carta al director
El Iberoamericano, patrimonio inmaterial
Dice la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que: “El patrimonio cultural no se limita a monumentos y colecciones de objetos, sino que comprende también tradiciones o expresiones vivas heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo, y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.
Tras cuarenta y un años de existencia, el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, comienza a tener, por derecho propio, las características de un patrimonio intangible de la provincia de Huelva. Patrimonio que hay que entender como una parte de nuestro acervo cultural y que pertenece al conjunto de la ciudadanía y no solo a unos cuantos.
Causa extrañeza y alarma entre la gente de Huelva que el principal acontecimiento cultural de la provincia esté, por motivos que nadie termina de comprender, permanentemente en entredicho. Pareciera que priman las contradicciones políticas o de otra índole para causar esa perturbación que entorpece de manera importante la labor del equipo que dirige la buena marcha del acontecimiento. Esa perniciosa corriente subterránea cuyo por qué nunca se explica a la ciudadanía, afecta sin embargo de manera importante a la credibilidad del evento.
Huelva quiere y apoya su festival, de eso no hay duda. La prueba más clara es que cada edición, y muy particularmente las dos últimas, han concitado un gran interés reflejado en la masiva asistencia de espectadores a las sedes del festival, que con gran acierto este año se incrementaron, precisamente con la idea de facilitar una mayor concurrencia al visionado de la variada oferta cinematográfica que año tras año exhibe el festival. Los que han podido disfrutar de la nueva producción fílmica que procede del ámbito iberoamericano, han coincidido mayoritariamente que el nivel de las producciones ha tenido un considerable repunte y alcanzado extraordinarias cotas de calidad, como lo demuestran, por otra parte, los galardones recientemente conseguidos por la película venezolana “Desde allá” de Lorenzo Vigas que obtuvo el León de Oro a la mejor película en el Festival de Venecia o el filme “El club” del chileno Pablo Larraín que consiguió el Oso de plata, Gran premio del jurado, en el Festival de Berlín, entre muchos otros galardones que se han dado estos últimos años al cine latinoamericano. El mayor tesoro con que cuenta Iberoamérica es su diversidad cultural y esa riqueza que se ve reflejada en sus películas es lo que resulta cada vez más atrayente para otras culturas y otras cinematografías.
El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, por ser uno de los principales activos de la cultura popular contemporánea de Huelva, demanda y merece el apoyo de la gente y de las instituciones públicas y privadas de la provincia; sin distinción de credos políticos y poniendo de lado intereses espurios que lo único que logran es socavar los cimientos de ese ente patrimonial nuestro. Huelva sin su festival no sería la misma Huelva.
Plataforma Independiente Amigos de Festivales (PIAF)