Cocinar bueno, sano y barato
Remojón
Sin estar en temporada, las naranjas ya no abandonan nunca los estantes de los supermercados, lo que nos permite elaborar este plato primaveral en pleno verano. Como el tiempo, la cesta de la compra está loquísima
Cocer cañaíllas
Papas con choco

Fuera de temporada. Naranjas todo el año, y no solo en la nieve, que queda ya como mera figura literaria. De Sudáfrica o del Uruguay, las naranjas llegan en contenedores con temperatura controlada y en perfectas condiciones, como pueden ustedes comprobar en la tienda de su barrio o en el supermercado. Después de miles de años de evolución, conseguimos tener en invierno dos productos con vitamina C, excelentes para combatir los resfriados y no tanto para los virus que un día sí, y otro también, nos asolan. Eso va a ser un virus, nos dicen cuando tenemos unas décimas o un ataque de tos. Y va a ser eso. Pero lo de las naranjas y los rábanos como productos típicamente invernales, quedó para el recuerdo y quizás ni para eso.
Solo los más mayores saben que las naranjas más tempranas empiezan a madurar en octubre o en noviembre, con las primeras lluvias, o solo para ellos tiene sentido eso de que hace más frío que cogiendo rábanos. Ahora hay de todo y durante todo el año, los viveros todo lo pueden, y engañar a una fruta o a una verdura con temperaturas y humedad, nutrientes y todo lo demás bajo estricto control, ordenador mediante, posibilita que podamos comer tomates en pleno invierno, y no de bote, o como les vengo diciendo, naranjas o rábanos en pleno verano. Y además está eso de la globalización, lo que nos lleva rápidamente, gracias a la televisión, el cine o las redes sociales, a comer igual en Japón que en el Uruguay o en ese restaurante tan bueno y que tanto nos gusta de la capital, que tiene cuenta abierta en un almacén de un polígono industrial que le surte de comidas semielaboradas, de esas que tan de moda están. Comidas como esas con las que el mismísimo Ayuntamiento de Huelva quiso uniformar a todos los restaurantes de Huelva timándoles con lo de esa cocina adocenada y vulgar que hacen en todos lados igual, abandonando de paso la rica tradición culinaria onubense. Pues a pesar del dineral que costó la gilipollez de la Capital Española de la Gastronomía, que ustedes quizás recuerden, la cocina de Huelva sigue viva por mucha quinoa o tofu que vengan a sustituir, por las quejilas, al arroz de las marismas del Guadalquivir o al queso fresco del Buitrón.
A pesar de los intentos del Ayuntamiento de acabar con la riqueza gastronómica onubense, y recuérdese que aplaudieron hasta con las orejas todos los grupos municipales, todos los grupos que ni se han molestado en preguntar cuánto costó aquel dislate, a pesar de ese vano y costoso intento, todavía podemos disfrutar de la mejor despensa de España, y con recetas de lo más variado y extraordinario que cualquier cocinero estrellado pueda siquiera soñar.
Hoy os traigo una receta de fuera y con naranjas fuera de temporada, el remojón granadino, una receta invernal que ahora podemos preparar en cualquier época del año. De la globalización no va a ser todo malo. O tempo, o mores.

Elaboración
Ingredientes: naranjas, cebolla fresca, aceitunas negras, bacalao (o normal ya desalado, o ahumado, como hemos hecho en esta receta para variar), huevo duro, aceite y sal
1. Pelamos las naranjas totalmente y las cortamos en rodajas de medio centímetro de grosor. Se disponen en la ensaladera como fondo.
2. Sobre las rodajas de naranja se pondrá el bacalao ahumado troceado, cebolla fresca recién cortada, aceitunas negras enteras y huevo duro cortados en cuartos escoltando la presentación.
3. Aliñar con aceite y sal solamente.