Huelva arropó a la Virgen de la Cinta en un extraordinario amanecer del día de la patrona
La Virgen de la Cinta ya se encuentra en la Catedral, donde se celebrará su función solemne, y al atardecer será trasladada nuevamente a la Parroquia Mayor de San Pedro
La Virgen de la Cinta, rumbo a la catedral en un 8 de septiembre extraordinario
La bajada de la Virgen de la Cinta a la catedral este 8 de septiembre, en imágenes
Podrán cambiar las fechas o los caminos, pero lo que nunca cambiará en torno a la Virgen de la Cinta serán las muestras de auténtica devoción de sus hijos choqueros. La Virgen de la Cinta ya se encuentra en el corazón de la ciudad en este año extraordinario, en el que el Jubileo de la Esperanza y la próxima procesión Magna Mariana ha hecho modificar por completo el tradicional calendario de cultos a la patrona.
El amanecer del último domingo de agosto se cambiaba este año por el del día de la Natividad de la Virgen María. En el silencio de la noche, como señal de aviso que llama a sus hijos a ponerse en marcha, las campanas de la espadaña del Santuario anunciaban la salida de la Virgen. Por las calles y avenidas que llegan a la inmaculada casa de la patrona eran cientos los onubenses que vencían al sueño para acudir al encuentro con la patrona. En el interior del templo, se iniciaba la misa del alba que daría paso a la salida de la Virgen Chiquita camino de la Santa Iglesia Catedral.
Pasados unos minutos de las siete de la mañana la cuadrilla de costaleros daba los primeros pasos por el interior del claustro del Santuario. Sólo unos minutos antes, la imagen que realizara Benito de Hita y Castillo fue entronizada en su templete de plata, siendo portada desde su altar por los miembros de la junta de gobierno de la hermandad patronal. Con la Virgen Chiquita en sus andas, encuadrada en la puerta con la Virgen del Muro que quedaba en su altar, el recién nombrado rector del Santuario, Cristóbal Robledo, iniciaba el rezo del primero de los misterios del rosario acompañado por el cante del Coro de Campanilleros de la Cinta.

Un rezo del Rosario que continuaría a lo largo del recorrido como es tradición, buscando nuevo lugares para el rezo del mismo a causa del cambio de itinerario de esta bajada popular. Y es que como ya fuera anunciado, lo extraordinario de los cultos de este año no se quedaban solo en el cambio de fechas. La Virgen de la Cinta salía de la plaza de los Capellanes para dirigirse al paseo de la Procesión de los Marineros y tomar la cuesta del Humilladero buscando el antiguo camino de Gibraleón. Atrás quedaba el paseo del Conquero, transitando este año la patrona en su bajada por las calles de las Colonias camino de la Catedral.
Cambio de itinerario
Las primeras luces de la mañana iluminaban la plata de las andas cuando la Virgen de la Cinta descendía la cuesta del Humilladero, desprendiendo a su paso el aroma de las rosas y nardos que cuajaban las esquinas y jarras del paso. Cadenetas de flores blancas y azules decoraban el cielo al paso por el Humilladero, donde volvía a rezarse uno de los misterios del rosario. Las hermandades del Prendimiento, Lanzada y Judíos salían al encuentro de la Virgen de la Cinta al paso por sus sedes canónicas.

Como suele suceder en su procesión de regreso al Santuario, al discurrir por estas calles, fueron varios los momentos de cantes que diversos grupos y cantantes ofrendaron a la Virgen, como los vividos a la altura de la Peña Flamenca de las Colonias. Rezos cantados al cielo acompañados por las guitarras, soniquete único de esta tierra. Especialmente emocionante fue la llegada de la Virgen a la Parroquia de Nuestra Señora de Belén. La Virgen de la Cinta se adentraba en la barriada de la Navidad y allí, a las puertas de su iglesia, la comunidad parroquial recibía a la patrona como suele ser habitual en la procesión de subida. La larga línea recta que conforma la Avenida Cristóbal Colón se vio salpicada de cantes y ofrendas a la patrona, como las realizadas por la Guardia Civil o la Plaza de Toros.
Una multitud de onubenses arropó en todo momento a la patrona hasta su entrada en la Santa Iglesia Catedral. Rondando el mediodía, con el sol asomándose entre las nubes que pintaban de blanco el celeste del cielo, la Virgen entraba en la plaza buscando el porche catedralicio antes de acceder a la seo onubense. Allí aguardaba a las puertas el cabildo catedralicio para recibirla. La Virgen Chiquita quedó entronizada en el altar mayor del templo, presidiendo la Catedral de la Merced de cara a la Función Solemne que se celebrará en la tarde de este 8 de septiembre.