La curva del Barrio Obrero, que enlaza la avenida Federico Molina de la capital con la Alameda Sundheim, fue este jueves escenario de un nuevo accidente, después de que un vehículo perdiese el control y acabase empotrado en los edificios de enfrente.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las diez de la noche, cuando por motivos que se desconocen el conductor del vehículo perdió el control en la curva, dirigiéndose directamente hasta los conocidos como pisos de los militares, llevándose por delante todo el mobiliario y la señalización que encontró a su paso.
Por suerte, según destacan desde la Asociación de Vecinos del Barrio Obrero, no hubo que lamentar daños personales -como sí ha ocurrido otras veces-, ya que a esa hora la zona no está tan concurrida como suele estarlo por la tarde, dada la proximidad de un parque infantil.
Según esta misma asociación, que tras el accidente fue contactada por varias familias alertadas sobre las consecuencias que podría haber tenido el accidente si se hubiese producido una hora antes, se está planteando la creación de una plataforma para reclamar «que pongan algún tipo de solución técnica al problema. Bien con más semáforos, resaltos, o vallas de mayor calado que defiendan a los peatones. La solución se antoja difícil pues es un problema de más de 100 años. Alguna vez con consecuencias menos drásticas como en esta ocasión, y otras que lamentablemente no se han podido reparar«.
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