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La raqueta de Carolina Marín, para su mayor hincha en el Mundial
19.10 h. Javier Jaramillo, ingeniero en telecomunicaciones onubense residente en Indonesia, vestido con la camiseta del Recre y desgañitándose, indujo con un grupo de compañeros a que todo el pabellón alentara a la bicampeona mundial para alcanzar su gran gesta. La recompensa que obtuvo fue su raqueta, que conservará como un tesoro. “Me quedé sin palabras, no me la esperaba para nada”, afirma.

El pasado domingo Carolina Marín se cubría el rostro con las manos tras tirarse al suelo de la pista donde acababa de conquistar su segundo título mundial. Poco después se acercaba a la grada y daba la raqueta con la que había conseguido su nueva hazaña a un joven vestido con la camiseta del Recreativo de Huelva que no había parado de animarla acompañado por otros españoles y personas de otras nacionalidades que lograron contagiar a todo el pabellón para darle aliento.

El nuevo dueño de la raqueta de la bicampeona mundial es Javier Jaramillo, un ingeniero de telecomunicaciones onubense que lleva desde septiembre del pasado año en la capital indonesia trabajando para la multinacional Ericson. Al enterarse de que su paisana competía en la ciudad no dudó en ir a animarla.
La recompensa que obtuvo a cambio le maravilló. Como él mismo ha relatado a huelva24.com, “cuando terminó el partido vino a nuestra esquina y tendió la raqueta. Sin esperarlo. No habíamos hablado antes, porque no nos conocemos ni teníamos forma de contactar con ella. Así que fue un gesto totalmente del momento y que salió de ella, para sorpresa muy positiva nuestra. Fue muy rápido y había mucho ruido. Pensé que venía a darnos las gracias y efectivamente nos las dio y acto seguido me tendió la raqueta. Yo la cogí sorprendido y me quedé sin palabras. No me lo esperaba para nada”.
En cuanto al destino de la raqueta ha asegurado que “no creo que juegue con ella, es algo muy valioso”. Es por ello que mientras esté en Indonesia la guardará “en un sitio seguro” y cuando vuelva a Huelva “la enmarcaré para que esté en un lugar visible de mi casa a partir de ahora”.
Sobre la final, ha destacado que fue “un partido intenso y sufrimos con ella”, en su caso “como si de un partido importante del Recre se tratara”. Él y sus compañeros de animación tenían “nervios” pero no pararon de animar y al final llegó la victoria.
“Carolina es muy grande”, ha expresado con admiración Jaramillo, que ha valorado que “la experiencia de ver un partido de esta magnitud en directo es muy bonita”, especialmente siendo parte activa en el ambiente favorable que encontró la campeona onubense, que supo premiar ese aliento.

Jaramillo ha relatado que acudió con tres españoles más y un venezolano, todos compañeros de trabajo, y dos amigas indonesias al pabellón, que estaba “lleno, con sobreaforo y pudimos hacernos un hueco para verla y animarla”. Se unieron dos chicas españolas que estaban de paso y echaron el día en la ciudad y también se sumaron tres franceses.
Como buen ingeniero de telecomunicaciones y con diez compañeros logró extender los cánticos favorables a Carolina entre todo el pabellón. “Nos ganamos a los indonesios para que animaran con nosotros, porque indios había bastante más que españoles en la grada”.
“El público indonesio, al ver a diez personas desgañitándose por Carolina, empezó a seguir nuestras canciones y fue clave contar con su apoyo”, ha detallado el cabecilla del grupo de animación, que tenía claro que “queríamos que el público sintiera que el público iba con ella y la verdad es que fue así”.