confidencial
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Que nadie dude de que el fenómeno fan es capaz de mover montañas porque, ¿qué no es capaz de hacer una quinceañera por su ídolo? Los motines de ahora son virtuales, vale, pero se ve que a promotoras y distribuidoras les dan el mismo miedo que si fuesen reales, como demuestra el tanto que se ha apuntado las ‘directioners’ onubenses –entiéndase ‘directioner’ como fan/groupie del grupo de moda entre las/los adolescentes, One direction–.