CONFIDENCIAL
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A estas alturas nadie duda de que Carolina Marín es la mejor jugadora de bádminton de la historia. Su oro olímpico, tres mundiales y cuatro europeos destacan en su palmarés, pero la onubense ha demostrado que su trascendencia va más allá de sus logros, pues con su forma de competir ha sido bandera de su deporte e inspiración para otros deportistas y ciudadanos de a pie que identifican en ella los ideales y valores que todos admiramos.