Los caminos hasta El Rocío de las distintas hermandades no serían el mismo sin tamborileros, coheteros y carreteros. Muy probablemente no harían camino las filiales rocieras, pues ellos son el ritmo, el anuncio, la melodía y el rumbo. Por eso merecen cada año una misa en la que los miembros de estos gremios, rocieros todos, conviven en torno a la fe que les impulsa, ante la patrona de Almonte.
A los pies de la Virgen del Rocío, horas antes de su procesión, se desarrolló una emotiva misa, en la que resonaron los tamboriles e hicieron eco las notas de las flautas, con una fuerza inusitada. De padres a hijos se transmite la fe rociera. De padres a hijos también el desempeño de coheteros, carreteros y tamborileros, gente que lleva con honor su responsabilidad.
Emotivos momentos para la antesala del vuelo de la Blanca Paloma, que recorrerá las calles de su aldea para visitar puerta a puerta a todas las hermandades rocieras.
 
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