Desaparecidos en combate
Estamos en crisis y solo hay que remitirse a los datos. En las últimas 4 jornadas, el plantel albiazul dirigido por Sergi Barjuan solo ha conseguido un punto de 12 posibles. Además, el Nuevo Colombino ha pasado de ser un fortín inexpugnable para los equipos visitantes a un chollo.
Desde la victoria ante el Villarreal, los tres últimos visitantes, Almería, Sabadell y Ponferradina, han logrado sacar los 3 puntos del coliseo albiazul. El conjunto recreativista ha pasado de estar en zona play-off a estar a 3 puntos. De estar a 10 puntos de la zona peligrosa que conduce a Segunda B y que delimita el Huesca, está a 7 puntos de esta.
No son tiempos de lanzar las campanas al vuelo ni de provocar alarmismos innecesarios. Pero lo que está claro es que el técnico no ha dado con la tecla en los últimos enfrentamientos. De ser un tanque en el terreno de juego y ofrecer un juego de toque y vistoso, en los últimos partidos, ese concepto se ha “reseteado” en la memoria del conjunto onubense y ha venido presentando un juego rácano y ofreciendo numerosas concesiones en defensa y perdonando mucho en ataque. Ha pasado de ser una fragata omnipotente a ser una barcaza de madera, endeble a los vaivenes de las olas y susceptible de romperse.
Cuando se ficho al nuevo entrenador, las líneas maestras del nuevo proyecto albiazul comandado por Víctor Hugo Mesa y Pablo Comas estaban claramente delimitadas. Tras salir del proceso concursal en el que estaba sumido el club, el objetivo era llevar al club a Primera División en un plazo máximo de 3 años. Actualmente, estamos más cerca de la zona de play-offs que del descenso pero hay que tener los pies en los suelos. La llegada de numerosos refuerzos y los buenos resultados en pretemporada habían hecho despertar la ilusión de los aficionados onubenses, sumida en el subconsciente de estos tras unas últimas campañas decepcionantes. El buen comienzo en casa del conjunto onubense y las primeras victorias a domicilio hacían prever que este podría ser el año del despegue y habían conseguido que los aficionados pudieran soñar con algo más. Ahora, con este panorama más sombrío, las cosas parecen que han cambiado.
¿Qué se puede hacer ante esta situación? Trabajar y recuperar el juego vistoso que teníamos. Necesitamos la mejor versión de jugadores como Alexander, Jonathan Valle o Chuli. Necesitamos volver a ser esa fragata que disparaba cañonazos en forma de goles y que era un acorazado en defensa. Necesitamos volver a recuperar la esencia del juego que veníamos practicando. Todavía hay tiempo para eso. Lo que está claro es que estamos desaparecidos en combate.