parte de la historia de una familia que acaba de empezar a escribirse. Junto a las aguas marismeñas, dos novios se juraban amor eterno en el compás de espera a que llegase el Simpecado.

Aguas marismeñas bendecidas por la propia Reina de las Marismas para acoger a quienes ya se han embriagado de la devoción rociera. Aguas que este año, gracias a las necesarias lluvias de mayo, fluían con gran caudal por el arroyo, haciendo las delicias de los caballos que chapoteaban y refrescaban sus cuerpos al paso por el caudal. La luz de la tarde de este mes de junio teñía de dorado los reflejos, filtrándose los últimos rayos de sol del día entre los pinos que no se quieren perder cada año este rincón elegido del Camino de Moguer.

«La tarde viene envuelta de emociones y en la Charca se ha escondío» Así reza la conocida sevillana que popularizara el grupo Manguara hace años, haciendo referencia a la magia que envuelve este momento del camino. Unos cantes, los de Manguara, que este año no se han escuchado tras anunciar durante la romería del pasado año que dejarían de compartir este momento junto a la hermandad.

En su lugar, ha sido el pueblo el que en este Rocío 2025 han tomado el protagonismo. Desde los peregrinos que ayudan a caminar al simpecado a las voces de quienes esperaban el paso de la hermandad o quienes, desde su caballo, acompañan al hermano mayor Manuel Toscano en su romería. A coro, juntos, ponían la nota musical al paso por la Charca.

Tras las sevillanas tocaba dar gracias a la Virgen del Rocío de la mejor forma que sabe esta hermandad. El silencio se apoderó del arroyo de la Cañada y de gargantas rotas por el esfuerzo y la dureza de las arenas comenzaron a brotar las notas y los versos de la Salve de Huelva. Las palmas al compás acompañaron los vivas del hermano mayor que pusieron la guinda al paso por la Charca.

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