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Enrique Llimona, el último al que todos ven triunfador: “Comienzo mi camino de lucha y no pienso darme por vencido”
19.01 h. El deportista onubense completó la Vuelta a Huelva con muletas, tal y como prometió pese a estar convaleciente de una intervención en un pie el 19 de spetiembre tras estrozarse el ligamento de lisfranc. Acabó el último, llegando hora y media después del penúltimo, pero acompañado y homenajeado por muchos amigos que valoraron su esfuerzo.

Una vez más Enrique Llimona logró sobreponerse a la adversidad, cumplir su objetivo y sobre todo hacer pensar a los demás que siempre se puede si se tiene voluntad. Inició el camino de la recuperación tras su lesión dispuesto a volver a correr pese a los pronósticos negativos. El primer paso lo dio con muletas en la Vuelta a Huelva y todos creen en que darán muchos más sin ellas.

En primera persona relata para huelva24.com que “¡Me encantó la Vuelta a Huelva! Como siempre, un carrera multitudinaria cargada de motivación, amistad y buenas actitudes de principio a fin. Gente que no se ha visto desde verano se saludaba y se preguntaban como estaban con interés genuino por la persona. ¡Estaban todos! Los del Rincón, El club Ultra Trail, Las Diosas Aladas supermotivadas, el Club Costa de la Luz, El Club Punta Umbría, El Club de Atletismo de Corrales, El Club Tartessos y cómo no, el Club Triatlón de Huelva, mi club, y una larga lista que completa lo que es, a mi juicio, y piques aparte…una gran familia. Lo cierto es que uno se siente un poco parte de todos porque al final es una pasión común lo que hace que estas carreras sean tan bonitas.
Eché mucho de menos correr cuando dieron la salida y todo el mundo comenzó a alejarse paulatinamente. Intenté aumentar el ritmo pero lo cierto es que no se me dan muy bien las muletas. Lo que viene a continuación es una historia de amistad y charla con los amigos que decidieron acompañarme durante todo el trayecto y que se empeñaron en no dejarme abandonar, siempre contándome anécdotas, chistes, curiosidades etc. A la altura de la ciudad deportiva las manos me dolían horrores, dolor que continuaría hasta el final. Entré en meta una hora y media después de el penúltimo participante… ya no quedaba pancarta de llegada, ni música, ni gente, sólo un grupo de amigos que cogieron una camiseta para que pudiera, simbólicamente, cruzar la meta. Fue precioso, no tengo palabras para agradecer el cariño recibido. He comenzado mi camino de lucha y no pienso darme por vencido. En los meses que están por venir soñaré que el año que viene volveré a correr con mi familia deportiva onubense, soñaré cada día agacharé la cabeza para buscar el suelo con la mirada y recordar que con voluntad, humildad y resiliencia las personas corrientes somos capaces de hacer posible lo imposible.

¡Esta carrera va por mi mujer, mi otra mitad, fiel compañera y mi principal punto de apoyo cuando pierdo el equilibrio! Iré informando de los avance en la recuperación!! Que espero que sean muchos y pronto!! No creo en caminos cortos que recorren largas distancias!”