La Ley del Oportunista

Preámbulo.- Si el fútbol es de los jugadores y el gol es la esencia del fútbol, el delantero debería ser la figura por excelencia de este deporte. Y tipos de delanteros hay muchos. Están los rápidos, los grandes, los determinantes, los creativos... pero hay uno que destaca por encima de todos, y lo hace, no por ser el mejor en alguno de los roles anteriores, sino por tener algo de cada uno de ellos. Es el Oportunista. Y esta es su Ley.

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Art. 1.- Ante el Oportunista, poco o nada se puede hacer. Son delanteros que, aun sabiendo donde están, siempre pueden sorprenderte. Saber situarse en zonas donde 'algo puede pasar' es su sino. No necesitan de muchas ocasiones por partido y el rango de efectividad siempre será alto. Cuando el oportunismo se convierte en la peor pesadilla para el defensa.

Art. 2.- Movimientos, mejor sin balón. El Oportunista prefiere tener la pelota el menor tiempo posible. No hay razón lógica para ello. Hay teorías que defienden que el Oportunista goza de poca calidad técnica. Otras, que argumentan que el Oportunista elige bien cuando hacer uso del cuero. Ambas pueden coincidir, pero el Oportunista, definitivamente, cuando mejor ejerce el movimiento es cuando tiene que pelear/buscar el espacio. Allí es donde saca a relucir el Art. 1.

Art. 3.- Si no marcas a la primera, no desesperes. Si algo marca al Oportunista es su capacidad para saber esperar su momento. El factor psicológico de aquel que vive del gol es fundamental. El delantero que se obsesiona con el gol, sabe que comenzará a no ver puerta. El Oportunista tiene un don, el de la ubicuidad. Estar donde se le necesite y estar por estar.

Art. 4.- Correr con sentido, la clave de todo. El Oportunista no necesita correr demasiado. Me explico. Existen tipos de Oportunistas que se baten el cobre, pero por la única razón que implica el trabajo defensivo de presión alta. Ahí el Oportunista batallador es temible; aúna las dosis de depredador del área y terror del defensa por impedirle pensar con criterio en la salida de balón. Pero siempre con la dosificación suficiente para tener la lucidez necesaria en los metros donde se decide todo. 

Art. 5.- Ser eficiente para ser eficaz, y viceversa. El Oportunista debe ser productivo fuera del área para poder producir dentro de ella. Elegir la mejor opción siempre en los momentos cruciales (gol), es la mayor virtud del Oportunista. Capacidad de toma de decisiones en el menor tiempo posible. Un francotirador con pocas balas, obligado a hacer buen uso de ellas.

Art. (1)6.- Si no marcas, facilita. El Oportunista podría pasar por ser un delantero egoísta. De serlo, se contradeciría el Art. 3, por lo que el buen Oportunista debe y tiene que pensar en la mejor opción para que el gol, su objetivo, se dé. Si haces dudar al defensor y ganas la primera línea, las posibilidades de triunfo se multiplican. El Oportunista se alimenta de la duda.

Disposición adicional 1ª.- Jesús Berrocal afinó las virtudes del Oportunista ante el Guadalajara. Supo correr cuando se necesitaba energía en la presión. Fue eficiente y eficaz, marcando en los dos primeros balones que tocó. Se ofreció al espacio cuando tuvo oportunidad, y en el gol de Pablo Sánchez, fue él quien 'provocó' el mal despeje del defensa en el primer palo. 

Disposición final.- Desde Gastón Casas en 2006, ningún otro jugador con la camiseta del Recreativo había logrado un hat-trick en Liga. Jesús Berrocal, el Oportunista del gol, ha llegado para quedarse. El Recre, parece, acata su Ley.

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