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Contra la droga y por las personas, una labor incansable de la AOCD en Huelva
Lo que comenzó como la iniciativa valiente de un grupo de padres y madres preocupados por el consumo de drogas de sus hijos, se ha convertido hoy en una organización de referencia
Resurgir, más de 26 años de escucha y solidaridad en Huelva

En Huelva se teje cada día una red de apoyo que salva vidas, reconstruye familias y ofrece una segunda oportunidad a quienes, en muchos casos, lo han perdido todo. Es la sede de la Asociación Olontense Contra la Droga (AOCD), una entidad sin ánimo de lucro que lleva desde 1993 volcando sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de las personas con problemas de adicciones.
Lo que comenzó como la iniciativa valiente de un grupo de padres y madres preocupados por el consumo de drogas de sus hijos, se ha convertido hoy en una organización de referencia, no solo en la provincia de Huelva, sino también en otras comunidades como Extremadura, donde ya gestionan varios proyectos.
«Esta asociación nació del dolor y del amor, del deseo de no dejar a nadie atrás», recuerda con emoción María Rodríguez Tercero, actual presidenta de la AOCD. «La anterior presidenta consiguió sacar a su hijo de las drogas y su historia me conmovió tanto que decidí quedarme. Aquí, cada gesto cuenta. Es nuestra forma de hacer la vida un poco más fácil a los demás».
Prevención, atención integral y mucha humanidad
La AOCD trabaja en varios frentes, siempre con una visión integral de la persona. Desarrollan programas de prevención en centros educativos, campañas contra el VIH, atención a personas sin hogar, apoyo en situaciones de urgencia social y una intensa labor en el ámbito penitenciario. También impulsan programas de inserción sociolaboral para quienes quieren rehacer su camino.
«Uno de los problemas que más nos preocupa ahora es el adelanto en la edad de inicio en el consumo. Cada vez atendemos a jóvenes más pequeños, y no solo por consumo de sustancias como la heroína, sino también por otras adicciones más invisibles, como las relacionadas con las pantallas», explica José Carlos Trejo, coordinador general en AOCD Huelva.



En el ámbito educativo, la AOCD desarrolla desde hace más de 13 años programas de prevención que llegan cada curso a unos 2.000 menores. «Colaboramos estrechamente con los centros escolares, el profesorado y las familias. Y lo mejor es que vemos resultados. Los centros siguen confiando en nosotros porque notan el cambio», añade José Carlos.
Además, la asociación gestiona proyectos en el centro penitenciario de Huelva y en el Centro de Inserción Social (CIS), donde prestan atención psicosocial y formación a internos que buscan reinsertarse en la sociedad. «Es uno de los programas más antiguos y también uno de los más especiales. Aquí no hay relojes, no hay prisas, lo importante es la persona», insiste Trejo. «Nos sentamos con ellos, los escuchamos y les damos todo lo que podemos. Es una atención desde el corazón», añade.
El voluntariado como alma de la asociación
Un motor imprescindible para que todo esto sea posible es su equipo de voluntarios. Actualmente, entre 16 y 20 personas colaboran activamente, muchas de ellas gracias al convenio con la Universidad de Huelva (UHU). «El voluntariado es el alma de la AOCD. Gente que lo da todo a cambio de nada. Sin ellos, simplemente, no podríamos funcionar», subraya la presidenta.
La AOCD forma parte de la Plataforma Onubense del Voluntariado y de redes más amplias como la Plataforma Andaluza, la red estatal UNAD y la red CESIDA. Esta estructura les permite trabajar en equipo con otras entidades y reforzar sus proyectos gracias a una cooperación sólida.
Una labor reconocida
En 2024, la Junta de Andalucía reconoció la labor de la AOCD otorgándole la Bandera de Andalucía por la Solidaridad y la Concordia en Huelva. Un reconocimiento que el equipo vive con humildad, pero también con orgullo. «Es un premio al trabajo constante y silencioso de mucha gente. Aquí no hay héroes ni protagonistas, solo personas que cuidan de personas», afirma José Carlos.
La asociación sobrevive gracias a las subvenciones públicas y al apoyo de entidades privadas como Fundación «La Caixa», a través de programas como CaixaProinfancia. «Cuanta más inversión tengamos, a más personas podremos ayudar. Y eso es lo que queremos: llegar a quienes más lo necesitan», explica María Rodríguez.
Un compromiso que transforma
En AOCD no se reparten milagros, pero sí oportunidades. Ofrecen una red segura a quienes viven en la exclusión, acompañan a familias que se sienten solas, y plantan semillas de esperanza en contextos marcados por la desesperanza.
«Nuestra misión no es solo combatir las adicciones. Es poner en el centro a la persona, cuidarla, respetarla y acompañarla en su proceso de recuperación. Esto es solidaridad real, cotidiana, valiente», concluye José Carlos.