El informe policial deja claro que el coche del atropello mortal de Alicia Rodríguez avanzó por «una aceleración» del conductor, que estaba «bastante borracho»

Los agentes han ratificado en el juicio que hubo «la intención de mover el vehículo hacia adelante» con movimientos «voluntarios» por parte del acusado

La Guardia Civil confirma en el juicio por la muerte de Alicia Rodríguez que el acusado «tuvo que pisar el acelerador con fuerza» para atropellar a la reportera

Una expareja del acusado del atropello mortal de Alicia Rodríguez dice que tenía «comportamientos extraños» y que «se enfadaba cuando bebía»

La reportera gráfica onubense Alicia Rodríguez h24

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Los agentes del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil han declarado este miércoles que el vehículo de M.Q.S, acusado por el atropello mortal de la reportera gráfica onubense, Alicia Rodríguez -y pareja suya en el momento de los hechos-, «no presentaba ningún fallo mecánico», en referencia al sistema de seguridad activa del mismo -sensores acústicos de movimiento para detección de objetos-, así como que «no había posibilidad» de que el coche avanzara sin freno de mano.

Así lo han manifestado los agentes durante su declaración como peritos en el juicio que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva este semana y en la que se han ratificado en las conclusiones del informe emitido tras la reconstrucción del atropello.

Los agentes han señalado que, conforme al relato del acusado, quien en una de sus declaraciones dijo que maniobró marcha atrás y luego hacia adelante, se hizo una reconstrucción de los hechos. De esta forma, tras colocarse uno de los agentes como conductor y dar primero marcha atrás, los sensores de la parte trasera se activaron con «un pitido fijo», activando también los de la parte delantera, toda vez que han explicado que probaron el sonido de la radio puesto a máxima potencia y los sensores «siempre se escuchaban por encima de la música».

Con respecto al terreno, han señalado que era «rural, baldío, con algo de hojarasca y piedras, sobre todo pequeñas» y que la zona de los hechos era un terreno «llano» y no «irregular», con una parte que presentaba un pequeño resalto, de forma que propició que el cuerpo de Alicia Rodríguez tuvo «mayor presión» y se «redujera el espacio» al encontrarse en los bajos del vehículo que presentaba una altura desde el cárter al suelo de unos 19 centímetros -el coche tiene unas medidas de 4,5 metros de largo y aproximadamente 1,5 de alto-.

Visibilidad

En cuanto a la visibilidad, han explicado que realizaron pruebas con una agente con las mismas características de la víctima, de manera que «parte de su cabeza era visible desde el interior» en la postura en la que se dedujo que podía estar Alicia Rodríguez en el momento del atropello -en cuclillas o agachada en el lado derecho del vehículo de forma oblicua-.

Asimismo, han indicado que para que el cuerpo sufriera las lesiones que refleja el informe forense con respecto al aplastamiento «tuvo que haber una aceleración compaginada con un ligero parón y con el juego del embrague para sobrepasar el cuerpo e introducirlo en los bajos«, ya que ese espacio que era »muy cerrado« y »no había posibilidad de que el coche avanzara sin el freno de mano« y sobrepasara el objeto, sino que »había que acelerar«. »Como el coche no puede superar el objeto retrocede y vuelve a embestir«.

Además, han explicado que las lesiones son «graves» por «el contacto sostenido y el tiempo en el que estuvo» debajo del coche y no relacionado con la velocidad del mismo. Han indicado que el coche «provoca un giro» del cuerpo, golpeado por «el parachoques» en «el costado derecho de la persona que esta en cuclillas, que cae y sale ligeramente proyectada y en el movimiento del avance del vehículo va arrastrando, por lo que se produce esa rotación». En este sentido, cuestionados por la posibilidad de defensa de la víctima, han señalado que «no había».

Las pruebas se realizaron sobre un radio de acción de seis metros, tomando como referencia las huellas de fricción, el vómito hallado de Alicia Rodríguez y la posición en la que estaba su cuerpo y el coche cuando llegaron los agentes de la primera patrulla que se personó en la zona, porque «el vómito estaba en línea recta con la trayectoria del coche».

Al respecto, han explicado que había un desplazamiento desde un punto hasta el otro de 5,4 metros y que las huellas del coche indicaban que las ruedas estaban elevadas por la parte derecha, de forma que la fricción se encontraba del lado izquierdo y evidenciaban que «había un objeto que impide avanzar».

Muerte «violenta»

Finalmente, han apuntado que se trató de una muerte «violenta» en un atropello que «no es al uso» al haber «introducción del cuerpo» debajo del vehículo a «baja velocidad» y con «verticalidad» del mismo y «arrollamiento», así como han señalado que cuando hablan de intencionalidad en el informe se refieren a «la intención de mover el vehículo hacia adelante» con movimientos «voluntarios».

De otro lado, otros peritos de la Guardia Civil que han participado en la sesión de tarde, y que realizaron el informe de la geolocalización de los teléfonos móviles, han señalado que «no se puede determinar qué pasó entre las 03,06 y las 03,18, así como un tercero ha apuntado que al examinar las imágenes de vídeo de las cámaras de seguridad de la zona en esa noche se concretó que el acusado estaba «bastante borracho» pero que, por las imágenes, «nada hacía constar que tuvieran una mala relación entre ellos».

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