La alternativa de Silvera impregna de ilusión la tarde

Jornada de ilusión la vivida en la Plaza de Toros de Huelva en los momentos previos al inicio del paseíllo. Un torero de la tierra tomaba la alternativa. El nombre de Emilio Silvera, que tantas tardes de gloria brindó a la afición onubense, volvía a anunciarse en los carteles. Esta vez en la figura de su hijo, Emilio Silvera Romero, quien se doctoraría 37 años después de que su padre hiciera lo propio en esta misma plaza.

Torero de dinastía, el tercero de una saga de Emilios Silvera -su abuelo llegó a ser novillero-, que hoy en su plaza daba un paso decisivo en su incipiente carrera, ante su gente y con la esperanza de toda la Huelva taurina depositada en su toreo de clásico sabor.

Completaba la terna un cartel a la altura de las circunstancias. Sebastián Castella, triunfador de la feria de San Isidro, actuaba como padrino de la ceremonia en la que Silvera pasaría a ser matador de toros. Como testigo de este momento el torero sevillano Pablo Aguado. Los tres diestros ante toros onubenses de Albarreal, propiedad de la familia García-Palacios.

Numerosos alicientes para que el coso mercedario luciera una buena entrada, en la línea de lo que hemos podido ver días atrás. En el ecuador de la feria taurina de Colombinas, en vísperas del fin de semana, los bares de los alrededores de la plaza servían de improvisadas tertulias entre aficionados para hablar de toros, valorar lo vivido en el mano a mano del día de ayer e ilusionarse con el momento que estaban a punto de presenciar.