El runrún: Obras paradas, vecinos mosqueados

Hace solamente cuatro días, la Asociación de Vecinos 'Costa de la Luz' se felicitaba públicamente en su perfil de Facebook al ver cómo las más que necesarias obras de reurbanización que afectan a la barriada por fin se ponían en marcha. «Ahora sí podemos decir que comienzan las obras en nuestro barrio», comentaban con la lógica satisfacción de ver cómo la larga espera tocaba a su fin. La colocación de una valla cortando la calle y un camión descargando material eran señales inequívocas de que el Ayuntamiento, nunca mejor dicho, se ponía manos a la obra.

Hoy, sin embargo, los vecinos están un poco 'de bajón' porque temen que el ritmo de los trabajos no sea el que una zona tan densamente poblada requeriría. ¿Por qué lo dicen? Porque esta mañana, según ilustran mediante fotografías, la actividad en el interior de la zona vallada era inexistente. ¿Dónde están los trabajadores?, se preguntan.

Es comprensible que una intervención tan deseada se mire con lupa por parte de unos vecinos que, aunque acabarán disfrutándola, saben que durante un tiempo no generará más que incomodidad, sobre todo por la desaparición de un buen número de plazas de aparcamiento, ya de por sí escasas. Paciencia, por supuesto; en esta barriada ya han demostrado tenerla a espuertas. Precisamente por eso, entendemos que pidan «un esfuerzo para cumplir los plazos». Es lo justo.

El exalcalde Gabriel Cruz se gastó en los días posteriores a concederla la cantidad correspondiente a la licencia de obra del polémico proyecto de Fertiberia para la restauración de los fosfoyesos.

Visto y no visto. La cantidad que el Ayuntamiento de Huelva recibió a cambio de la licencia de obras concedida a Fertiberia para acometer su plan de restauración de la marisma en la zona afectada por los fosfoyesos se gastó nada más concederse la licencia. En días. Lo ha confirmado Felipe Arias, que ha acusado a Gabriel Cruz de fundirse el millón 200.000 euros que ingresaron las arcas municipales por la luz verde dada a los trabajos.

La cuestión es que dicho polémico visto bueno -su denegación era la última esperanza que le quedaba a quienes se oponen al proyecto – se conoció públicamente a mitad de junio, cuando Cruz era ya alcalde en funciones pero había perdido las elecciones y, por lo que se ve, tenía claro que se le iba a conceder. Y es que, según ha asegurado este martes el portavoz del equipo de Gobierno, esta cantidad se habría gastado «en la precampaña». Vamos, más rápido imposible.

La cocina y la repostería, como otras tantas cosas, también son cuestión de personalidad. El abanico de ingredientes es amplísimo y el secreto está en saber dar con una combinación que sorprenda gratamente al paladar, algo que no es fácil, ya que cada cual tiene sus gustos y sensibilidades, sus filias y sus fobias con los alimentos y sus texturas y sabores. Habrá quien tire de clásicos como apuesta segura y quien ponga audacia al asunto y se la juegue para obtener mejor o peor suerte.

En este segundo estilo de vida está el cocinero onubense Juan López, que primero con el Puro Chup Chup y ahora con Ultramarino tira de talento e imaginación para conquistar paladares de una manera muy original. También lo hace en la vertiente dulce en La Ultramarina, donde ya ha lanzado su propuesta de turrones de Navidad en El Rompido. Y como pueden imaginar no hay nada que suene a lo de siempre.

Unos dirán que son turrones ‘random’, pero conociendo al creador, está más que estudiado y comprobado que funcionan. A quien más que a Juan se le ocurriría incluir bacon en un turrón, o sobrasada en otro o polvo de chorizo en una tercera opción o polvo de remolacha en una cuarta. Las especias también abundan en sus propuestas, así como los frutos secos, los diferentes tipos de chocolates, de caramelo y de azúcar. ¿Te atreves? Estas son las combinaciones: