El pueblo de Huelva que ha sido recomendado por una web de viajes por ser un lugar donde no pasa nada: «No encontrarás tiendas de souvenirs»
Este lugar se asienta en pleno Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un entorno de dehesas, encinas y alcornoques que define la esencia más pura del paisaje serrano andaluz
Ubicado a apenas 20 kilómetros de Aracena, a 100 de la capital onubense y a unos 40 de la frontera con Portugal, Almonaster la Real ha sido recientemente destacado por escapadarural.com, una reconocida web de viajes, como uno de esos rincones donde todo se vive en calma y donde «no pasa nada», y precisamente ahí reside su encanto.
En un mundo que parece girar cada vez más rápido, este pequeño municipio de la Sierra de Aracena ofrece una rara joya, la tranquilidad auténtica. No hay multitudes, ni colas, ni tiendas de souvenirs en cada esquina. Lo que sí hay es silencio, aire puro y una belleza natural que envuelve cada piedra del casco histórico.
Almonaster la Real se asienta en pleno Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un entorno de dehesas, encinas y alcornoques que define la esencia más pura del paisaje serrano andaluz. Entre sus calles empedradas, el visitante descubrirá una de las joyas patrimoniales más sorprendentes de Andalucía, la única mezquita andalusí que se conserva prácticamente intacta en un entorno rural. Este monumento del siglo X, situado en lo alto del cerro, domina el pueblo y recuerda el pasado multicultural de la región.
Antigua mezquita andalusí
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Pero lo mejor de Almonaster la Real no está solo en sus monumentos, sino en su ritmo pausado. Aquí, lo extraordinario es lo cotidiano. No hay guías con micrófonos ni grandes grupos de turistas siguiendo un paraguas. En su lugar, los visitantes encuentran calles tranquilas, fachadas blancas y el sonido del viento entre los castaños.
Su plaza mayor invita a detenerse, a mirar y escuchar el silencio. Y si surge la necesidad de conversación, siempre está el bar del pueblo, como Corral Concejo, como punto de encuentro donde se cruzan vecinos, caminantes y viajeros. Allí, entre tapas y copas de vino del Condado, se cuentan las historias de siempre, esas que no aparecen en las guías pero que dan vida al lugar.
Porque en Almonaster la Real, efectivamente, es un lugar donde reina la tranquilidad siendo algo que muchos buscan. En ocasiones prima más la autenticidad, la desconexión y el placer de un pueblo que sigue siendo pueblo.
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