una intervención ejemplar
El policía que salvó la vida al apuñalado en Bollullos: «Estaba consciente y no hacía más que gritar de dolor»
El herido grave en la reyerta que tuvo lugar en un salón de juegos no murió desangrado gracias a la formación del agente que le atendió antes de que llegara la ambulancia
El comportamiento del policía de Bollullos sorprendió a los servicios sanitarios: «No esperábamos una reacción así»
Una riña en un salón de juegos de Bollullos se salda con un joven apuñalado
La reyerta por la que ayer acabó en el hospital un joven tras ser acuchillado en diferentes partes del cuerpo por su contendiente tuvo un protagonista inesperado, el policía local de Bollullos Par del Condado que gracias a la formación recibida salvó la vida de la víctima que a su llegada se desangraba sobre la acera.
Ocurrió la noche del pasado miércoles en el interior de un salón de juegos de la localidad, donde alrededor de las nueve y media tenía lugar una pelea con palos y armas blancas en que al menos dos personas se enfrentaban con desigual suerte. Uno de ellos escapó con heridas leves, mientras el otro, que presentaba profundas heridas en un brazo y en una pierna, sólo tuvo fuerzas para salir del local y desplomarse sobre en plena calle.



El policía local que acudió a la llamada de los vecinos contaba la experiencia vivida en un grupo de sanidad policlal que comparte con agentes de toda España: «A nuestra llegada estaba tendido en el suelo con un gran charco de sangre a su alrededor. Lo observo y le localizo dos hemorragias masivas, una en brazo y otra en pierna, provocadas por cortes y pinchazos con arma blanca», según la propia víctima le explicó, ya que no perdió en ningún momento la consciencia.
Inmediatamente, le colocó un primer torniquete en el brazo derecho, que es de donde más sangre veía salir, y acto seguido hizo lo mismo en su pierna derecha, de donde también salía abundante sangre. «Las hemorragias estaban en bíceps y gemelo», concretó, aunque se aseguró de que no hubiera más lesiones ocultas descubriéndole el torso y las extremidades.

Siguiendo el protocolo, comprobó igualmente que los torniquetes estuvieran actuando correctamente y que «no hay riesgo de shock ni otras hemorragias moderadas». Confiesa, eso sí, que olvidó anotar la hora en la que le practicó los torniquetes, otro paso importante: «Ya no se me olvida más, a fuego es como mejor se aprenden estas cosas».
Un héroe inesperado
Las complicaciones no acabarían ahí, ya que el herido comienza a ponerse «muy alterado», por lo que su misión fue tranquilizarlo hasta la llegada de la ambulancia. Así lo relataba en primera persona: «No hacía más que intentar tocarse los torniquetes porque decía que no aguantaba el dolor. Cuatro vueltas le di en cada uno, después de haber hecho un buen y fuerte ajuste inicial de la cinta. La víctima consciente no hacía más que gritar del dolor».
Los sanitarios, a su llegada, tras introducirle sangre y conseguir estabilizarlo, no dudan en compartir con la policía la realidad de lo que había sucedido: «La colocación de los torniquetes posiblemente le haya salvado la vida al chaval, ya que había perdido mucha sangre». Ni siquiera esperaban, como confesaron la médico y la enfermera allí presentes, «una reacción así por parte de efectivos policiales».